visita

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Presentarse con la familia de tu pareja es difícil, un millón de pensamientos cruzaron por su mente esos últimos días maldiciendose en silencio por haber aceptado ir a la casa de la familia Ushijima mientras que su cerebro parecía empeñarse en mostrarle los peores escenarios posibles, ojalá aquello solo fuera parte de su hiperactiva imaginación pero lamentablemente sus miedos estaban muy bien justificados.
Todos en el club sabían lo estricta que es la señora Ushijima y al pelirojo solo se le iba el alma de poco en poco cada que se convencía que tendría que decirle que salía con su hijo, ya podia imaginarse los gritos a la mujer corriéndole de su hogar y tal vez poniéndole una orden de restricción. No quería hacerlo, no quería perder a Wakatoshi por aquella mujer, después de todo solo quedaban un par de meses para graduarse y no sabía si después podrían estar juntos, no quería que sus últimos momentos estuvieran limitados por la madre de aquel joven de ojos olivo.

¿Que podía hacer?
¿Rechazar la invitación? ¿Como? No podía ser honesto, confesarle que su madre le aterraba le parecía grosero además realmente quería verlo, las vacaciones de invierno le parecían más largas sin su compañía las semanas le parecían eternas, pensó en decirle que no estaba listo para presentarse; si no era ahora entonces cuando en menos de seis meses ellos se irían distanciando lentamente o tal vez de tajo, finalizar con un relación de tres años era tan doloroso el as era ya parte de su alma  le dedicaba por lo menos tres pensamientos diarios, no quería que aquella noche fuera la última: tenía tantos momentos que compartir con el, tantas caricias y besos que dar. Un nudo se le formaba en la garganta a medida que seguía pensando en aquello.

No quería conocer a su suegra.

Rodo en la cama pataleando mientras trataba de buscar una forma de escabullirse de la situación ¿Y si le decia que estaba enfermo? Dios si hacía eso el mismo día de la cena seguramente tendría aún más puntos negativos con aquella mujer, no podía dejarlo plantado eso era seguro pero no quería tener que enfrentar la acusadora mirada de la mujer mientras le decía que era el novio de su hijo, de su único hijo. Siendo un hombre ¿Y si mejor hubiera nacido como un chica? Ah... No si fuera un mujer nunca hubiera podido acercarse a Wakatoshi.

Se preguntaba si terminarían en uno de esos programas para dejar de ser gay y un escalofrio le recorría la piel, no quería ser torturado por ser lo que era ya había tenido que soportar a los molestos niños hasta la secundaria no necesitaba nada más, el estaba feliz por como era conforme con su vida, su físico y su sexualidad.

Tomo el celular, mirando la fotografía que se había tomado junto al castaño en su último viaje a Tokio había Sido divertido tomar su mano enfrente de los grados menores. Sonrió mientras desbloqueaba el móvil para mandarle un mensaje al causantes de sus alegrías y preocupaciones.

Wakatoshi-kun ¿Quieres salir mañana?

Wakatoshi-kun
Pero nos veremos mañana en la noche.

Lo se pero quiero verte antes, tengamos una cita ¿Si? Vayamos al cine o a comer.

Wakatoshi-kun
Lo siento Tendou no puedo

Frunció los labios en un gesto de molestia, quería decírle que lo necesita en ese momento hasta que se dió cuenta que el castaño no entendería su terror, apenas se daba cuenta de que la gente les miraba mal al caminar tomados de la mano adoraba su inocencia que ignoraba el reproche de los demás, pero en ese momento el necesitaba URGENTEMENTE algo de apoyó.

Oye, Wakatoshi-kun ¿Crees que estemos bien?

Pasaron algunos minutos para obtener respuesta, realmente debía estar ocupado.

Luces en la ciudadWhere stories live. Discover now