SWAN LAKE Op. 20 act. I

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Nekoma es el paraíso de los omegas


si bien aún siendo omega podías abrirte paso en la vida estaba lejos de ser un paraíso, por ello cuando el avión aterrizó en el aeropuerto un suspiro escapó de su pequeña boca en espera de que le permitieran descender del avión, la última vez que puso un pie en el lugar fue hace un año y poco más que pasar unos días con sus amigos, creía que no volvería incluso había pensado en dejar su departamento: el cual no usaba desde hace años, y romper con su novio para iniciar desde cero en el extranjero.

Pero no podía.

Estaba feliz de que finalmente la liga Japonesa le considerará para el puesto de libero, un enorme logro para un omega como el que podría ser el primero jugando en el equipo tal vez podría inspirar a más omegas a abrirse paso en un mundo hecho para alfas y betas una sonrisa salió de sus labios saboreando el triunfo hasta que llegó al estacionamiento del aeropuerto. Apenas habría dado un par de pasos cuando escucho su nombre, reconoció la voz mientras un alfa de cabellos blancos se acercaba estando casi a un metro con apenas dos zancadas sonriendo ante la mirada de su novio que apenas pudo abrir la boca para saludarlo antes de ser callado por los flashes de las cámaras.

"Mierda" se dice internamente tratando de cubrir su cara, ese monton de reporteros de chismes habían seguido al idiota de su novio, odiaba que siempre pasara que no pudiera verlo sin que algún flash le cegara, la idea de ser famoso por sus logros se desvanecio seguramente sería recordado por el omega del modelo y dueño de la marca de ropa más cotizada en Japón.

- Lev... Vamos al auto- dijo buscando taparse la cara ya había leído algún artículo que lo tachaba de cazafortunas como si fuera el quien estaba tras del alfa cuando era completamente lo contrario. Se deslizo en el asiento del copiloto, tratando de hacerse bolita en el asiento evitando que su rostro fuera captado por las cámaras, lo que creía era inútil seguramente alguna de ellas ya tendría una foto de su cara agradecía aún que sea haberse puesto los lentes de sol. Escucho la puerta del piloto abrirse y al medio ruso entrar sonriendole como siempre para extender sus brazos hacia el estrechandole contra su pecho murmurando lo mucho que lo extraño mientras besaba sus mejillas y cabeza- los flashes me molestan

Dijo cortándole para que el riera antes de alejarse para empezar a conducir hablando de su viaje y sus juegos.

- me alegra que hayas vuelto... Debemos ir a cenar  ¿A dónde te gustaría?
- Lev estoy muy cansado, podrías solo dejarme en la zona segura está vez
- pero- el peliplata se detuvo mirandole en busca de piedad- crei que estarías conmigo
- Lev solo necesito dormir en mi cama, mañana organicemos una salida ¿Si? Además tu agenda está muy apretada ¿verdad?
- moví todo para estar contigo- dijo en un tono lastimero y el omega le miro mordiendose el labio antes de aceptar la cena, esperaba que fuera como siempre en uno de esos restaurantes de lujo por eso cuando el auto se detuvo en el hogar de los Haiba su corazón dió un vuelco.
- No me dijiste que sería una cena familiar- miro la edificación de tres pisos- ¿Que viera pasado si te rechazaba de todos modos?
- nos pondríamos muy tristes- dijo el alfa saliendo para abrir la puerta su pareja que aún miraba el lugar suspirando antes de empezar a caminar a la puerta tratando de prepararse para lo que vendría a continuación.

La increíblemente hermosa familia de los Haiba le recibió como siempre, con abrazos y cariño, llevándolo entre adulaciones hasta la mesa ya dispuesta.

- oh Yaku se a puesto aún más lindo- decía la madre del alfa riendo gracialmente- no puedo esperar a que tengas a mis nietos

Sentía como sus músculos se ponía rígidos, trato de sonreír apenas para no decir nada más pero el tema no estaba zanjado y sus suegros siguieron hablando sobre ello fantaseando con la idea mientras el bebia un poco del vino completamente incomodo por la charla. El no quería tener hijos, el no estaba listo, tenía muchas cosas por hacer y por ello no podia criar a un bebé.

Luces en la ciudadWhere stories live. Discover now