XXXII

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Un pitido sonaba desde el teléfono de Izuku en su habitación, era de mañana, un lunes que comenzaba con su alarma sonando, durante las vacaciones la mantuvo apagada, pero con el regreso a clases decidió volverla a encender con la esperanza de no despertar tarde.

Una presión ya bastante familiar sobre su pecho estorbaba un poco a la hora de que el peliverde trato de detener su alarma, Setsuna de alguna manera seguía dormida como tronco encima suyo a pesar de la alarma a pocos centímetros de ella.

Izuku hizo todo lo que pudo para levantarse sin despertar a Setsuna en el proceso, aún quedaba poco más de una hora hasta que sus clases comenzarán así que decidió dejarla dormir un poco más mientras el hacía el desayuno.

El pecoso bajaba las escaleras poco a poco aún medio dormido camino a la cocina, tarareaba en voz baja una cancioncita que ni siquiera recordaba dónde había escuchado, parece como si hubiera entrado en modo automático mientras hacía su rutina diaria, sin ningún pensamiento en particular rondando por su mente salvó unos breves recuerdos de sus clases antes de las vacaciones que iban y venían como si nada.

Hasta que por su mente pasó cierta persona de la cual ya casi se había olvidado, Yui.

Para el era obvio el notar cuando ella estaba al rededor, siempre desprendía un aura amenazante y sombría, pero ya hacía bastante que dejó de notar esa sensación, era raro, Izuku conocía bien a Yui, quizás demasiado bien, y no estaba seguro de cómo debía sentirse en esta situación.

Si las cosas siguen con normalidad debería encontrarse con ella en su salón de clases y no estaba seguro de cómo trataría eso, conforme más pensaba peor se volvían las posibilidades que imaginaba.

Decidió simplemente ignorar eso por ahora, ya le tocará resolverlo cuando se la encuentre, así que mientras pudiera, iba a aprovechar para estar tranquilo.

El peliverde continuaba con lo suyo mientras esas situaciones iban en su cabeza, para cuando se dió cuenta ya estaba con un plato en sus manos subiendo las escaleras.

Quien lo diría, de un día para otro, llevarle el desayuno a la cama a Setsuna se convirtió en algo normal para el, ya mi siquiera se detenía a pensar en eso, simplemente dejaba que pasará.

Era curioso.

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Ya estaba a punto de ser el descanso.

El primer día de clases fue tan monótono y aburrido que no parecería que acabarán de regresar de sus vacaciones.

En todo ese tiempo, Izuku solo le prestó atención a una sola cosa.

Yui, la chica estaba callada, mirando por las ventanas, parece que miraba el cielo nublado.

Era extraño, tan parecido y a la ves tan diferente a como ella es de costumbre, de alguna manera, la chica ya no parecía tan sombría ni tenebrosa, pero seguía sin mostrar expresión alguna y parecía que nadie notaba a la chica, o a nadie le importaba siquiera si estaba ahí, excepto Izuku.

Estaba confundido, no tenía ni idea de que le pasaba y ni siquiera podía estar seguro si era algo bueno o malo.

De alguna manera, simplemente parecía como si nunca hubiera estado mal con el, ni con nadie...

El profesor termino de hablar, no había prestado realmente atención pero tampoco habría dicho nada muy importante, les dió el permiso para salir, entonces mientras todos se acumulaban en la puerta, Izuku dió una última mirada a Yui, ella seguía solo mirando las nubes a través del cristal, entonces Izuku se levantó y salió del aula.

MI Izuku Where stories live. Discover now