Percy Jackson And The Princess

Fiesta En El Olimpo

-"Papá". Rogó Percy por al menos cuarta vez en el día.

En estos momentos, el semidios se encontraba probandose uno de los trajes que su padre simplemente había hecho aparecer.

-"El blanco no te queda". Probemos con éste negro.

-"¿Y? ¿Te gusta?". Pregunta una vez logra cambiarse de traje, y Poseidón sólo ríe.

-"Me encanta Perce". Una voz llegó desde la puerta. El dios del sol, en todo su esplendor.

-"Las chicas se volverán locas. Eso sí, acuérdate de dejarle algo a tu primo". Le guiño un ojo y se fue disparando.

Percy miró a su padre, y ambos asintieron de común acuerdo, el traje en realidad si le quedaba bien.

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-"Nos vemos hijo, disfruta. Eso si, búscame más tarde, tengo algo para ti". Dijo su padre antes de desaparecer.

Percy se quedó totalmente pasmado con lo que tenía a su alrededor, sin creerse todo lo que veía.
La vista frente al semidios era impresionante, el Olimpo brillaba en todo su esplendor. Con seguridad era lo más hermoso que había visto en su vida.
El lugar era inmenso, una barra interminable, una pista de baile gigantesca y varias mesas, en las que dioses, semidioses, sátiros y demás criaturas disfrutaban por igual.

-"Parece que Apolo y Dionisio hicieron muy bien su trabajo". Habló una voz a su derecha, era Annabeth.

-"Annabeth". Gimió Percy, mirándola, se veía muy linda.

-"¿Te quedarás allí parado todo el día? Lo que tiene que hacer una chica para que le concedan un baile". Bromeó Annabeth, tirando de él hacía la pista de baile.

Percy no tenía idea de cómo bailar, y se la pasaba pisando a su compañera de baile, quién sólo maldecia en voz baja, mientras le seguía indicando como hacerlo.

-"Ojalá Luke estuviera aquí". Susurró con melancolía, a la vez que seguía el ritmo de la canción.

-"Él hizo posible ésto". Señaló Percy, mirando a su alrededor, y Annabeth sonrió levemente.

-"Gracias Percy, por todo. Quiero que sepas, antes de irte, que te considero mi amigo". Le respondió.

-"Gracias, eso significa mucho para mí, Annabeth". Respondió el semidios alegremente.

-"Asique... Ahora si me dirás que es todo eso de Capitán Jackson". Y Percy arqueo una ceja.

-"¿En serio Annabeth? ¿Eso preguntas?".

-"¿Qué? Soy hija de Atenea, recuerdas. Además, aún no me lo creo, eres menor de edad. ¿A quién sobornaste?".

-"Ja. Te recuerdo que tenemos la misma edad". Y ahora fue ella quién arqueo una ceja, se separó de él y cruzó sus brazos.

-"Bien". Refunfuño el semidios ante su comportamiento, y estaba a punto de hablar, pero fue interrumpido por un Grover agitado.

-"Percy, Annabeth. Aquí están. Necesitamos su ayuda".

-"¿Necesitamos?. ¿En qué andas Grover?". Preguntó Percy sospechosamente.

-"Clarisse". Respondió.

-"Bebió de más, y quiere golpear a todo aquel que se le acerca".

-"Y eso que tiene de malo". Gimió Percy, y Annabeth lo miró mal.

-"Tenemos que ayudarla". Dijo, poniendo énfasis en tenemos.

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Rodeada por un par de cuerpos inconscientes de quiénes se atrevieron a acercarsele, Clarisse La Rue intentaba tomarse otro trago, cuando fue interrumpida.