Despedida

45 5 0
                                    

Me sentía un poco desconectado, distraído en algún punto sin saber exactamente cuál era, escuchaba las voces hablándome pero no entendía lo que se me estaba diciendo, alguien me sujetaba de los hombros tratando de evitar que me desplomara en el suelo pero no sabía quién era.
¿Oikawa? ¿Iwazumi? ¿Uno de mis padres? ¿O tal vez de los suyos? No me gire para comprobarlo no me movía en lo más mínimo, al parpadear mis ojos dolían y el aroma del incienso mezclado con las flores me hacía dar arcadas. Me gire lentamente a mi izquierda para ver esa enorme caja de madera oscura y lustrosa mientras los rezos de aquel sacerdote me arrastraban de nuevo a la realidad.

Abri los ojos y un grito desgarrador escapó a medias, trate de incorporarme y correr pero la mano a mi lado lo impidió rápidamente presionado contra su cuerpo mire el retrato de mi novio enmedio de la sala mientras las lágrimas caían me mordí el labio con fuerza deseando que el dolor me despertara, anhelaba estar en mi cama con la cara empapada de lágrimas mientras el me miraba medio dormido con una sonrisa en los labios

Me preguntaría qué he soñado, yo obviamente me negaría a decirle por qué tenía algo de orgullo insistiria un poco y cuando se aburriera pasaría sus manos por mi cintura diciendo que después lo descubriria mientras yo me acurrucaba a su lado.

Cerré los ojos con fuerza, el sabor metálico de la sangre me lleno el paladar pero los rezos no se detuvieron y el aroma no desapareció.

- está bien... Ve a tomar algo de aire cariño- dijo la voz de mi madre mientras sus manos me levantaban lentamente de mi lugar, no tenía fuerza en las piernas para sostenerme y fue Iwazumi quien terminó sacándome, afuera el cielo estaba despejado y hacia un buen clima ¿Por qué? Que acaso no había perdido todo como se atrevía a seguir como si nada cuando a el se le desangraba el alma.
- ¿Necesitas algo Makki?- cuestiono Oikawa sentandose a mi lado mientras limpiaba mi labio, su pañuelo blanco ahora tenia unas manchas rojizas en la tela.
- necesito despertar de esta pesadilla- murmuré con una suave risa, ahí afuera tenía la sensación de que todo era tan irreal- quiero que prepare el desayuno mientras yo me levanto lloraron buscándolo como un niño

Oikawa hizo una mueca que nunca antes había visto, nisiquiera cuando perdiamos contra Shiratorizawa o cuando se lesionaba, una mueca tan terriblemente dolorosa que pensé que mi mente era realmente muy creativa. Me rodeo con sus brazos mientras lloraba en mi hombro.

- para... No llores- dije sintiendo un nudo formandose en mi garganta- es solo una pesadilla

Las lágrimas corrieron por mi mejilla mientras sentía la mano de Iwazumi acariciar mi cabeza.

- es una pesadilla
- lo siento tanto Makki- dijo con voz cortada el ex-capitan aferrandose a mi traje, no quería que me dijeran eso necesitaba que me dijeran que todo era una clase de retorcida broma de mi cerebro, que todo esté martirio eran apenas unos pocos minutos en mi mundo onirico. Sentí una suave brisa que me hizo levantar la vista para ver a la madre de Matsukawa a unos metros de distancia de nosotros, tenia los ojos irritados y me miraba con tanta tristeza que mis extremidades dolían.
- es hora de despedirnos Hanamaki-kun- ¿Despedirme? Trague saliva mirando el humo que salía del lugar apreté tanto los labios que estos perdieron el color, no quería no podía hacerlo.

Iwazumi confirmo por mi y entre el y su novio me llevaron adentro de nuevo, mire el suelo todo el camino hasta que llegamos al ataúd sentía los ojos de todos en mi espalda, sentía los dedos de Oikawa clavarse con fuerza en mi brazo levanté la vista para encontrarme con el.

Parecía que estaba dormido, su apasible semblante me hizo sonreirle quería alargar la mano y picar su mejilla para despertarle mientras reía por sus gestos, pero mi brazo no me respondia.

"El no esta dormido"

- habías dicho que estaríamos juntos- dije en voz baja el dolor me estaba desgarrando por dentro, trate de tomar aire y no derrumbarme ahí frente a todos pero era casi imposible- crei que era una promesa

Luces en la ciudadWhere stories live. Discover now