Puritano

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El olor a sudor lo invadia todo, las sábanas estaban enredadas en las blancas piernas mientras el sonido suave de su respiración al dormir me hacía mirar como su pecho se movía pausadamente, quien diría que el podría estar tan tranquilo en algún momento tenía la sensación de que cuando dormía sería del tipo que se removia constantemente pero después de caer rendido apenas se había movido o hecho el menor ruido, tal vez era este momento en el que el simplemente recuperaba todas las energías que tenía.

Trate de cubrirlo con la manta pero el frunció el entrecejo de inmediato, entreabriendo uno de sus ojos tratando de enfocar su vista en mi, bostezo a la par que saludaba como si aquello fuera lo más normal del mundo y tal vez lo era.

- perdón... Esto de práctica y sexo me mata- dijo estirandose perezosamente en su cama a fin de cuentas habían aprovechado la ausencia de su compañero para hacer aquello, me miró con su típica sonrisa- ¿Y que tal estuvo?

Soltó mientras le contemplaba aún con el cabello revuelto, la piel llena de pequeñas marcas que seguramente sobresalirian en el uniforme del equipo, el siguió mi mirada sonriendome apenas de nuevo.

- tengo algo de base para ocultarlas no te preocupes- le quitó importancia alargando su mano para acercarla a mi rostro para besar mis labios de forma lascividad metiendo su lengua hábil sin mucha resistencia de mi parte- así que... ¿Te gusto tu primera vez con un chico?

Roso cariñosamente su nariz con la mia, antes de alejarse dando palmaditas en mi hombro, antes de sentarse con las piernas abiertas frente a mi de forma descarada.

- estuvo bien
- ¿Bien? ¿Solo bien? Puede estar mejor que eso- sonrió divertido parecía que esa coquetería era algo natural en el un simple juego, se dejó caer en la cama finalmente cubriéndose con una manta para ir hacia uno de los cajones donde sacaba algo de ropa limpia- a mi me gusto mucho estar contigo, si quieres adelantarte a las duchas, para que nadie nos vea juntos está bien

Supongo que tenía una cara realmente incómoda, el se levanto recargandose en la litera de arriba para darme otro beso está vez más suave casi casto. Pero sus ojos señalaron la puerta entendí que su compañero podría llegar en cualquier momento, no podíamos permitirnos eso, me levanté tomando mis pantalones del suelo para ponermelos mientras el me pasaba la camisa con una sonrisa amable y confiada.

- nos vemos mañana- camine lentamente por el pasillo, era extrañó, pese a que habíamos hecho algo claramente prohibido sentía que nada había cambiado, no había nadie que me reclamara mis acciones en ese momento sentí un pequeño hormigueo en mi cuerpo y tenía que luchar con una necesidad creciente de sonreír que nunca había experimentado. Aún que el sexo fue bueno no era el causante de que tuviera que ocultar mi alegría, había algo más en las acciones de esa tarde una sensación liberadora. Como cuando estoy en una cancha pero más íntimo, como si fuera solo mío.

Llegué a mi habitacion mi compañero de cuarto hacia su tarea en uno de los escritorios mientras yo sacaba mi pijama, me daría una ducha antes de ir a dormir. Pase tras de el y me llamo con una mirada de duda pensé brevemente que me haría una pregunta pero me habló sobre un tema que no entendía ni recuerdo muy bien que respondí siquiera si lo hice.

Cuando volví en mi estaba bajo la regadera con los ojos cerrados recordando lo acontecido hace unas horas, senti un escalofrío cuando recorde la sensación de la piel del pelirojo contra la mía, la forma en que se aferraba a mi espalda, sus uñas rasguñaban levemente la piel y aquella voz jadeante mientras sus caderas hondulaban a la par de las mías. Abri los ojos rápidamente notando la erección con cierta molestia, lo último que quería era ser atrapado pero no dude en llevar mis manos a mi miembro para empezar a masturbarme tratando de no hacer ningún ruido. Mi corazón latía fuertemente mientras pensaba que a solo un par de metros mi compañero se encontraba y si abría la puerta y si me llamaba en el peor momento.

Luces en la ciudadWhere stories live. Discover now