Capítulo VII: La Cita Imperfecta

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-Marinette -la llama Adrien.

-¿Sí? -pregunta, sonriéndole.

-Hoy estás... linda -le halaga y la azabache abre los ojos.

-¡¿Acaso no lo suelo estar?! -exclama, enfurruñada y frunciendo el ceño.

-Sí, sí, sí lo sueles estar solo que esta vez vas... distinta y muy linda... ¡también!

-¿De verdad?

-Sí.

Adrien y Marinette se mantuvieron observándose entre sí por unos segundos. Estaban en la cafetería, en la cual no mucha gente se encontraba. Era una de las pocas cafeterías donde un café costaba menos de lo habitual, pues no querían gastar mucho dinero.

-Emm... -dice Marinette, rompiendo el silencio-. Adrien...

-¿Sí? -le pregunta, intentando no mostrarse nervioso.

-¿Por qué haces esto por mí?

-¿El que?

-¿Por qué me tratas así, Adrien? Yo te conozco desde hace muy poco y... mira todo esto. Estamos en una quedada de... amigos, supongo y vienes tan... formal y... Esto es demasiado para mí.

-Entiendo. ¿Pero sabes qué?

-¿Qué?

-Haré cualquier cosa que tenga en manos para que regreses a París, cualquier cosa -repite, mirándola fijamente.

-Bueno, siéndote sincera... creo que iré a París. Me gustaría conocer mi familia después de tres años.

-¿E-En serio?

-Sí, aunque primero tengo que decirte algo, Adrien.

-¿Qué pasa, Marinette?

-Lo siento, Adrien. Lo siento mucho por todo lo que te he dicho y hecho. No era yo misma, te he tomado como un gran idiota cuando era yo misma la que se comportaba como una idiota. Te pido mil disculpas -le dice, cabizbaja.

-Marinette -la llama y esta alza la cabeza, asustada-, toma.

Adrien le da un sobre a las manos. La del moño, confusa, abre el sobre y ve que se trata de un vuelo a París mañana.

-Adrien... ¿por qué...?

-Solo tómalo -le dice Adrien y cierra las manos de Marinette con el sobre entre ellas-. Considéralo como un regalo, por favor.

Marinette lo mira, agradecida, y le asiente.

-Eres un gran chico, Adrien. ¿Tú vendrás conmigo?

-Por supuesto, no me gustaría seguir durmiendo en bancos por Londres -le contesta, sarcástico.

Adrien y Marinette se levantan y se dirigen a la salida de la cafetería. Se sorprenden al ver cómo empezó a llover en un instante, pues solo han estado en la cafetería por media hora.

Adrien se lamente al ver que no tiene un paraguas para cubrirse de la lluvia cuando cierta chica con moño le alza la suya, con la intención de que él se lo cogiese.

-Pe-Pero... -dice el rubio observándola, sorprendido.

-¡Adrien, por favor! -exclama Marinette, frunciendo el ceño, molesta-. ¡Tú me regalas un viaje a París pero no eres capaz de aceptar un paraguas por mi parte! ¡No seas cobarde!

-Es que... no quiero que te mojes -le dice Adrien, nervioso y Marinette se mantiene callada por unos segundos.

-¿Lo dices en serio? Yo... tampoco quiero que te mojes... ¡y es por eso que vas a aceptarlo como sea! -exclama la del moño, haciendo que Adrien cogiese el paraguas finalmente-. Considéralo como un regalo de mi parte.

La Guardiana LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora