XXI

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El amanecer de un nuevo día llegaba, una alarma sonando despertó a cierta chica de cabello negro, quien con pocas fuerzas apagó su teléfono y comenzó a levantarse lentamente, las ojeras bajo sus ojos habían casi desaparecido pero su horario de sueño aún seguía demasiado volcado como para despertarse por si misma a tiempo.

Aún somnolienta fue camino a la cocina para desayunar, como de costumbre, sus padres no estaban, habían salido ambos a trabajar temprano de nuevo, una casa tan grande y tan vacía, sin nada ni nadie, era tan aburrido.

No se esforzó demasiado, un plato de cereal, tampoco veía razones para tomarle tanto empeño a algo tan simple como la comida, esforzarse hasta en lo más sencillo, eso le traía recuerdos, como el se esmeró en todo por ella, las salidas más simples, siempre eran geniales junto a él, pero, ya no era igual.

De un día para otro simplemente el ya no estaba a su lado, sus días regresaron a ser solitarios y aburridos, nunca había nadie que fuera como el, ni siquiera su propia familia se preocupaba por ella de la forma en que el lo hacía, ojalá hubiera durado para siempre, era un sentimiento tan cálido y agradable, un sentimiento que ya no podía volver a tener, no sin el.

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Setsuna estaba sentada en el sofá comiendo una manzana mientras miraba TV, su único plan para el día de hoy era descansar, entre la mudanza y el "regalo" para Setsuna el chico estaba exhausto y ahora lo único que quería era recostarse y no hacer nada más.

Cosa que por ahora salía bien, a solo unos 20 minutos de haber tomado asiento había caído en un profundo sueño, tanto así que Setsuna pudo acomodar al dormido muchacho poniendo su cabeza sobre sus piernas, a ella le resultaba cómodo y adoraba poder acariciar su cabello, era relajante y le producía un sentimiento de comodidad.

Pequeño y esponjoso, igual que un gato pero más útil y más... complaciente.

Era confortante, un sentimiento agradable que Setsuna solo tenía cuando estaba cerca del peliverde, una sensación cálida y gustosa de la cual no quería separarse y la forma de dormir del peliverde era tan adorable que se le volvía imposible no mirarlo.

Era algo nuevo para ella, los otros chicos solo eran para su placer personal y jamás habían hecho que sintiera así, además sus anteriores experiencias normalmente se la pasaban llamándola loca desgraciada o cosas por el estilo, de todas formas ese par no eran más que unos adolescentes idiotas y hormonales.

Izuku era más calmado, agradecía eso, era más fácil tratar con el y se acostumbró fácilmente a ella, ya se había mudado con el asi que eran una pareja ya formada y solo quedaba una cosa de la que preocuparse, pero eso sería un problema para otro día.

Por ahora le toca disfrutar este relajante tiempo a solas con su novio.

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Tengo dos cosas que decir el día de hoy.

Me estoy quedando sin ideas para esta historia así que no se cuando vuelva a actualizar.

E hice otra historia que talvez les interese, esta en mi perfil por si gustan.

En fin, hasta luego.

Pinche Bakouputa me caga XD

MI Izuku Where stories live. Discover now