Capítulo VIII: A Congo y a París

29 5 0
                                    

-¡¿Qué es lo que necesitas, Nathalie?! -exclama Adrien mientras salen del taxi junto a Luka, quien no quiere saber nada.

-¡Ahora, muchacho, nos vas a decir dónde está la caja de los prodigios! -exclama Nathalie de brazos cruzados y frunciendo los ceños.

-Espera... ¡¿qué?!

-¡Contéstanos!

-Em... está en África -les miente.

-¡¿África?! ¿Crees que te vamos a creer?

-Pues deberíais porque yo estuve ahí con la caja.

-¿Dónde exactamente?

-En Congo, en la selva de Congo -les informa Adrien y estos se quedan estupefactos.

-¡¿Cómo va a haber en una selva la caja, idiota?!

-Me da igual que no me creáis porque a mi defensa tengo los policías de Londres para que os lleven a donde el juez por haberme secuestrado.

-Y es por eso que te vamos a llevar contigo para que no desveles nada a nadie, ricura -le dice Nathalie, sarcástica.

-¿Me lo dices en serio, Nathalie? ¿Para qué necesitas la caja de los prodigios? ¿Acaso has sido aliada de...? Oh, espera... ¡tú has trabajado con mi padre! ¡Has sido su aliada todo este tiempo, ¿verdad?!

-Eso... no es asunto tuyo y ahora ¡vienes con nosotros!

-¿Queréis que vaya con vosotros a África? -les pregunta Adrien, sorprendido con sus nuevas actitudes después de tres años-. ¿Qué os ha pasado durante estos años? -susurra, decepcionado.

-¡Tú solo haz lo que te deci...!

-Hemos madurado, Adrien, a diferencia de ti -le interrumpe Luka a Nathalie, sombrío.

-¿Madurar? ¿A eso le llamas tú madurar? -le pregunta Adrien.

-Adrien... ¡¿acaso te parece bien que después de robarme a mi chica te comportes como si no hubieses hecho nada como lo has hecho siempre?! -le exclama Luka, furioso.

-¡Yo no te he roba...!

-¡No mientas! ¡Siempre igual! ¡Nunca aceptas tus errores! ¡Nunca has abierto los ojos a la realidad! Sin embargo, ¡SIEMPRE has visto los defectos de los demás, SIEMPRE!

Unas personas se giran donde ellos por el escándalo que han montado delante de todos pero no les importa.

-¡Estás diciendo tonterías, Luka! ¿Por qué crees que siempre he visto los defectos de los demás en vez de los míos?

-¡Oh, por favor, Agreste! ¡¿Acaso no te acuerdas cuando le dijiste a Chloé que no serías más amigo suyo si no se comportaba con más amabilidad ante los demás o de todas las veces en las que no has aceptado a la chica que te gustaba, Ladybug, como en su forma civil: una chica torpe, ingenua e infantil?!

<<Tiene razón... toda la razón... ¿por qué no me di cuenta de que Marinette era Ladybug? Ahora he de sufrir todo esto por todas aquellas malditas veces en las que me he mantenido como un ciego. ¿Cómo voy a confesarle a Marinette que...?>>

El rubio apoya su mano en su cuello y recuerda qué feliz Marinette se sentía cuando estaba con Luka.

El rubio apoya su mano en su cuello y recuerda qué feliz Marinette se sentía cuando estaba con Luka

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
La Guardiana LadybugWhere stories live. Discover now