Who we are [James Sirius Potter]

CAPITULO 23

Love is our resistance.
They'll keep us apart and they won't stop breaking us down.
Hold me.
Our lips must always be sealed.

If we live our life in fear.
I'll wait a thousand years.
Just to see you smile again.

Resistance - Muse

La noche fue larga e hiriente, había tantas emociones cargando el ambiente y el simple hecho de ser un lugar en donde personas nacían y morían, se aliviaban y sufrían, era un retenedor de energías constante. Los chicos seguían en shock, por momentos se quedaban metidos en sus propios pensamientos, mirando hacía un punto nulo y llorando en silencio. En otros casos, volvían a culparse a sí mismos por todo, Archie lo llamaba "el efecto mariposa" si no hubiera tenido la idea de acampar en escocia, nada malo hubiera ocurrido, pero en el mundo mágico se conocía que los hombres lobos aún rondaban los bosques más oscuros. Freddie no dejaba de asegurarle que como era luna llena, quizá hubiera ocurrido de todos modos, pero en un bosque diferente. Lo que está escrito siempre se cumple, para bien o para mal.

Alex había estado abrazada a James, quien cada tanto acariciaba su cabello, incapaz de poder ayudarle a sentirse mejor. Mientras tanto, Robyn había estado en medio de sus madres, las lágrimas parecían secarse, pero siempre caían más y más. Archie deseaba poder abrazarla o decirle algo, pero no podía encontrar su voz, Richie y Freddie intentaban darle ánimos, sacándole platica de lo que fuera.

— Ha sido una noche larga –dijo Richie–. Creo que está amaneciendo.

— ¿Entonces él estará bien? –preguntó Archie, con un poco de esperanza brillando en sus ojos.

— Finneas es muy fuerte, tiene la fe que se necesita para salir de esta –asintió Alex, mientras sus ojos se volvían a llenar de lágrimas–. Lo hará, tiene que.

Pese a que el sol comenzaba a asomarse por las ventanas del hospital, ni los medimagos ni las enfermeras se acercaron al enorme grupo, fue una espera eterna y nadie quería moverse de su lugar incluso aunque Harry lo propuso un montón de veces. Eleanor había tenido que irse, pero volvería tan pronto se desocupara de su trabajo y George había dejado a su hermano menor a cargo del negocio familiar.

— Señoras Tate –llamó finalmente el doctor.

Los tres se acercaron hacía el hombre mayor y escucharon en silencio todo lo que les estaba contando, luego, les hicieron algunas preguntas y los demás pudieron ver como Robbie abrazaba a su mamá, pero no había sonrisa de alivio o alegría, solo tristeza. Olivia asintió y se unió a su familia, se veía preocupada y algo estresada.

— No entiendo cómo funciona todo esto, es tan extraño –murmuró–. Nos han dicho que Finneas sigue sin despertar.

— Pero ha pasado la noche, eso es bueno, ¿verdad? –preguntó Richie.

— Si y no, sigue con temperatura alta y perdió mucha sangre, podría no despertar nunca –susurró esto último mientras un nudo se formaba en la garganta–. Solo nos queda esperar a que la fiebre pase y pueda despertarse.

Richie asintió y se volvió a sentar esta vez tomando su cabeza con sus manos, incapaz de decir algo más. Freddie miró al piso con impotencia y Archie volvía a llorar en silencio, volviéndose a sentir culpable. Alex no soportaba más ver a sus amigos tan destrozados, era una miseria que la vida de una persona dependiera del destino y quizá también del tiempo, los medimagos habían hecho lo que pudieron y eso era todo. Solo restaba esperar. La adolescente se alejó en silencio, necesitaba tomar aire, pero tan pronto encontró un pequeño patio interno en el edificio, cayó de rodillas al suelo y no pudo evitar ponerse a llorar. Finneas era como su hermano, no quería imaginar un mundo en el que no existiera, no podía hacerlo.