Capítulo 29

212 38 48
                                    

Joel

Entro al hotel de gran calidad con pasos firmes.

No es el mismo que Erick se encuentra, lo cual agradezco inconcientemente.

Que Gabriel esté cerca de toda aquella gente, me traería varios problemas.

Hablo con la recepcionista y la misma no tarda en asentir, sabiendo que ya me están esperando.

Cuando estoy en el ascensor suelto varios suspiros, sabiendo perfectamente que su llegada a este lugar no es del todo buena.

Gabriel se interpondrá en mi plan ni bien se entere que mi vida puede correr en riesgo.

Al llegar a uno de los pisos más altos del lugar, me encamino por el pasillo y golpeo la puerta, esperando que la misma se abra.

Cuando lo hace, no tardo en adentrarme allí, agradeciendo a la sirvienta.

Noto como la mujer se dirige hacia la cocina y camino por la sala, hasta encontrar a mi hermano en el sillón, tomando una copa de vino.

Al notarme, no tarda en sonreír.

—¿Te parece divertido? —Inquiero.

Noto como rodea los ojos, antes de volver a tomar un poco más.

—Gabriel, necesitaba que te ocuparas de la empresa —Inquiero.

Le escucho bufar levemente, hasta dejar la copa en la mesa.

Se levanta, y camina a pasos lentos hacia mí, hasta quedar justo al frente.

Se mantiene serio, realmente enfadado.

Sin embargo, luego decide sonreír, tratando de permanecer calmado frente a mí.

—Deja de creer que puedes mandarme —Pide.

Le observo mal y no parece importarle, tanto, que vuelve al sillón.

—Creí que al menos te alegrarías un poco de ver a tu hermano —Admite, para luego suspirar—. No sé, tal vez porque fui quien te salvó la vida.

Me mantengo allí, mordiéndome el labio inferior antes de simplemente suspirar y evitar mirarle por un momento.

Noto el sillón a mi lado y no tardo en sentarme, soltando un suspiro agotador.

—¿Cómo lo supiste? —Inquiero con seriedad.

Gabriel me sirve en otra copa de la pequeña mesa, como si hiciera bastante tiempo antes de responder.

Cuando me vuelve a mirar, comienza a hablar.

—Se me hizo raro que tu tiempo aquí solamente sea de negocios. Ya han pasado varios años, y a veces ni siquiera contestabas mis llamadas por supuestas juntas —Admite—. Sabes perfectamente, Aarón, que no te dejaré seguir con esto.

Mis ojos se cristalizan, pero ninguna lágrima terminan de salir de los mismos.

Gabriel me observa con seriedad.

—Necesito hacer esto —Digo entre dientes.

Gabriel suspira.

—No, no lo necesitas —Se dispone a responder.

La ira no tarda en aparecer en mi interior.

—Tu no eres a quien le arruinaron la vida —Expreso de mala manera.

Le escucho suspirar, y noto como aprieta sus manos en forma de puños.

—Tienes razón —Inquiere, con los ojos cristalizados—. No me arruinaron la vida a mí, pero ví como la tuya lo estaba.

Infiltrado || Joerickजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें