🌱CAPÍTULO 11🌱

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—¿Cómo pude estar inconsciente dos días—miro desconcertada a la madre de Ludo.

—El calmante fue muy fuerte y en tu estado afecto de más. Ya estas mejor, pero el lunes en la noche...—niega su cabeza como si estuviera borrando algo de ahí— bueno, las cosas estaban mal—se sienta a un lado de la cama conmigo—. Pero dime, ¿Por qué te aplicaron un calmante?

—Fui a ver a Tamara—soy sincera con ella, al igual que Ludo, no le puedo ocultar nada.

—¿Tan mal estuvo la sesión?

—Toco temas sensibles—hago una mueca mostrando mi desagrado.

—¿Emma?—asiento—. Comprendo—suspira pasando su mano por mi cabello en forma de caricia—. Hefz te mentiría al decirte que no hay un día en que no la extrañe, pero debemos aprender a cerrar la herida.

—Pero no quiero dejar de quererla—me acurruco en su pecho sintiéndome destrozada.

—Mi amor, eso no quiere decir que la olvidaras y la dejaras de querer—sus brazos me rodean y comienzo a llorar—. Emma era la persona más alegre que pudiera conocer— asegura mientras me aprieta fuerte contra ella—.  Cuando éramos jóvenes creo que nunca la vi llorar. Era de las personas que siempre te sacaban una sonrisa con su mera presencia, a tu madre no le hubiera gustado verte llorar, de eso estoy segura.

—Pero la extraño—digo contra su pecho.

—Corazón, comprendo. Era mi mejor amiga, no hay un día que no la extrañe. Créeme que si pudiera pasar aunque sea 5 minutos con ella y tener una charla como antes, no pensaría dos veces en aceptarlo—toma mi rostro entre sus manos para acariciar mis mejillas y limpiar mis lágrimas—. Pero tú, corazón, tienes que crecer, tienes que superarlo—niego un poco sorbiendo un poco mi nariz—ya han pasado nueve años desde su muerte, no te puedes estancar, tienes que ser feliz, hacer tu propia vida y hacer que Emma se sienta orgullosa de ti

—Tía, siento que ya no puedo más, las cosas me cuestan, siento que ya no soy feliz—sorbo mi nariz mientras sigo llorando.

—Ay mi corazón, no sabes cuando me duele escucharte decir eso—siento como planta un beso en mi cabeza—poco a poco ¿vale? Se que tu puedes ser volver a ser feliz, tienes mucho que vivir todavía—intento contestar pero las palabras se quedan atoradas en mi garganta—. ¿Lo vamos a intentar vale? A tus padres no les hubiera gustado verte así, yo les prometí a ambos cuidarte y cumpliré mi promesa ¿de acuerdo?

Solo asiento mientras me alejo un poco de ella, tiene unas cuantas lágrimas en su rostro y se ve un poco hinchada, por lo que supongo que yo he de parecer tomate por tanto llorar. Ella limpia mis lagrimas mientras deja un beso suave en mi frente.

El Recuerdo De Los Dos Amores Más Grandes De Mi Vida [1.0]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora