Capítulo 22

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Irina

Irina estaba sentada en el columpio del patio de su casa, su madre la veía por la ventana de la cocina, decidiendo ir a sentarse a su lado.

- ¿en qué piensas? –Irina volteo a ver a su madre quien comenzaba a mecerse a su lado.

- ¿Cómo sabes que estoy pensando en algo? –su madre sonrió dejando que el viento revolviera su corto cabello café oscuro.

-tienes casi diecisiete años y desde que tenían diez solo usas este columpio cuando piensas algo o estas abrumada. Como cuando no sabías si unirte al equipo de voleibol, o tomar esas clases extra de piano. –Irina rio, era cierto que ahora nunca usaba ese columpio solo para jugar i no para pensar en decisiones que consideraba importantes, pero ahora era mucho más distinto... escondido en su closet metido lo más profundo entre su ropa se haya un huevo de dragón que podría cambiarle toda la vida, aunque ya lo había hecho desde antes. –así que, ¿Qué es tan importante como para venir al columpio? –su madre se detuvo sosteniéndose de una de las cuerdas del columpio para apoyar la cabeza viendo a Irina con esos enormes ojos oscuros que ella tenía.

-es. –una historia demasiado fantasiosa como para que la creas. –son unas clases electivas que-que podrían mejorar aún más mi record académico. - ¿había mentido? Mintió, le mintió a su madre, con quien siempre había tenido la confianza de decir todo, hasta lo más mínimo.

¿no puede saber de mí?

Instintivamente al escuchar la voz de su dragón, volteo a ver dónde estaría la ventana de su cuarto.

"no" pensó viendo de regreso a su madre, quien la veía con dulzura y comprensión. "sería demasiado para ella"

Irina miraba el techo gris de su habitación, acariciando con movimientos circulares el cascaron del huevo sobre su abdomen, no podía negar que por natural que salieran las conversaciones con ella dentro del huevo, Irina sabía que de ahora en adelante solo sus primos comprenderían lo que se sentía, ellos serían su única ancla con su nueva normalidad, por un instante pensó en lo molesta que estaba al inicio de toda esa travesía con May, había querido sacarla de ahí a fuerza, pero cuando comprendió lo lejos que estaba su prima, la culpa era lo único que quedaba, como no noto lo sola y desesperada que había estado.

Parece que le gusta mantener sus secretos.

"no era así antes"

Pero lo queramos o no, somos uno, ustedes guardan lo que seremos nosotros, cargan con nuestras emociones y pensamientos, Nosotros no somos como cualquier otra criatura.

Irina recordó su comportamiento inicial después de haber salido de aquel lugar, se sentía ajena a todo y a todos. "ahora lo veo." Levanto el huevo alzándolo sobre su cabeza inspeccionándolo en cada detalle.

- ¿Qué tanto sabes? ¿de ese mundo del que habla Kendra? ¿del hombre que menciona? ¿de los jinetes de dragón? –silencio, por un momento.

Solo se las cosas que me dejaron al momento de nacer... como funcionamos, la espera que debía hacer, de lo demás, aun desconozco, nunca he visto nada por mi cuenta.

"¿Cómo supiste que era yo?"

Te vi cuando despertaste, tú me despertaste, y al final después de tantos años supe que al fin mi espera había terminado, no imaginas lo sola que estuve.

"¿desperté?"

Sí, no sé cómo paso, pero un día, estaba viva de nuevo y podía ver a través de tus ojos.

Irina volvió acercar el huevo a su pecho envolviéndolo en un abrazo, las dudas persistían, pero el sentimiento de soledad se coló en su pecho, sabía que era de su dragón, cuando estuvo esperando al inicio de su vida en aquella cueva, cuando decidió dormir para no sentirla, el anhelo de la memoria de la primera vez que Irina se vio el espejo revelando como se veía para ella, la alegría de ver el sol, aun cuando no era por sus propios ojos. Siempre creyó que era cosas simples, sin importancia, pero para su dragón fue volver a existir y conocer por primera vez.

Los Jinetes De DragónWo Geschichten leben. Entdecke jetzt