Amigo

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POV sigues siendo alguien delgadito.

A ver...

Organicemos las ideas, que las tenemos todas revueltas como nuestras ganas de vivir.

Según tú, ni has hecho nada significativo, como otras veces que lo llevaste por otro camino, o eliminaste rutas, o le dijiste a los demás que intentaran capturar al capullo amarillo en vez de a ti.

Nada de eso había funcionado, solo cambiaba el desarrollo, pero la conclusión seguía siendo la misma: ella saliendo de ese mundo, tu pudriéndote en el abismo de carne y ojos, ¿Por qué habría algo funcionar ahora?

Y, sin embargo, algo había cambiado, y no era malo, al contrario, él te hablaba, como si fueras cualquier persona, claro, no es consciente de que se trata de el mismo.

Ahora bien, ¿Qué hiciste? ¿Qué fue eso tan significativo? ¿Realmente lo quieres saber?

No... ya no importa, lo que importa es lo que estabas pasando en ese momento, no lo sientes, pero muy por dentro, te sientes feliz, aún no tienes muchas esperanzas, pero estas feliz.

Te levantas de la silla, ya han pasado horas, sales de nueva cuenta, la lluvia ha parado, te sientes extraño, es la primera vez que ves ese día, ya que nunca habías llegado hasta él.

Hora de ir por el enano, te acercas a la tele mas cercana, te apoyas en ella y dejas que te lleve a hacia donde quieres, cuando sales, estas en la sala de estar del lugar donde dejaste al niño, cuando caminas hacia la habitación, ves que la puerta esta abierta, entras y no está lo que dejaste ahí.

Te entra pánico, apenas hace unas horas parecía estar bien, ¿porque se iría?

De repente, como proyectil, te cae en la cara, una bala con forma de niño.

- ¡Buenos días! – Te dice casi gritado.

El enano se subió al marco de la puerta, ¿Cómo? Ni idea, pero se subió, y te calló encima por uro gusto de sorprenderte.

Te lo quitas de la cara.

- ¿Se puede saber que estas haciendo? – no dejas tu tono serio.

- Ay que carácter... solo quería saludarte y saber si esa cara que tienes puede cambiar, o si siempre estas serio – que raro, ¿Cuándo fue la última vez que sonreíste?

Bueno, no importa, lo tomas en tu mano, no tan fuerte como para apretarlo, pero lo suficiente como para que no se te resbale.

- Oye, puedo caminar yo solo, no es necesario- Si, si lo es, miras sus pies, están llenos de cortes y heridas, hasta están algo endurecidos, tal vez es por eso que realmente no siente molestias, el andar descalzo por la vida no es algo muy bueno.

-No te preocupes, eres muy ligero- dices sin más.

-Okey... ¿A dónde vamos? –

Para empezar, al hospital, a ver si el doctor no esta tan muerto, para que alguien revise las heridas en sus pies y manos.

Al llegar, te encuentras con muchos maniquíes en posiciones aleatorias, todos quietos. El pequeñín solo los observa con atención, alerta; pobre, cuantos problemas tuvo que pasar por ahí estando solo.

Se suben al elevador, tu mano tiembla, te das cuenta que es el enano, espera... te dijo un nombre ¿no?

- ¿Estás bien? – Le preguntas, no te responde – Oye...- Sin respuesta – Oye... ¡Mono! –

- ¿Eh? oh perdón, este lugar me da escalofríos...- sería raro que no fuera así teniendo en cuenta lo que ahí hay.

- Te entiendo... yo tampoco soy fan de los hospitales-

Little Things (Little Nightmares)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon