Todo En Contra

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-"No".

-"¡Pero ni siquiera me has dejado terminar todavía!". Percy se quejó a su maestro.

-"Cualquier idea qué comience con tu participación en un torneo con maestros de fuego control es mala". Piandao respondió secamente.

-"¡Pero puedo ganarlo! ¡Sé que puedo, ya soy mejor que Fat e incluso puedo desafiarte!".

-"Fat es un anciano mucho más allá de su mejor momento. Y aunque tus habilidades con la espada son excelentes, necesitarás más que eso para enfrentarte a maestros fuego en una arena abierta".

-"¿Qué hay de mi flexión?". Percy espetó sin pensar. Piandao finalmente se apartó de la ventana abierta y su pintura, y miró a su alumno con una mirada feroz.

-"En todos los años que has estado bajo mi cuidado, eso tiene que ser la cosa más estúpida que hayas dicho. Quizás la cosa más estúpida que he escuchado". Dijo con fría neutralidad, sin revelar ni el más mínimo indicio de lo que estaba sintiendo.

-"¿Y si tú e Iroh responden por mí?. Con el apoyo del dragón del oeste y el mayor maestro de espadas de la nación del fuego, nadie podría cuestionar mi lealtad". Percy razonó con cuidado.

-"El Señor del Fuego Ozai puede desafiarlo y lo desafiará. Lo más probable es qué te ejecuten cómo espía de la tribu agua a los pocos minutos de revelar tu control". Una chispa de irritación se reflejaba en su tranquila fachada.

-"¡No puedo quedarme en este maldito castillo por el resto de mi vida!". Percy tronó, la desesperación clara en su voz. Necesitaba tener la libertad de moverse para hacer algo más qué entrenar sin cesar.

Piandao podía entender esto, ya qué él también tuvo una juventud un poco salvaje, pero era mucho mayor que Percy cuando se fue de casa.
Percy era apenas más que un niño, incluso si años de entrenamiento lo habían hecho crecer.
Ya no era el chico escuálido que había sido cuando se conocieron, su entrenamiento intenso junto con las cantidades casi ridículas de comida que comía el chico le habían hecho acumular músculos serios. Sus hombros se habían ensanchado y su cabello se había vuelto desgreñado, una cortina de cabello negro azabache oscurecía sus ojos verde mar y su piel bronceada.

Había otra razón por la que Piandao se mostraba reacio a dejar ir a Percy. Se había encariñado con el chico, Piandao nunca había tenido hijos propios, y Percy parecía ser exactamente eso para él.
El hijo que nunca tuvo, incluso si Percy solo había estado a su cuidado durante dos años, el joven espadachín le recordaba a sí mismo cuando tenía esa edad. Salvaje, impulsivo y desesperado por ver el mundo.

Sabía que si no hacía algo para apaciguar al chico, haría algo imprudente y se haría matar.
Piandao lo sabía porque era lo que habría hecho a esa edad.

-"Falta bastante tiempo para el torneo. Le enviaré una carta a Iroh pidiendo su opinión, ya que él conoce mejor a su hermano". El viejo noble concedió de mala gana.

-"Pero debes jurar defender cualquier decisión a la que llegue Iroh. ¿De acuerdo?". Añadió antes de qué Percy pudiera emocionarse. Hizo poco para amortiguar la alegría del semidiós.

-"¡Gracias, gracias, gracias!". Percy se apresuró a agarrar al hombre sorprendido en un abrazo masivo, antes de salir corriendo para seguir puliendo su habilidad con la espada.

El maestro Piandao observó con una pequeña sonrisa en los labios mientras Percy corría por los patios de entrenamiento, destruyendo los muñecos de entrenamiento a un ritmo que rivalizaba incluso con los escuadrones de fuego control de élite.

Su sonrisa se desvaneció rápidamente cuándo pensó en la situación en la que se encontraba.
Percy era joven, pero también era uno de los mejores espadachines que Piandao había visto, y sus habilidades aún estaban progresando, y eso sin siquiera usar su notable agua control. El agua le parecía menos una herramienta y más como si quisiera servirle.
Era una idea loca, pero Piandao había conocido a muchos maestros agua antes, y había visto cómo funcionaban.
Para ellos el agua era como su espada, una extensión de ellos, pero para Percy, el agua parecía casi un ser vivo.

Percy Jackson And The PrincessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora