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Matar a esos tipos significa libertad temporal, Porque siendo realista el deseo por destruir jamás se iría. Pero jungkook estaba bien con eso.

—bebé, cariño, mi amor, ¡Llegaste!. —taehyung le alza en sus brazos cuando apenas cruza la puerta. Jungkook se refriega en su pecho cual gato.

Le sostenía en los brazos y al llegar a la habitación cerró la puerta con seguro, impidiéndole a jimin y aquí en sea entrar. En el momento que quedaron solo ellos dos. Jungkook jamás se había sentido tan abrumado con un beso, sus labios se tocaron fundiéndose en el otro, moviéndose a un compás suave pero sin dejar la intensidad. la mano traviesa de taehyung le acomodaba en la cama y jungkook abrió sus piernas, invitándole en una deliciosa posición. Su cabeza tocó la suave almohada tan suave como los carnosos labios de taehyung, podían sentir la mezcla de sus respiración acaloradas. A ratos taehyung le sonríe y jungkook no puede evitar derretirse y cambiar de posición. Quedando arriba de taehyung, sentado un poco más abajo de su abdomen. Se atrevió a unir sus bocas nuevamente y antes que se tocarán mordió el labio de taehyung, quien le seguía en juego con suaves lamidas en el jugoso labio inferior de jungkook. Que se veía tan apetecible. Las lenguas no tardaron en unirse, calida, la saliva entre ambos casi les mojaba el mentón. Obligándose a separarse y limpiar sus bocas.

—permiteme hacerte el amor.

No hacía falta una repetición. Se perdió en el momento que taehyung le dio vuelta. Cerró los ojos cuando respiro pesado justo en su cuello, el caliente aliento en su sensible piel le puso los pelos de punta y se obligó a morder sus boca y apretar sus piernas porque cada vez que taehyung hacia algo así, sufría un pequeño tick en las piernas. Que taehyung disfrutaba en demasía. Se separó con una sonrisa coqueta y con demanda bajo sus manos hasta tomarle los tobillos y separarle aún más las piernas, se recostó sobre el, sin llegar a aplastale. Sus intimidades aún separadas por prendas de vestir. Que molesta eran. Sacándole un suspiro a ambos. Le había extrañado tanto, por esas horas, se sentían una eternidad. Jungkook estaba al tanto que debía consentirle por descuidar a su amorcito.

No sabían hasta donde irían y si esta vez solo se limitarian a actuar como adolescentes cachondos. Pero había algo más que calentura, algo que en el beso le dejo claro, ambos se extrañaban, ambos se sentían a gusto con el otro. El calor en su estómago le indicaba que no solo era la calentura, eran esas mariposas de las que  hace ya un tiempo le dejaban sin aliento cada vez que veía a taehyung, lo atractivo que es con su aro en la lengua que se quita al besar a jungkook. La tensión que había entre ambos cuando se rozan levemente, una simple mirada, fue el comienzo de una atracción y el culmine en la desesperación por tener al otro, por entregarse. Por disfrutar de los celos tontos. En vivir las aventuras. En unir sus almas.

—te amo.

Jungkook le traía más que loco, su rostro tierno, sus ojos tristes, su inocencia, lo inesperado que podía llegar a ser aveces. Sus celos. Jungkook era tan dulce y embriagador. Antes de bajar sus manos por el abdomen plano, acercó su rostro y choco suavemente su nariz con la de jungkook. moviendo de un lado hacia otro. Eran eso detalles que le enamoran.

Decidió ser suave y besarle el cuello para ir más abajo, cuando quedó cara a cara con sus clavículas. Aún con ropa estorbando. La hizo a un lado. Dejando expuesta su piel pálida y sin pensarlo mucho succionó.

—taehyungie~ —los dedos de sus pies se contrajeron. Sentía todo su cuello cosquillear. Las mejillas se colorearon de rosa y su cabeza la llevo hacia atrás, disfrutando de la boca de taehyung. Sus ojos estaban cerrados y aunque sentía placer, dolía, el placer dolía. Su entrepierna dolía, su corazón palpitaba desenfrenado. Tal como recordaba, se sentía fallecer en sus brazos. Con unas simples succiones.

HERMAFRODITA; taekook SEGUNDA TEMPORADAWhere stories live. Discover now