Capítulo 25

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Zabdiel

Todo a mi alrededor parece dar vueltas varias veces.

Escucho a todos murmurar, mientras mi madre no sabe exactamente qué hacer.

Mi corazón late con fuerza mientras el vídeo sigue reproduciéndose en los teléfonos de todos.

—Dejen de mirarlo —Pide la directora, aunque nadie, absolutamente nadie le hace caso.

El vídeo continua reproduciéndose, frenando con varios besos y toqueteo por parte de los protagonistas.

Trago saliva sin poder creerlo.

Hago una mueca.

¿Familia perfecta? ¿Realmente tenía el derecho para exigirme que finjamos ser aquello, cuando él se la pasaba engañando a mi madre?

Las lágrimas se hacen presentes en mis ojos.

La furia no demora en dominarme, y fijo mi vista en él.

Erick parece realmente en el vídeo que está viendo.

Bufo moviéndome velozmente hacia el chico.

Las miradas de todos recaen en nosotros cuando le agarro del saco y levanto.

La clase queda completamente en silencio, mientras nuestras vistas chocan rápidamente.

—Dime ya, quién mierda fue —Digo entredientes.

Noto como Yoandri, quien se encuentra a su lado no demora en levantarse.

—Él no tiene nada que ver —Expresa, río por debajo, de mal humor.

Cuando enfoco la vista en el chico, noto como no demora en encojerse un poco, sintiéndose intimidado.

—Déjalo —Dice Erick.

Ni bien vuelvo la mirada hacia el chico de ojos verdes, noto algo distinto en él.

Esta vez, en sus ojos no se irradian inocencia, o la falsedad de intentar ocultar.

En sus ojos arde el fuego intenso de querer acabar conmigo, y estar disfrutando de esto.

Es en ese entonces, cuando sonríe.

Noto como se acerca con lentitud hacia mí, susurrándome al oído.

—¿No crees que lo mejor que puedes hacer en este momento es evitar los escándalos? A fin de cuentas, estoy seguro que tendrás muchos después de esto —Expresa.

Siento un escalofrío recorrer mi cuerpo, antes de simplemente empujarlo un poco, haciendo que caiga nuevamente en la silla.

Me alejo del chico y salgo rápidamente del salón.

La mirada que mi madre me regala, no es de alguien que no sabía absolutamente nada de lo que sucedía.

Es alguien que se encuentra avergonzada.

Bufo saliendo del salón y escucho sus pasos por detrás de mí.

—Zabdiel —Le escucho decir—. Zabdiel, no le digas nada a tu padre.

Paro en seco, sin poder creer aquellas palabras.

Apretando los puños, cierro mis ojos tratando de mantener la calma, y trato de respirar.

Sin embargo, realmente se me dificulta cuando en mi mente los pensamientos negativos me atormentan.

Me giro encaminándome hacia la mujer.

Infiltrado || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora