🌱CAPÍTULO 14🌱

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Nunca había entendido como es que funcionaba el universo.

No sabía si todo eran casualidades o eran cosas que ya estaban escritas desde el principio de los tiempos.

Solía escuchar que la vida de las personas estaba prescrita muchísimo antes de empezar, como si de un libro se tratase. Nosotros somos los protagonistas de nuestra propia historia, y se supone que todo lo que hacemos; cualquier error o logro, cualquier caída o herida, cualquier daño o dolor, ya estaban escritos y eran los que labraban nuestro futuro.

No terminaba de entender eso.

No sabía si el gran señor universo tenía a sus favoritos y les hacía la vida más fácil, o tenía a sus odiados, y les complicaba siempre la vida.

Cuando mi mamá me platicaba de eso, no lograba entender como es que alguien podría nacer enfermo. ¿Como es que alguien podría venir al mundo a sufrir?

Sí, lo se, la vida no es fácil. Pero eso lo descubres viviendo.

Se supone que las personas que hacen el bien, les va bien, ¿no?

Pero entonces, ¿que culpa tienen las personas que nacen enfermos y nunca se pueden curar? ¿Es una especie de castigo o algo?

Mi vida había estado llena de desgracias, ¿eso el lo que quería el señor universo para mi?

Dejando a un lado lo de mi enfermedad, nunca había sido buena conviviendo con las personas, no era buena con las presentaciones  y a veces conocer a nuevas personas me aterraba ya que no sabia que primera impresión tendrían las demás personas de mi.

«Mentira»

Ignorando a mi conciencia pensé; ¿siempre mi vida seria así? No lo sé.

De la misma manera que no sabía todo eso, no sabía como es que llegue a tener al chico molesto del hospital dentro de mi casa.

Por más que lo miraba, no entendía como es que era el mismo chico al que había llegado a detestar por un momento.

¿Otro de los bellos acontecimientos del universo para mi?

—Hefz, ¿estás bien?—Ana entro a la cocina mirándome con preocupación.

—Si...solo...—las palabras se acortaron en mi garganta, el chico solo me miraba con atención y yo no terminaba de comprender como es que eran la misma persona y yo no me había dado cuenta.

Ana miró mi brazo enrojecido y se acercó a ayudarme. Él solo me miraba creo que con algo de diversión.

—Ay mí amor, sabes que tienes que utilizar guantes—me tomo de los hombros encaminándome de nuevo al lava platos, no podía dejar de verlo. Damián era el chico del hospital, el chico molesto, el chico del que Ian me había advertido alejarme, el chico que me había salvado.

El Recuerdo De Los Dos Amores Más Grandes De Mi Vida [1.0]Where stories live. Discover now