XXXIII

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Izuku y Setsuna estaban en la habitación, apenas iluminada por la tenue luz de la luna cruzando los cristales de las ventanas, ella seguía despierta, sin ningún signo de cansancio, el se hacía el dormido, recostado sobre el abdomen de Setsuna, algo incómodo, su cabello era acariciado por los suaves y tersos dedos de Setsuna mientras que seguía preguntándose si debía o no confesarle a Setsuna lo que ocurrió tras los salones con Yui.

El solamente mantenía los ojos cerrados mientras ella revolvía su cabello de forma tranquila y cariñosa, una sensación de tranquilidad algo irónica.

Setsuna había tomado una posición muy amplia recostada en la cama, haciendo casi imposible que el pecoso se pudiera poner cómodo sin reposarse sobre ella, así que el se limitaba a hacerse el dormido mientras ella jugueteaba con su despeinado cabello verde.

Un silencio sepulcral que en cualquier otro momento daría escalofríos, se transformo en el ambiente perfecto para ambos, un simple silencio, comodidad y calidez que ambos compartían acostados sobre la cama.

Simple y agradable.

Izuku poco a poco iba cayendo al sueño, ya apenas despierto pudo sentir como Setsuna se rebajaba lentamente hasta quedar a su par, cayendo al sueño apenas sintió sus labios besando su frente...

 

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Los días pasaban, Izuku había formado una nueva rutina, con una complicada menos, Yui, ya no sentía que lo observará, ya no lo seguía ese eterno sentimiento de inseguridad al estar en el mismo salón que ella, ahora apenas de le dirigía la palabra, es como si hubiera sido simplemente otra compañera más, y nada más.

No sabía porque, pero eso la verdad es que le causaba una muy ligera tristeza a Izuku.

Y así, día tras día, durante toda la semana, hasta que había llegado el sábado casi sin aviso.

Una semana rápida y tranquila, hasta Setsuna se había comportado, durante toda la semana, no hubo ningún solo acercamiento de su tipo, solamente relajación y paz.

Para cuándo llegó la mañana del sábado, Izuku estaba solo en la cama, aunque no se había despertado por eso, de hecho estaba bastante cómodo.

Lo que en verdad habia despertado al pecoso era un olor muy agradable proveniente de la cocina, y esa costumbre que tenía Setsuna de no ser para nada silenciosa.

Sobre todo era lo segundo, si Setsuna hiciera menos ruido mientras cocina, seguramente Izuku habría dormido otra hora más, en fin, no le quedaba de otra más que levantarse e ir a ver qué traía Setsuna entre manos, porque en verdad con tanto ruido dormir iba a serle difícil.

Bajo las escaleras a paso de tortuga, aún no terminaba de despertarse.

El clásico olor del arroz frito estaba presente, al llegar a la cocina Izuku se encontró con Setsuna haciendo omurice, no era algo realmente elaborado, pero bueno, no se podía quejar de despertarse un sábado y tener el almuerzo servido desde el inicio del día.

Por muy amateur que fuera Setsuna cocinando, a veces sacaba algo decente.

Era extraño, Setsuna estaba inusualmente alegre, pero no de la manera normal, parecía contenta con algo en específico, una sonrisa quizás demasiado sincera decoraba su rostro, no era su clásica sonrisa burlona o su expresión lujuriosa, parecía simplemente estar contenta sin ninguna razón, lo cual era extraño.

Un agradable inicio de día si se podía decir así, una vez Izuku termino de despertar, saludo a Setsuna como todos los días, y se sentaron ambos lado a lado en el comedor listos para desayunar.

Una mañana muy tranquilo y rutinaria, demasiado quizás para Izuku, aunque no estaba nada mal en su opinión, solamente desayunar con su novia.

Era curioso como ya solamente había aceptado el hecho de llamarla así, su novia.

Una vez ambos terminaron sus platos, Setsuna se levantó y fue al baño, Izuku decidió que el lavaría los platos ya que ella fue quien cocino, pasando al lado de la cocineta, Izuku se percató de que el teléfono de Setsuna estaba encendido con la receta del omurice en la pantalla y poco menos de la mitad de batería solo.

Al parecer ella había tomado un par de intentos para poder cocinar el plato correctamente.

Izuku solo dejo salir una pequeña carcajada antes de ponerse a fregar los platos.

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Hoy no hay palabras finales gente, me estoy cayendo del sueño, solamente gracias por leer y ya deah

MI Izuku Where stories live. Discover now