Capítulo 21

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Kendra

Todos lo había sentido, como el suelo retumbo después de haber estado esperando por ocho días, vieron como el humo salió de la montaña, y como de la cima salió disparado un dragón después de que se escuchara un estruendo.

Kendra jamás pensó que vería un dragón en la tierra, adentrándose en las nubes perdiéndose en el paisaje, pero ahí estaba y a los pocos instantes May cayo de entre las nubes, Kendra sintió el pánico recorrerla, sin embargo, sabía que podía usar su magia, de inmediato corrió seguida de Allen, tratando de llegar antes de que May estuviera demasiado cerca del suelo.

Sin pronunciar nada en voz alta, Kendra detuvo a May en el aire, fue como que aterrizara en agua, su ropa y su cabello se movía de esa manera, Kendra volvió a respirar cuando vio que seguía con vida y estaba entera.

-Allen, sostenla. –Kendra había notado como ninguno de los chicos había reaccionado mal al joven, por lo cual era su conejillo de indias esta situación.

Allen no perdió más tiempo caminando hasta estar debajo del cuerpo flotante de May dejando que esta cayera en sus brazos, este de inmediato noto las lágrimas que aun salían delicadamente de los ojos de su amiga, esta manchada de pies a cabeza en ceniza, su cabello se veía gris en comparación y sus manos nunca habían soltado el huevo ni la espada. Allen no pudo evitar que era cosa de los jinetes esa conducta.

-May. –dijo dulcemente limpiando con el pulgar las lágrimas restantes.

-Allen... ¿lo viste?

-si

-era precioso ¿verdad? –May aun parecía contemplando el momento, hasta ese momento Allen noto el brillo inusual en sus ojos, de un usual café claro, otoñales, ahora brillaban de un azul intenso, casi inhumano.

-Kendra. –Allen seguía con la vista sobre los ojos de May recordando los de Greg y los de Irina en su momento.

- ¿Qué sucede? ¿esta bien? –Kendra de inmediato se acercó viendo lo que tenía tan concentrado a Allen.

Kendra puede que no fuera un jinete de dragón, pero sabía que sus ojos no tendían a cambiar de color con el vínculo, sin embargo, los de los tres lo había hecho.

"tendré que buscar en los textos por que sucede esto" pensó acariciando con delicadeza la frente de May. Sabía que a pesar de su constitución debía tratarla, aún tenía heridas que no había sanado por su gravedad y, aun así, había logrado detener cualquier indicio de sangrado o huesos rotos. Era increíble.

Al regresar con los otros, Kendra vio que también estaban con algunas lágrimas, May se había quedado dormida poco después.

-oigan solo está dormida ¿Por qué lloran? –Kendra estaba genuinamente preocupada.

-Kendra. –Irina no dijo nada más cuando se acercó a ella y con suavidad coloco la frente sobre su clavícula.

Greg hizo una mueca y de la misma se acercó a Kendra dejándose caer con todo el peso haciéndola trastrabillar ¿pero que les pasaba? Kendra no comprendía su repentino afecto, pero no tardo en acariciarles la cabeza con ternura no estando muy segura de lo que debería hacer. Allen al ver esto se encogió de hombro y con May en brazos se acercó uniéndose a su modo al abrazo.

- ¿tu entiendes? –pregunto suavecito para Allen, sabiendo aun así que probablemente la escuchaban de todas maneras.

-no, pero aprecia el momento.

Kendra asintió.

...

Cuando llegaron a la casa de Rosaleen, fueron de inmediato recibidos por un preocupado Erik que tenía marcadas ojeras, al entrar vieron el porqué, Rosaleen estaba sobre el sofá demasiado pálida para el gusto de todos, Allen de inmediato dejo que Greg cargara a May para el poder atender a su muy pálida madre, incluso parecía haber perdido algo de peso, Kendra no pudo evitar sentir la culpa por no haber podido intentar reducir el tiempo que tanto Rosaleen como May tuvieron que pasar.

Los Jinetes De DragónWhere stories live. Discover now