El peso sobre tus hombros (2)

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- ¡Que Goshiki hizo que!- grite asustando al pequeño de cabellos olivos que me miró dejando sus dibujos- lo siento, Washi-kun, mamá ira a hablar a la habitación

Dije mientras caminaba furioso, tras aquella noticia, mire el celular tratando de calmarme no era culpa de Shirabu, aún no les habían dicho de la promesa que le hicieron.

- ¿Que más le dijo?
- creo que menciono que eras un doncel y que el posiblemente el sea el padre
- dime qué no le dió mi dirección
- no, pero no dudo que lo descubra si te busca en Google, después de todo abriste una popular chocolatería en Tokio

Me deje caer en el suelo mirando la puerta ¿Que debía hacer ahora? Huir de nuevo, no eso no serviría de mucho ahora que lo sabe. Tal vez debería simplemente enfrentarlo.

- ¿Tendou sigues ahí?
- si, perdón ¿Que pasa?
- ¿Estás bien?
- creo, algo así
- ¿Por qué no querias que lo supiera?- sonreí un poco, no es que no quisiera realmente cuando me enteré deseaba fervientemente decirle, pero...si lo hacía su carrera terminaría ahí, eso creía, pensé que si tenía que lidiar con nosotros su talento se desperdiciaría.
- me sentia muy tonto, después de todo yo rompí con el pocos meses antes... Volver y decirle estoy embarazado suena tonto
- ¿Es realmente eso? De doncel a doncel ¿Realmente crees que es tonto? El hubiera vuelto sin juzgarte

Lo sabía, regresaría con el a Miyagi dónde pudieron haber hecho una feliz familia.

- no queria volver con el- menti tratando de sonar firme, quería ignorar el nudo que se formaba en mi garganta- lo nuestro había perdido su chispa desde que perdimos contra Karasuno
- ¿Entonces por qué decidiste tenerlo?

No podía responder, si lo hacía todas las mentiras quedarían al descubierto.

- por qué...
- ¿Tendou?
- por qué yo- sentía como me temblaban los labios, la cara se me ponía caliente y la vista vidriosa, abrí la boca tratando de tomar aire pero no podía solo podía jadear. Colgué el teléfono sin fuerzas para hacer nada, Shirabu trato de llamarme pero no conteste ni una sola vez en lo que restaba de la noche.

Los días que le siguieron no me atrevi a ver los mensajes que siguieron, nisiquiera revisaba las noticias de deportes temiendo leer su nombre o algún chisme de los medios amarillistas.
Una semana se convirtió rápidamente en un mes, estaba apresurado por dejar eso atrás, concentrándome en otras cosas. El trabajo me mantenía ocupado durante el día, la tarde la ocupaba en Washi pero cuando tenía que acostarme a dormir seguía pensando en su reacción, no podía preguntarle a Goshiki sin ponerme en evidencia, suponia que tendría que llevarme también esa duda a la tumba.

Cuando el invierno se acercaba las ventas empezaban a aumentar drásticamente pero el frío no era muy grato para mí me había vuelto considerables friolento con el paso de los años, empaque uno de los regalos y lo entregue a una de las jóvenes en la fila, las mesas estaban llenas y las personas charlaban animadamente mientras yo preparaba otro arreglo de chocolate, la campana de la puerta sono y las vocecillas de los clientes callaron de inmediato levanté la mirada y me encontré con aquellos ojos verdes con los que había soñado los últimos 5 años.

Camino hacia la caja y podía sentir como si todo mi sangre me abandonará el cuerpo abrí los labios ¿Habrá venido por coincidencia? ¿Que me dirá?

- ¿En qué puedo ayudarlo?- trate de actuar como si fuera un cliente más, esperando que no se notara mi nerviosismo.
- Tendou
- ¿Si?
- ¿es cierto lo que me dijeron?
- no es un buen momento, estoy trabajando- me gire para seguir pero sentia sus ojos clavados en mi, era como si pudiera atravesarme- cielos... Espera un poco ¿Si?

Luces en la ciudadWhere stories live. Discover now