🌱CAPÍTULO 10🌱

561 70 53
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


N/a: El nombre Hefziba se vendría pronunciando como si fuera con "J" (Jefziba✅) no con "E" (Ejziba❌)
🥀

🌱Hefziba🌱


¿A donde vas? No salgasle digo suplicando sin comprender mucho que es lo que pasa.

Solo veré que esta mal con la machina, tesoro*me dice con una voz suave y tierna mientras me acaricia mi mejilla.

No tardesle logro decir antes de que cierre la puerta del auto.

Sentada en el asiento del copiloto reviso el reproductor de música para cambiar de canción. A ella le gusta mucho la música Italiana, «si la recibo con su canción favorita de seguro se pondrá más feliz» pienso y pongo la canción.

Al paso de unos minutos sigo estando sola en ese auto, miro a sobre la ventanilla del coche y nadie se ve por regresa al auto—ya debería estar aquí—pienso.

Una extraña fuerza hace que levante mi mirada hacia la ventanilla del conductor, logro ver una luz blanca que ilumina mis ojos hasta el punto de cegarme. Escucho un estruendo lo suficientemente fuerte como para ser un trueno y el golpe que recibe el vehículo agita mi cuerpo por completo...

Baby estoy aquí...

¡No!

—¡No!—grito al borde de las lágrimas. Siento como mi cuerpo salta en la cama haciendo que me despierte de aquella horrible pesadilla. Estoy sudada, agitada y puedo sentir como las lagrimas amenazan con salir de mis ojos.

Miro a mi al rededor encontrándome a oscuras y sola en ese cuarto.

«No puede ser» Otra vez no. Maldigo al momento de darme cuenta de que solo era un suelo, la misma maldita pesadilla que me persigue desde hace nueve años sigue atormentándome.

Logro controlar mi respiración y caigo en cuenta que no me encuentro en mi alcoba sino en el cuarto de hospital. En vez de ver mi librero a mi izquierda, mi escritorio enfrente de mi cama y las paredes pintadas de un color rosa pastel, me encuentro con las blancas paredes aburridas del hospital, con el equipo que necesito para estar estable y el sonido hartante de la máquina conectada a un lado mío.

Por el rabillo del ojo noto la puerta abrirse lentamente, la abren a su totalidad y veo que una preocupada Ana entra a la habitación.

Ana, mi hermosa y fuerte An.

Es una castaña—casi rubiacerca de los cuarenta y tantos años de edad. Es alta, esbelta y tiene una hermosa sonrisa que combina demasiado bien con las pequeñas líneas que se forman al rededor de sus ojos, cada que ella sonríe.

El Recuerdo De Los Dos Amores Más Grandes De Mi Vida [1.0]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora