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Cuando Olivia despertó a la mañana siguiente, había en el ambiente una definida tristeza de fin de vacaciones. Podía sentir como varios brazos la abrazaban en ese incómodo sillón en la sala de estar de Grimmauld Place.
La copiosa lluvia seguía salpicando contra la ventana mientras todos se despertaban, era temprano. Tendrían tiempo hasta para ir al Callejón Diagon en busca de túnicas elegantes y un vestido. Podía escuchar como Kreacher insultaba, y se rió mentalmente.
Cuando por fin todos se levantaron y desayunaron, fueron a la chimenea.
— ¿No podemos hacer esto otro día?— comentó Olivia. Sirius la observó divertido, se había vuelto a colocar la cangurera y canutita se encontraba en ella.
— Se que odias esto, pero no podemos aparecernos.— dijo señalando a la bebe, quien atrapó su dedo e intentó llevárselo a la boca— Debemos comprarle algo, si sigue así, me comerá.
— Papá, es imposible que una bebe de ocho meses intente comerte.— explicó Regulus, con el ceño fruncido.
— Si, tiene razón.— dijo Harry, acomodando su melena, algo imposible. Olivia se acercó a ayudar— Deberías dejar de ser tan dramático, tío Sirius.
Sirius se giró rápidamente, colocando una mano en su pecho, dramáticamente.
— ¿Tú...? ¿Yo...?— comenzó.
— Si llegamos tarde al tren porque comenzó a dramatizar.— le susurró su amiga— Te cortaré tu cabello mientras duermes.
Harry la miró horrorizado y comenzó a ver la escena que había comenzado Sirius.
— ¡Cómo se le ocurre decir eso!— exclamó, sacando a la niña de la cangurera y dándosela a Regulus— Sostén a tu hermana.
— Papá...
— ¡Qué deje de dramatizar!
— Estás dramatizando, canuto.— comentó Remus, divertido de la escena pero también preocupado por el horario.
— ¡No es verdad!
Veloz, el pavo, se acerco a la escena. Y si, Regulus lo había llevado a Grimmauld Place. Sirius lo tomó en brazos y comenzó a acariciarlo. Olivia quiso reírse pero se contuvo.
— ¡Mi propio ahijado!— exclamó el Black mayor. Olivia miró la hora, se haría tarde.
— ¡Bien, vámonos!— exclamó la castaña, un poco cansada— ¡Debemos ir a buscar las túnicas y el vestido, tío Sirius!
