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A la mañana siguiente, Olivia se despertó temprano gracias a una pesadilla. Había escuchado como Harry salía con el señor Weasley pero no quiso levantarse, ya se había despedido y deseado suerte la noche anterior al azabache.
Este había entrado a la madrugada, como si un niño pequeño se tratara, a hurtadillas a su habitación. Regulus había ido detrás de él, entonces tuvo a ambos adolescentes temerosos casi hasta la madrugada.
Ambos se fueron, luego de que Remus entrara a regañarlos por reírse tan fuerte. Ya era normal que se escaparan para ir con Olivia, pero no quería que el cuadro de Walburga haga más ruido de lo normal.
Mientras bajaba las escaleras, podía escuchar como los Weasley hablaban emocionados. Y por lo que pudo entender, Harry se había salvado, emocionada bajo un poco más rápido las escaleras.
Al entrar a la cocina observó la divertida escena de los gemelos, Ginny y Amaris chillando de la emoción de que Harry había ganado el juicio.
Todos saludaron a la castaña mientras esta entraba a la cocina, pero faltaban dos personas allí; Regulus y Harry.
— ¿Dónde están...?— preguntó Olivia, pero fue interrumpida por las risas conocidas de su novio y del Potter.
Se dio media vuelta, con los brazos en sus caderas, asustando a ambos azabaches que entraban a la cocina. Harry ya había cambiado su ropa para el juicio, traía un suéter de Quidditch, jean azules y sus típicas zapatillas negras.
Regulus, en cambio, usaba una camisa verde oscuro y pantalones negros, zapatillas negras y por encima una chaqueta de cuero que utilizaba Sirius en su época de Hogwarts.
El Black se veía muy bien, Olivia no lo iba a negar. Pero ignoró sus pensamientos hormonales para regresar a la realidad donde estaban ambos azabaches observándola.
— ¡Livvy!— exclamó Harry, nervioso— ¡Me he salvado!
— ¡Se salvó, cielo!— le siguió Regulus.
Olivia los observaba a los ojos, los verdes de Harry demostraban nerviosismo al igual que los grises de Regulus.
— ¿Qué hicieron?— preguntó la castaña, entrecerrando sus ojos. Potter y Black se miraron entre sí— Lo vuelvo a preguntar, ¿qué hicieron?
Remus y Sirius entraron a la cocina con diversión, era divertido ver cómo Olivia regañaba a Reg y Harry.
