Capítulo 21

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En el bar no era un sitio donde Gabriel hubiera querido estar. Era otra actividad de la Federación para los jóvenes solteros
y aquellos que volvían a entrar a la escena de las citas. Eran parte de lo que llamaban "adultos responsables" a los que la FALGBT

Al parecer, Renato le debía un favor a Iván.
Así que Gabriel, en vaqueros y con un suéter negro ajustado, empujó a un grupo de veinte y dos solteros, cada vez más ebrios por las calles de la ciudad.

—¿Dónde ahora? —le preguntó a Renato, que estaba manejando con sobriedad el mapa, comprobando ubicaciones en su teléfono.

—En la siguiente cuadra..., hay una promoción del tequila.

Hubo un griterio generalizado, sí, comenzaron a cantar detrás de ellos.

—¿Cómo es esto un ejercicio inteligente para conocer gente? Se agarrarán entre ellos , y entonces todo será incómodo en el asado del próximo mes —susurró Gabriel—. Por no hablar de que hay algunos policías que están dando tumbos por la calle, en estado de ebriedad en público.

—Bueno, si lo odias, te presentas en el Comité de Eventos y haces sugerencias —dijo Renato, dándole la mirada severa.

—¡Ah!, dijiste que me calle y que aguante.

—No —dijo Renato lentamente—. Te dije que vinieras a las reuniones e hicieras una sugerencia.

—Aquí está mi sugerencia: cuidar borrachos es una forma de mierda para pasar un sábado por la noche.

En el siguiente bar, Gabriel encontró una mesa en la esquina, mientras que su grupo se volcó, literalmente, hacia la barra, para obtener las muestras de tequila.

—Se cómo termina esto —se dijo Gabriel a sí mismo mientras miraba su teléfono.

Mirando los resultados deportivos, se perdió la llegada de Jerónimo Giocondo Bosia. En un segundo Renato estaba charlando con el dueño del bar. En el siguiente, estaba en la esquina con Jerónimo.

Esto era demasiado.

Gabriel metió el teléfono en el bolsillo, y luego caminó hacia donde los dos hombres estaban hablando.

—Hola, Jerónimo, es bueno verte —dijo, envolviendo un brazo alrededor de la cintura de Renato.—Parece que decidiste salir de nue...

Renato le dio un codazo en el estómago, pero su novio no le soltó.

Jerónimo lo miró como si Gabriel simplemente se hubiera arrastrado desde una cloaca.

Sí, hijo, el sentimiento es totalmente mutuo.

—En realidad vine a ver a Renato, no me di cuenta de que estarías aquí —dijo Jerónimo, con voz falsamente agradable—. ¿No cuidás a los niños los sábados por la noche?

—Nuestros niños salieron con la familia. Tenemos una noche libre para nosotros... —sonrió Gabriel.

—Me alegro de que hayas podido unirte a nosotros — intervino Renato—. Tenemos que seguir adelante.

Luchó con los brazos de Gabriel, luego se alejó, mapa y teléfono en la mano.

—Vamos, todo el mundo —llamó.

Jerónimo y Gabriel compartieron una larga y desagradable mirada y luego siguieron a Renato y a la multitud hacia la puerta.

***

Renato finalmente tomo una copa en el último bar, que tenía un agujero en la pared donde se encontraba la banda de música y la pista de baile más pequeña del mundo.

#4 V&T Quallicchio [Adaptación]Where stories live. Discover now