31

1.4K 193 6
                                    

Me quedé paralizado por un breve  momento pero gracias al cielo reaccioné a salir detrás tuyo. No cometería el mismo error, no iba a dejarte subir a ese auto en el estado en que te encontrabas.
Corrí a través de todo el salón y salí chocándome con todas las personas que se cruzaron en mi camino. No me importaba absolutamente nada, sólo vos Jiminssi.

Te alcancé a pocos metros del auto, ya tenías la llave en la mano así que me abalance encima tuyo y aunque luchaste contra mi pude sacártelas.

—¡DEVOLVEMELAS!— gritaste. Pero no había nada ni nadie en este mundo que pudiera hacerme dartelas.

—¡No! No te vas a ir de acá así, está vez no te voy a dejar—

—Si no me las das me voy a ir caminando— intentaste irte pero te intercepté. Estaba decidido a impedir que algo malo te pasará otra vez.

—¿no entendes que quiero estar lejos de vos? ¡Dejame en paz!—

Las lágrimas no cesaban, ya tenías el rostro rojo y los ojos hinchados de tanto llorar. Tu voz salía completamente rota, y yo sentía que no iba a poder mantener la compostura por mucho tiempo más.  Sentía la garganta cada vez más cerrada, el corazón me palpitaba descontrolado. Pero uno de los dos tenía que estar medianamente consciente para prevenir otra tragedia.

—Jungkook dame las llaves... Por favor dejame... dejame ir y andate con él—

—¿Jiminssi que tengo que hacer para que me creas? Te lo juro por Dios, no hay nada entre él y yo, solamente le hice una sesión de fotos. Es trabajo nada más—

—No me tomes por estúpido Jungkook... ya no más. Me acuerdo de todo, lamentablemente ahora me acuerdo de todo— empezaste a golpearte la cabeza con tus puños como queriendo eliminar todos esos malditos recuerdos que te dañaban tanto.

—¡pará Jimin por favor! ¡descargate conmigo... pegame si querés, pero no te lastimes vos bebé!— quise tomarte las manos pero era imposible. Estabas completamente perdido en tus pensamientos.

Te tapaste la cara desesperado, tus manos temblaban sin parar. El ángel hermoso que había llegado conmigo hacía poco más de una hora se había desvanecido por completo, quedando reducido a un mar de lagrimas, desconsuelo y odio.

—Vamos juntos a casa, hablemos Jimin por favor te lo pido, déjame contarte como fueron las cosas, tenes todo mezclado en la cabeza amor— te rogué desde lo más profundo de mi ser.

Sería capaz de arrastrarme por tan sólo un poco de tu compasión. Yo no valía nada si te perdía de nuevo, sentía que me moriría si no me dejabas solucionar el malentendido, ya no tenía nada, no tenía orgullo... todo lo que me importaba eras vos.

—No te aproveches de mi problema para poner las cosas a tu favor y no me digas amor... vos y yo ya no somos nada—

Quería abrazarte, hacerte recordar cuanto te amo pero no me dejabas. Cada vez que me acercaba un poco más vos me empujabas con fuerza.

—Si no me vas a dejar ir aunque sea abrime la puerta, no quiero estar acá con vos—

Yo estaba entrando en un ataque de desesperación. No parabas de llorar, y no me dejabas explicar ni consolarte. Así que abrí el auto y automáticamente te metiste y trabaste las puertas. Me tranquilizaba un poco saber que no ibas a poder arrancarlo, podía escuchar tus sollozos cada vez más intensos.

Estábamos tan cerca y a la vez tan lejos, las lágrimas empezaron a caer por mi rostro sin control. Estaba llegando al límite de lo que podía soportar. Te escuchaba Jiminssi, te escuchaba llorar y maldecirme, escuché como le pegabas al volante descargando toda la bronca que en ese momento estabas sintiendo hacia mi.

Miraculum *Kookmin* COMPLETAWhere stories live. Discover now