La Guardiana Ladybug

Capítulo VI: Volpina

-¿Ha pasado algo, Lila?

-Solo he venido a comentarte sobre que mi plan ha sido satisfactorio -Lila esboza una leve sonrisa.

-Y gracias a ello, supongo que ha sido por esa razón por la cual he podido akumatizarla -añade Gabriel.

-Señor, ¿cuáles son sus planes?

-No son de tu incumbencia, Lila -le responde dándose la vuelta mirando a otra parte.

-Pero si realmente cuentas conmigo, yo necesito saber tus razones para así, conseguir los prodigios. -Gabriel vuelve donde Lila.

-En ese caso, ¿cuáles son los tuyos, Lila? ¿qué planeas? -Lila vuelve a esbozar una sonrisa.

-¿Realmente quiere saberlo, señor? -Gabriel asiente y Lila se acerca a su oído para contárselo.

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Después de las clases en el nuevo colegio de Marinette, se dirige hacia sus padres para hablar de las sospechas sobre Gabriel y Lila. Aunque la azabache no estuviera muy segura de contarles a sus padres sobre eso sabiendo que podría ser peligroso, ahora sabiendo que ellos saben su identidad, toma el riesgo y les cuenta.

-Mamá, papá -los llama desde el primer momento en el que entra a casa.

-Hola, cariño, ¿qué tal tu primer día? -pregunta su madre acercándose hacia ella.

-Bien, aunque quería comentaros sobre una cosita -dice Marinette nerviosa de cómo van a reaccionar.

-¿No estarás preñada, verdad? -pregunta el brillante Tom desde la cocina, el cual está preparando la cena.

-No, papá, no estoy embarazada -dice Marinette rodando los ojos por las ideas que se lo ocurren a su padre-. Quería deciros que tengo sospechas de algunos.

-¿Qué sospechas? -pregunta su madre.

-Sospechas sobre Lila y Gabriel Agreste.

-¿Qué pasa entre ellos? -pregunta su padre-. ¿Acaso están saliendo o algo? -Aunque Marinette intenta tomárselo seriamente, acaba riéndose.

-No, papá, sospecho sobre que estén tramando algo malo porque Luka los vio como si estuvieran planeando algo en la mansión Agreste.

-¿Cómo entró a la mansión?

-¡Ay, papá! ¡No sé, pero esa no es la cuestión! -exclama agoviada de las preguntas que su padre le hace.

-En ese caso, hija -dice Sabine seria-, tu padre y yo iremos a averigüarlo a la mansión.

-¡No, mamá! ¡Ese es mi deber, vosotros podéis estar en peligro! ¿Qué pasaría si acabarais siendo rehenes o algo parecido? No puedo dejar que os pase eso sabiendo que yo soy la heroína de París. -Tom y Sabine intercambian miradas y le asienten. Marinette, victoriosa, se dirige hacia su habitación para hacer los deberes que tiene por hacer.

-Espero que no tengas planeado dejar a nuestra hija ocupándose de todo esto -le dice Sabine a Tom mirándole fijamente.

-No, por supuesto que no. Nunca dejaría a mi hija hacer tal barbaridades -le responde Tom decepcionado consigo mismo por pensar que dejaría todo lo de Gabriel y Lila en manos de su hija.

-Eso espero, ahora nos dirigiremos a la mansión antes de que Marinette sospeche algo.

Tom y Sabine se visten en ropa de calle y salen de casa hacia la mansión Agreste, la cual, no se encuentra tan lejos de su casa.

Al llegar, llaman al timbre y una voz, la cual no la reconocen les pregunta que necesitan y ellos le responden diciendo que necesitan hablar con el señor Agreste urgentemente cuando no es tan urgente.