CAPITULO 40

174 9 0
                                    

When my world is falling apart
When there's no light to break up the dark
That's when I look at you.

When the waves
Are flooding the shore and I can't
Find my way home anymore
That's when I look at you.

When I look at you - Miley Cyrus

El mes pareció desvanecer en cuestión de días después de la fiesta de Alex. El diecisiete había finalizado el trimestre y los estudiantes que habían optado por irse a casa para las fiestas se fueron en el expreso. Mientras que el resto disfrutaba de unas semanas sin clases ni exámenes. Alex había aprovechado para dormir todo lo que podía, sus amigos solían verla para el almuerzo o en las tardes y todos se iban a la orilla del lago negro a armar guerras de nieve y algunos muñecos con bufandas de las diferentes casas. Para cuando el frío se hacía insostenible, todos se metían adentro para tomar algo caliente y platicar.

La tarde del veinte Alex se encontraba decorando la sala común de Slytherin por su cuenta, había algunos elfos también ayudando, pero el resto de los estudiantes estaban merodeando por el castillo. Tomó uno de los adornos para el árbol, de color plata, mientras intentaba llegar a las partes altas.

— Oye, ¿viniste a ayudar o a comer todos mis dulces? –se giró hacía James, quién estaba sentado frente al fuego, comiendo caramelos.

— ¿Qué? Oh, lo siento, pero eres una bruja, usa la magia –respondió como si fuese lo más obvio.

— Apuesto a que nunca has decorado un árbol. ¿No puedes hacer nada sin tu varita?

— ¡Claro que sí! A ver, muévete –gruñó.

James le quitó el adorno y se estiró para llegar más alto, mientras Alex sonreía con astucia, había conseguido lo que quería. El pareció darse cuenta, porque se giró mirándole con el ceño fruncido.

— Eres una novia manipuladora, ¿sabías?

— Gracias –sonrió divertida–. No, James, ¡bájame!

James la subió sobre su hombro y la cargó por toda la sala, mientras los elfos miraban escandalizados. Luego, la dejó sobre el sofá y se sentó en el suelo mientras corría el cabello de su rostro. Alex recuperó un poco el aire y le miró con ternura, tenía sus mejillas rojas por el calor del lugar.

— Ayer recibí una lechuza, mi familia está decepcionada de que no te lleve a cenar para navidad.

— Oh, eso es muy dulce –sonrió.

— Creo que te quieren más a ti que a mí –asintió divertido–, no los culpo.

— Calla, a ti te adoran –dijo arrojándole un caramelo, que atrapó con ambas manos.

— ¿Qué te parece ir a dar un paseo después de navidad? Solo tú y yo.

— ¿A dónde piensas llevarme?

— Sorpresa –guiñó un ojo.

— Solo aceptaré por curiosidad –respondió, mientras se inclinaba hacía adelante para besarlo.

Los días siguientes no pudo dejar de preguntarse a donde tenía pensado llevarla, había mucha nieve afuera y tampoco podían moverse mucho fuera del colegio, por lo que sentía muchísima curiosidad al respecto. No obstante, el veintitrés de diciembre, a solo un día de noche vieja, McGonagall la llamó a su oficina, al parecer su tía le había pedido que fuera a casa ese mismo día, pero no le explicó el porqué. Alex estaba entre molesta y asombrada, ¿Por qué quería que regresara a Londres? Le había dicho con anticipación que se quedaría en el colegio y estaba arruinándolo todo. No entendía, ¿no pudo enviarle un mensaje al menos? La directora no le permitió ver a sus amigos, solo le dejó armar un pequeño bolso.

Who we are [James Sirius Potter]Where stories live. Discover now