Little Things (Little Nightmares)

¿Cómo llegaste aquí?

POV  sigues siendo una bella dama.

Cuando despiertas estás en tu cama, carajo ¿Cómo pudiste desmayarte? Eso nunca te había pasado, pero fueron demasiadas cosas para procesar en un solo momento.

Te sientas en la cama y a lado ves a Roger, sentado en una silla, dormido, con lo que parece una caja cubierta con una sábana. Él es lo más cercano a un padre que has tenido.

Bellman entra por la puerta, viene a ver cómo estás.

- Mi señora, que bueno que despertó -. Entre toda su piel caída en su rostro distingues una pequeña sonrisa.

- ¡Gracias al cielo! Qué bueno que estás bien – Roger se despierta emocionado – Mi señora... lamento todo esto... es mi culpa... -.

Lo detienes.

- No... tranquilo, todo está bien, tal parece que a todos nos tomó de sorpresa -.

Todo es tan inesperado. Miras el reloj, ya han pasado varias horas, las suficientes como para darte cuenta que, en ese momento, tú ya deberías haber muerto.

Te levantas, preguntas a todos si están bien, si están completos, o si algo está fallando. Todos te responden que están bien y aparentemente todo está en orden. Los comensales, atiborrándose, para ellos no existe nada más que ellos y su comida.

Muy bien, todo excelente, ahora, lo más importante.

Preguntas por la niña. Roger te muestra la supuesta caja, la cual no habías notado que se movía con brusquedad.

Roger la levanta y la pone encima de una mesa cercana, sin mover la sabana.

Pides que todos se retiren, insisten en quedarse, solo por si acaso, pero los convences, esto es algo que debes hacer tu sola.

Con algo de dificultad, los demás se retiran, dejándote sola contigo misma, literalmente.

Te preparas, sabes buenos trucos de retención, y quitas la sabana, casi sin tocarla.

Y la vez, tan pequeña, pero tan feroz, ves que está tratando de separar los barrotes de la jaula donde se encuentra... con los dientes.

Entonces se percata de que está siendo observada, voltea y se encuentra cara a cara contigo.

Es difícil leer su expresión, teniendo en cuenta que su cabello cubre gran parte de su rostro, dejando descubierta solo su nariz y su boca.

- Em... hola...- ella es la primera en romper el silencio –

- Hola... - respondes sin más. Aparentemente, ninguna tiene idea de cómo iniciar una conversación.

- Muy bien, puedo saber, ¿por qué estás aquí? – empecemos con algo simple.

Ella lo piensa un momento.

- Bueno, tengo hambre... - se queda hasta ahí.

Okey, ya descubriste algo, que emoción.

- ¿Y cómo llegaste hasta acá? -. La pregunta del millón.

Ella te mira, no parece confiar del todo en ti.

- Tranquila... no podría usar esa información contra ti, solo quiero saber cómo lo lograste -.

Sabes, por experiencia propia, lo caótico que es llegar a ese lugar, tantas personas extrañas, tantas adversidades, más siendo de ese tamaño.

- Pues... si te soy honesta... no lo sé -.

- ¿Como que no sabes? -.

- Es que... fueron muchas cosas...- se ve que tiene una historia para contar.