𝗔𝘁𝘁𝗮𝗰𝗸 𝗢𝗻 𝗧𝗶𝘁𝗮𝗻 | 𝗢𝗻𝗲 𝘀𝗵𝗼𝘁𝘀

Reiner

"Uf, Bertl, es tan hermosa. Algún día será mi esposa".

Bertholdt frunció el ceño mientras miraba a su mejor amigo búfer.

"¿Pensé que querías casarte con Christa?" Preguntó, con voz baja y tímida.

Reiner se dio la vuelta abruptamente, sorprendiendo a Bertholdt y haciendo que el hombre más alto saltara hacia atrás. La sonrisa inquietantemente feliz, aunque espeluznante, en el rostro de la rubia lo hizo estremecerse.

"No, no me siento como conseguir mi garganta cortada por Ymir Está bien, aunque - es Más bonita que quiero decir;. Simplemente mirada en ella, Bertl!" Reiner hizo un gesto salvaje hacia la chica de cabello cafe mientras caminaba por el patio de entrenamiento.

"Bueno, ¿por qué no vas a hablar con ella entonces?" Sugirió Bertholdt.

Reiner se puso visiblemente rígido, para gran confusión de Bertholdt. No era propio de él parecer nervioso de repente y su reacción inmediata de congelarse así.

Sin embargo, Reiner no se había congelado por la razón por la que Bertholdt estaba pensando. Reiner no estaba nervioso; no en lo más mínimo, pero si Bertl supiera la verdad, absolutamente lo mataría.

Una semana antes -

"¡Oye (T/ N)! ¡¿Cómo estás ?!" Reiner gritó después de su último enamoramiento, corriendo para alcanzarla mientras salía del comedor una mañana después del desayuno.

Nunca le había hablado, pero hoy decidió que era el día en que iba a empezar.

Cuando alcanzó a la mujer, esperaba que ella se diera la vuelta con una sonrisa confusa ante el hecho de que le hablaba al azar después de un año y medio de entrenamiento y ni siquiera miraba en la dirección del otro.

Lo que no esperaba era que ella se volviera hacia él con una mirada fría y aterradora y frunciera el ceño al ver quién era.

"No me hables," siseó, golpeando la mano de Reiner lejos de su brazo donde la había agarrado para llamar su atención por completo.

Su rostro se puso en blanco. "¿Discúlpame?" Preguntó sorprendido. ¿Había hecho algo malo ya?

"No te hagas el tonto conmigo", gruñó, su voz llena de disgusto. "Sé qué diablos eres, y sé lo que has hecho, y por eso, no quiero que la escoria de esta Tierra me hable".

Reiner se quedó sin habla. ¿Cómo lo supo? ¿Por qué no estaba entrando en pánico tanto como él esperaría de alguien que lo supiera? Sobre todo, ¿por qué no lo había entregado?

"Maldito traidor," murmuró antes de girar sobre sus talones y continuar su camino hacia los campos de entrenamiento, dejando a Reiner allí con una expresión de asombro y un sudor nervioso por la parte posterior de su cuello a juego.

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"¿Reiner? ¿Estás bien?" Bertholdt agitó una mano frenéticamente frente a la cara de sus amigos en un intento de traerlo de regreso al presente.

Finalmente, después de unos largos momentos, Reiner parpadeó, se sacudió el recuerdo y sonrió ampliamente una vez más.

"¿Sabes qué? Voy a ir a hablar con ella de nuevo", declaró, marchando con una nueva determinación de hacer que esta chica lo amara antes de que arruinara todo para la humanidad una vez más.

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"¿Pensé que te había dicho que te alejaras de mí?" (T / N) gritó, doblando la esquina del pasillo y alejándose de la rubia lo más rápido posible