Capítulo 26

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Renato regresó a la escena del crimen en medio del caos.

La prensa se había instalado en la parte delantera del edificio, ya actualizando sobre la situación. El multimillonario Agustín Casanova fue víctima de un robo y un posible incendio provocado.

—Nora, soy yo otra vez. Necesito control de multitudes en la entrada. —Renato estaba hablando por su teléfono, cuando la prensa reconoció al Subcomisario de Policía.

Se dieron la vuelta y centraron su atención en él. La mitad de los periodistas quería saber si este suceso significaba un aumento de la criminalidad en el barrio y la otra mitad quería saber si esto tenía que ver con el divorcio de Agustín y de Angela.

Renato hizo una pausa para tomar una respiración profunda antes de agitar las manos para llamar su atención.

—No tengo ningún comentario que hacer en este momento. Vamos a programar una conferencia de prensa cuando tengamos más información.

Detrás de él, se oyó la sirena de una patrulla recién llegado.

—Pónganse en contacto con la oficina de prensa para más información —dijo antes de girar y dirigirse a la vereda.

Un policía había mantenido a Alejo en custodia, mientras que Juan y Gabriel se reunieron con Renato de nuevo en su oficina.
Nadie hablaba. Parecía que todos estaban rumiando sus propias preocupaciones.

El Subcomisario cerró la puerta, sacudiendo el silencio.

—Así que estuviste investigando ilegalmente a Daniel Izarraga —dijo, tratando de mantener su ira bajo control—. Te pasaste.

Juan no se sentó. Se puso de pie con las piernas separadas y los brazos cruzados sobre el pecho.

—Estaba reuniendo información, que luego compartí con la policía, que tiene jurisdicción sobre uno de los asesinatos. Lo que decidan hacer con ella no es de mi incumbencia.

—Cierto. —Renato se dejó caer en su silla—. ¿Cómo descubrió lo qué estabas haciendo?

—Una periodista me llamó cuando regresaba de Mendoza.—Se hundió pareciendo un poco más pequeño—. Debe haber una fuga en el Departamento de Policía de San Rafael —dijo—. Lo que más me preocupa es que si él volvía de Puerto Valdés, eso significa que se reunió con su esposa, Tamara. —Su boca se convirtió en una apretada línea, y Renato flexionó sus manos en puños hasta que las ganas de golpear algo pasaron.

—Tenemos que asegurarnos de que está bien —ofreció Gabriel, pero Juan no dijo nada.

Renato juntó todo, y se metió de lleno en el juego.

—Voy a llamar al Departamento de Policía de Chubut. Juan, simplemente escribe todo de ella, donde se conocieron, como te pusiste en contacto con ella. —Renato empujó una libreta y un bolígrafo en su dirección—. Voy a llamar a la Federal, también, sólo para avisarles. Vamos a ver si podemos contener esto.

****

No pudieron contenerlo. El daño hecho a las oficinas de Agustín comenzó una ronda de noticias de primera plana. Un nuevo residente famoso, rico, capaz de permitirse la mejor seguridad: la víctima de un acosador trastornado o ex empleado descontento o tal vez sólo un ejemplo más de que en el distrito estaba aumentando la criminalidad.

La mayoría de los periódicos mantuvieron esa dirección en sus noticias. Pero Página 12 realizó una investigación tan profunda de todos ellos, que Gabriel supo que era algo
personal. Su propio pasado quedó al descubierto, con un pedacito de la vida de Juan y la relación personal de Renato con uno de los sospechosos.

#4 V&T Quallicchio [Adaptación]Where stories live. Discover now