Percy Jackson And The Princess

Decisiones Difíciles

-"¿Estás bien?". Preguntó la princesa por millonésima vez en el día.

-"Si, Azula. Estoy bien". Dijo el semidios algo exasperado, mientras se acomodaba nuevamente su armadura.

Aún se sentía incómodo, la sensación de asfixia seguía siendo persistente en su mente.
Pero a pesar de ello, de haber sido casi aplastado por la armadura, no podía simplemente desprenderse de ella, la misma tenía un valor sentimental invaluable.

-"Veo que aún te molesta, simplemente podrías haber pedido otra... ¿Porqué pediste que te la arreglarán?". Habló Azula, notando rápidamente su incomodidad, Percy sólo sonrió.

-"Me la regalo alguien muy especial para mi". Declaró sin dejar de sonreírle, a la vez que se apresuraba en sus pasos.

Azula no pudo evitar pensar en eso.
Ella le había regalado esa armadura, qué, a pesar de estar cubierta de golpes y marcas, Percy aún seguía usando con mucho cariño.
La princesa no pudo evitar quererlo aún más por ello, sintiéndose feliz por su simple gesto.

Finalmente se decidió a seguir a su mejor amigo, con una gran sonrisa en su rostro, luciendo un poco más amigable con los sirvientes y guardias del palacio.

Rápidamente fueron interceptados por un hombre vestido con ropa de sirviente, quién se cruzó en el camino de ambos.

-"Su alteza, el Señor del Fuego solicita su presencia en la sala del trono de inmediato". Dijo inclinándose.

Azula le da una mirada rápida a Percy, y se vuelve al sirviente.

-"Iré ahora".

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-"Princesa Azula, ¿sabe por qué está aquí?".

-"No sé la razón por la que me has convocado, padre". Mintió, la princesa sabía bien porque la había convocado.

Zuko.

-"En serio". Habló el Señor del Fuego en un tono tranquilo pero sedoso que indicaba su disgusto, comenzando a caminar.

-"Como sabes, el grupo de los maestros tierra y agua fueron completamente derrotados y encarcelados, nuestras aeronaves nos llevaron a la victoria. El avatar, a pesar de su aparentemente milagroso regreso de entre los muertos....". Le dio una mirada inquisitiva, y Azula resistió el impulso de tragar nerviosamente.

Qué más le había dicho Zuko. Pensó.

-"No pudo llegar a mi búnker privado y, al hacerlo, perdió su mejor oportunidad de derrotarme. Este plan, organizado en gran parte por ti, hija, se ejecutó casi a la perfección. Excepto por un pequeño detalle".

-"Tú hermano".

-"Fallaste, hija". Continuó Ozai, gruñendo y acariciando su larga perilla marrón.

-"Y ahora Zuko vaga libremente como otra amenaza potencial a los planes que se han puesto en marcha".

-"Eso no volverá a pasar".

-"No, no lo hará". La interrumpió, mucho más fuerte esta vez, peligrosamente cerca de desatar una ira cruda.

-"Espero más de ti, Azula. Más de lo que tu hermano o tío podrían proporcionar. Pero tu última serie de reveses me ha dejado preguntándome dónde están tus verdaderas lealtades..".

-"Se me ha informado que hablaste con el traidor de tu tío, y no puedo evitar pensar que quizás hasta sabías del plan de tu hermano de irse, y tú simplemente lo dejaste ir". Comentó a la ligera, pero Azula sabía que eso no era cierto.