Capítulo 28

1K 102 32
                                    




La chica se acercó dando pequeños pasos con timidez, alzó la mirada para fijarse en el chico que tenía cierta similitud con su novio y le sonrió apenada.

—Disculpa por lo que viste hace un rato, no has tenido la mejor impresión de mi y...

—No te preocupes, muñequita.— la interrumpió sonriendo—. No veo nada de malo en que ambos estuvierais follando.

—No, nosotros no estábamos...

—Shh, dije que no veía nada de malo.— mordisqueó su labio inferior y extendió su mano—. Soy Yashua, el hermano del idiota con el que sales. No me presenté antes por obvias razones.

Sus mejillas volvieron a sonrojarse, se notaba que eran hermanos ya no solo por su físico sino también por su forma de expresarse. Ambos soltaban comentarios muy similares.

—Yo soy Leyre.— aceptó su mano, él la llevó a sus labios para depositar un beso en sus nudillos y guiñarle un ojo acto seguido.

—Ya es suficiente, imbécil, la estás abrumando.— dijo Richard pasando uno de sus brazos por los hombros de Leyre—. No le hagas caso, nena.

Yashua rodeó sus ojos con fingida molestia y se cruzó de brazos mientras los observaba, no iba a negar que hacían buena pareja pero aún así había algo que no le cuadraba del todo.

¿Novios?

Le dieron ganas de reír, Richard no era ese tipo de personas que maquillaba algo, decía siempre las cosas a la cara y de forma directa. ¿Por qué aquella chica no era una sumisa más?

Él desconfió al instante, pero no sabía si de su hermano o de ella.

—Deberíamos de salir a comer los tres juntos, hace mucho que no nos vemos y me gustaría conocer con más detalle a esta muñeca.

—Leyre, me llamo Leyre.— le recordó, le hacía sentir incómoda que el hermano de su novio le llamara "muñeca".

Richard retó con la mirada a Yashua, lo conocía lo suficientemente bien como para saber que le haría pasar un mal rato a su chica. Él no iba a permitírselo.

—No, creo que no es una buena idea.

—¡Richard!— reprochó ella alzando sus cejas—. Es tu hermano, deberías de pasar tiempo con él. Sé que mi presencia os puede molestar y es por eso que voy a retirarme.

—¿Retirarte tan pronto?— cuestionó Yashua chasqueando su lengua—. O sea, que vienes a follar con mi hermano y después te vas.

—Yashua.— advirtió Richard, su frío tono de voz le hizo entender de inmediato que debía de callarse.

—Lo siento, cuñada, solo estoy juzgando por lo que vi hasta el momento. Nada más llegar te veo desnuda bajo el cuerpo de mi hermano y ahora manifiestas que quieres irte.

Leyre no pudo sentirse más incómoda, de hecho no recordaba ningún momento en su vida donde lo pasara tan mal como ahí. La estaba humillando, sus palabras le dolían.

—Lo siento si eso di a entender.— murmuró en voz baja—. Si me disculpáis, ahora quiero irme.

Se soltó del agarre de su novio y salió casi corriendo, no le importaba que Yashua pensara más cosas de ella, no iba a seguir escuchándolo.

Richard apretó su mandíbula al ver la escena y sin poder evitarlo golpeó su puño en la cara de su hermano, los vínculos familiares eran lo que menos le importaba en ese momento.

—Quiero dejarte las jodidas cosas claras, hijo de puta.— espetó—. Ella es la única mujer que me ha importado en toda mi puta vida, así que mantén tu boca cerrada y no digas incoherencias con ella delante porque me olvidaré que eres mi hermano.

Él lo regresó a ver, con los ojos llorosos y con la mano en la mejilla que tenía dolorida.

—No me toques los cojones, ¿por qué has hecho eso?— cuestionó sacudiendo su cabeza—. A ella le importas tanto que prefirió salir corriendo, no es más que una niñata.

—¡Porque la amo!— exclamó llevándose las manos al cabello—. La amo de verdad y no voy a permitir que tú jodas lo que tenemos. No hables de ella de esa forma, ¿entendido?

Rió sarcástico, ya no solo por sus palabras sino por su actitud. Él no era el Richard que conocía de toda la vida, estaba poniendo a una mujer por encima de su propio hermano y eso no era digno de él.

—Estoy hablando en serio, Yashua.— dijo con la voz calmada—. Vas a pedirle disculpas por tu comportamiento de mierda aunque sea de rodillas, después vas a empezar a comportarte como Dios manda.

Él meditó durante unos segundos, en ningún momento despegó la mirada de su hermano mayor para no perderse ninguna de sus reacciones.

—Oh joder, verdaderamente estás enamorado.— se lamentó dejando escapar un sonoro suspiro—. Perdidamente enamorado... Dios mío, yo pensé que...

—Es que tú no tienes nada que pensar.— interrumpió, sabiendo que le soltaría el típico discurso de "es solo sexo"—. Si te digo que es importante para mi es porque de verdad es así, deja de sacar conclusiones por ti mismo porque nunca saldrán bien.

—¿Ella sabe como eres?— preguntó ladeando la cabeza—. Tal vez cuando se entere salga corriendo.

—Lo sabe, por supuesto que lo sabe... Y aún sabiéndolo me ama.— le hizo saber—. Es por eso que vamos a ir a por ella, tienes que pedirle disculpas.

—¿Qué pasa si no lo hago?

—Te patearé el culo tan fuerte que volverás a tu jodida casa volando, aún estando en otro país totalmente ajeno a este.

Yashua rió por lo bajo mientras veía a su hermano tomar las llaves de su auto, parecía que hablaba totalmente en serio.

Doloroso placerWhere stories live. Discover now