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—no quiero ver a nadie, dejame solo.

La puerta deja de ser tocada. Jungkook hunde su rostro en la almohada, quien empapada recibe su lluvia.

—necesitas comer.

—no necesito nada.

Sus manos están flojas luego de un tardío baño. La verdad, la mitad del agua eran sus lágrimas, la otra mitad un consuelo para sentirse cálido.

Él siempre pregunta como esta, que quiere, lo que necesita. Como si fuera un correo por llenar. Es su padre, comprende que sea novato. Pero justo ahora se siente como la mierda, quiere a su madre y necesita un abrazo. Nada mas que eso.

Sus manos están rojas, no le importa en lo mas mínimo que sangren. Tampoco le interesa no comer, su estómago esta vacío. Acaba de perder a la persona mas importante en su vida. Acaba de perder un pedazo de si mismo. Ese hueco no se llenaría con nada pero necesita un remedio.

¿Esto es buena suerte?.

—papá... —lo llama. Este abre la puerta con cuidado. La habitación esta hecha un desastre.

Pero sus palabra quedan allí, en un triste susurro. ¿De verdad quiere pedirle que traiga a taehyung?.

—puedes hablar conmigo.

Observa sus manos. Allí están, tiene manos. Que bien.

—nada.

Es sorprende como se hunde en su miseria pero la vida sigue. Continúa y no le interesa nada, no espera ni por un segundo a los miserables. Le da igual. Allí afuera las personas ríen y lloran. Sin prestar atención, sin parar por un minuto. La vida sigue y no puede cree que sea tan cruel y despiadada para hacerlo. No puede. Su alma se llena de melancolía y dolor.

Taehyung no esta allí para impedirlo. Ni siquiera se molesto en llamar. Jungkook observa sus manos. No esta. No esta ella. La vida sigue y nada cambiaría eso.

Buena suerte, ¿no?.

Hunde sus puños en su almohada. El hombre se retira antes que jungkook vuelva a arrojar todo que pasará por su campo de vista.

Hoy día comienzan las clases. Se supone que hoy debería despertar un día y quejarse de su vida, despertar por los gritos de su madre y pensar en comprarle un bozal. Así debería ser. La lluvia le recibiría y escaparía junto a un chico problemático. Así debería ser. Pero en este momento no tiene a nadie.

¿En que momento?.

Si no hubiera ido con su padre... Si no lo hubiese buscando en primer momento, si jama se le hubiera pasado por la cabeza... Quizás su madre aun seguiría con vida.

Sin embargo eso es el pasado.

La mañana es soleada. El día es caluroso.

Su padre entiende completamente que se quiera ausentar por unas semanas.


























—¿aun no ha llegado?.

Taehyung niega mordiendo sus unas. Su pies izquierdo se mueve incesante en la puerta de entrada.

—no.

—que raro. —jimin ajusta su mochila. —estare en el salón. Nos vemos.

La campana suena pero el no se movería de allí.

Ella tampoco.

—ve con él. —le dice. Taehyung voltea. —ve con jungkook.

—no puedo.

—si puedes. Escapas miles de veces.  —sakura lo alienta. Siguiendo el hilo de la mirada de el. —ve.

Taehyung no espera mas. La puerta cierra a los segundos que se junta detrás de chico. No abría vuelta atrás.

—¿donde estas?.

Su casa esta a unos minutos del instituto. Esa que por un día lluvioso y decisiones arriesgadas los junto. El deseo reconfortante, el susurro de escapar. Huir a unos cuantos kilómetros. Si no fuera por eso probablemente hubiera enloquecido. Toca la puerta una vez. Observa por la ventana y nada.

Bufa y decide buscar una manera de contactarlo.

¿Como no pensó antes?.

Llamarlo.

Su móvil sin batería.

Rodea la casa y entra por la ventana que en ese día lluvioso fue su entrada. Solo se encuentra con una casa vacía y silenciosa. El cuarto ordenado de jungkook, sus figuras animes, su closet, su olor a vainilla que casi desaparece. El espejo que jungkook tanto evadía. Camina hacia el living. Nada.

—¿señora Jeon?. —pregunta pero el silencio le da una bienvenida. —¿jungkook?.

Camina hacia la puerta de salida pero sin darse cuenta pisa algo, hasta que lo levanta.

Un papel.

Mas allá ves un bolígrafo en el suelo.

Extrañado lee lo que dice...

eres la persona mas hermosa y inteligente. Jamas lo olvides. La vida continúa con o sin mi. No llores por favor y continúa con tu historia. Aun tienes mucho que contar. Eres mi orgullo...

Junta sus cejas.

"Mantente saludable y no escuches a los demás. Para mi siempre serás el hijo mas único del mundo. Se feliz. Te quiero mucho y siempre te cuidaré."

Mamá.

Sale de la casa sin dirección en concreto. Logra llegar a su casa y sin importarle estar o no estar bien, busca su maldito cargador.

Llama. Nadie contesta y insiste, insiste y insiste hasta que escucha su voz.

—dime donde estas.

—tae...

—mierda, dime en este momento donde te encuentras. —la dirección es dicha y se larga. Menos importándole su estudio.

Pero frena.

El gato de jungkook.

Dios. Gruñe y corre a la casa de este. No lo encuentra por ningún sitio. Cierra sus ojos.



















—dejaré la comida en el escritorio. —avisa. —¿quieres algo en especial?.

—nada.

Cierra la puerta y vuelve a estar solo. Abrasa sus rodillas meciéndose. Esta bien, esta bien, esta bien.

Estoy bien, estoy bien, estoy bien, estoy bien, estoy bien.

—¡jungkook!, ¡hay un chico que pregunta por ti!.

No espero que su hijo le golpeara la cara con la puerta, menos que bajara a una velocidad increíble. Le sorprendió cuando abrió la puerta, y cuando abrió la que daba a la calle. Como corría descalzo al chico con capucha. Y como este le recibía con los brazos extendidos. Pudo ver aun por la ventana como lloraba en sus brazos. Sin duda ese chico es algo especial para su hijo.

—tae... —sus lágrimas empapan su hombro. —yo...

—no digas nada. —el cálido pecho le hace sentir protegido.

El mundo es una caja de sorpresas. Los hipidos de jungkook, su llanto, su cuerpo con espasmos. Lo siente tan familiar. Como si ya lo hubiese vivido.

La puerta de la habitación es abierta. La estabilidad corre de ellos. La seguridad escapa de sus manos. Probablemente el destino este celoso de que aun con todas las dificultades no puedan estar sin el otro. Se necesitan, aunque la situaciones quiera separarlos. Simplemente corren. Lo carga en sus brazos. Jungkook se siente tan frágil justo en este momento.

—amor. —jungkook se esconde en el hueco de su cuello cuando ambos están acostados.

—estoy bien.






HERMAFRODITA; taekook SEGUNDA TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora