8. Boggart

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BOGGART

La semana había pasado con rapidez

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La semana había pasado con rapidez. Olivia seguía aún pensando en el dementor del tren y que Dumbledore haya dicho que estarían por los terrenos de Hogwarts no ayudaba mucho.

En esa semana habían pasado varias cosas: Draco Malfoy fue herido por un Hipogrifo, según Regulus se lo merecía por idiota; peleas inútiles entre Ron y Hermione. También Harry y Regulus comenzaron a ser buenos amigos, y además tenían algo en común: Sirius Black los buscaba.

Esa misma mañana, antes de ir a desayunar, le llegó una carta de parte de Dumbledore.

Espero verla antes de clases para conversar unos temas.

Por cierto me encantan los «caramelos de Limón».

Prof. Albus Dumbledore.

Olivia se sintió extrañada, pero aún así terminó de desayunar rápidamente para poder saber que es lo que quería Dumbledore.

— ¿Qué decía esa carta?— preguntó Regulus curioso. La castaña se sobresaltó, había olvidado que se había sentado con su amigo en la mesa de las serpientes.

— Dumbledore quiere que vaya a su despacho, antes de clases.— respondió. El azabache asintió, aún curioso. Olivia se levantó dejando un beso en su mejilla y murmurando un «luego te veo», dejando al Slytherin algo embobado.

Caminó a paso apresurado hasta poder llegar al despacho, donde murmuró «caramelos de Limón» para poder subir. Cuando subió se encontró con la sorpresa que estaba McGonagall y Remus ahí, esperándola también.

— Oh, señorita Lupin— habló Dumbledore—. Es un gusto volver a verla.

— El gusto es mío, profesor— contestó la castaña—. No quiero sonar mal educada ni nada, pero... ¿por qué me llamó?— preguntó. Dumbledore soltó una pequeña risita por la impaciencia de la castaña.

— Me comentaron sobre su magia, señorita Lupin.— habló finalmente. El rostro de la niña palideció.

— Queremos ayudarte, Olivia.— dijo McGonagall, quien ya sabía el porqué su descontrol de la magia.

— Esta bien... pero... ¿cuánto tiempo?— Olivia murmuró esa última pregunta. Los adultos en el despacho la observaron confusos.

— Olivia, cielo... cuánto tiempo, ¿qué?— preguntó Remus con ternura en su voz.

— Cuánto tiempo me queda, he leído q-que algunos pueden morir.— dijo la castaña, dejando a todos estupefactos.

✓ WOUNDS, Golden Trio EraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora