Nocturno op 9 n°3

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Abrir mis ojos fue una total odisea uno de ellos estaba tan hinchado que era prácticamente imposible, había un olor a desinfectante flotando en el aire y la cama era tan dura que me dolía la espalda que se quejo cuando trate de sentarme en esta el escozor en mi brazo me hizo percatarme de la aguja proporcionándome algún tipo de suero y lo más incómodo aquellos tubos en mi nariz que me irritaban las fosas nasales:
Estaba en el hospital, el recuerdo de la escena en el restaurante se reprodujo en mi cabeza y la sensación de la cálida sangre sobre mí me hizo doblarme ante una arcada violenta pero hubo algo peor lleve las manos a mi vientre dándome cuenta que no había nada, la planitud bajo mis dedos me hizo darme cuenta de dónde hace unas horas era un notorio bulto había desaparecido y eso solo podía significar algo, me levanté a prisa la fina bata de color blanco para ver aquella cicatriz dándome cuenta que era muy dolorosa, la piel un poco amorotada y el punzante dolor me causo un ligero mareo que fue opacado por una horrible idea que se apoderó de mi mente, como un pequeño mounstro, abrí la boca soltando un quejido seguido de un suave llanto que me dispuse a callar con la mano sin demasiado éxito.

- ¿Makki-chan?- llamo una paresoza voz proveniente de una de las esquinas, trate de mirar entre las lágrimas la difusa sombra frente a mi sintiendo unas manos calidas y suaves tocarme el rostro tratando de tranquilizarme- está bien, está bien... No te preocupes
- no esta- murmuré tratando de calmar mi respiración que se aceleraba constantemente- Oikawa, no está
- calma... Está bien, el bebe está bien- tomo mis manos haciéndo que las colocará en mi regazo, pero sus palabras no llegaban a mis oídos la idea de haber perdido a aquella criatura con la que rei durante largos meses me dolia, sentía que me habían arrancado una parte de mi y el dolor era insuperable más que la cicatriz en mi vientre, el ojo morado en mi cara o cualquier otra cosa, llore con amargura ignorando al Omega delante de mi- está en la incubadora, está bien y es muy lindo se parece mucho a ti

Cuando no pude llorar más me deje caer en la cama sin fuerzas apretando apenas la frasada entre mis manos, escuché a Oikawa repitiendome que el bebé estaba en la incubadora mirandole apenas con el único ojo que podía abrir, no tenía fuerza para disculparme por comportarme de esa manera, cerré los ojos lentamente completamente agotado con la boca seca y un hueco en el estómago, no sé si dormí aquella vez o solo quede inconsciente pero cuando abrí los ojos Oikawa ya no estaba, pensé que lo habría soñado y deslice una mano temblorosa por mi vientre para no encontrar nada. Trague saliva mirando la habitación vacía y silenciosa esperando que algo pasara que alguien me sacará de ahí, las persianas estaban cerradas me pregunte la hora que era y el día, mientras me esforzaba por levantarme de la cama el sonido de la puerta abriéndose me hizo dar un ligera respingon en mi lugar mientras una enfermera vestida de blanco me observaba un poco desconcertada ingresando en la habitación para después regañarme por hacer movimientos bruscos, su voz era chillona y la encontraba inusualmente molesta, una vez que me recostó en la camilla me dió algo con el suero y me dijo que llamaría a la doctora para que me mirara.
Estuve esperándola alrededor de una hora entera y cuando la puerta se abrió de nuevo no me moleste en voltear siquiera mirando la persiana, aún que realmente necesitaba saber si el niño estaba bien.

- Hanamaki Takahiro- me llamo mientras que la enfermera caminaba a su lado haciendo girar algo, crei que sería el desayuno pero no tenía apetito para nada- hace dos días ingresaste al hospital por un ataque en tu contra.
- ¿Hace dos días?- era gracioso que siempre perdiera la noción del tiempo cuando pasaban esas cosas "traumáticas" bueno está vez había estado inconsciente. La mujer afirmo antes de continuar con lo que parecía su lectura, su voz parecía impasible aún que hace unos días se hubiera molestado por mi interrupción.
- a las horas de haber ingresado presentaste sangrado y un fallo respiratorio lo que casi te causa un ataque cardíaco- dijo ella su voz era especialmente autoritaria, dentro de mi pensé que no había duda de que era la madre de Matsukawa- debido a ello tuvimos que hacer una intervención...

Luces en la ciudadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora