Capítulo 31

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Erick

Cuando el primer golpe es recibido hacia mi rostro, sé que me lo merezco.

Caigo al suelo y Yoandri se posiciona encima mío.

Noto como algunas lágrimas caen en mi rostro mientras siento que me golpea varias veces.

No me defiendo, y aquello parece enfadarlo aún más.

El chico lentamente parece ir perdiendo fuerzas, y siento sangre salirme de boca.

Yoandri se echa a un lado, y se hace parece sentarse en el suelo, abrazando sus rodillas.

Esconde su rostro, y le escucho sollozar varias veces.

Me mantengo así, recostado en el suelo viéndole, con mis ojos cristalizados.

Un momento después, el chico me observa y me agarra de la vestimenta, sentándome.

—¿¡Por qué no me lo dijiste!? —Inquiere.

Hago una mueca, antes de hablar.

—No puedo entrometerte más en esto, es demasiado peligroso —Expreso.

Le escucho bufar, y me suelta levantándose.

Noto como parece alejarse por un momento, hasta que gira hacia mí.

—¿Dónde está mi abuela? —Inquiere, con la voz quebrada.

—Déjame explicarte —Pido, soltando un suspiro exhausto.

Me levanto lentamente del suelo y paso mi mano por mi vestimenta, quitando la suciedad de la misma.

Paso mi mano por el rostro, quitándome la sangre que cae por la parte rota de mi labio y siento el mismo arder.

—Lejos de aquí —Expreso, mirando la lápida.

Yoandri asiente segundos después, y suspira.

A medida que caminamos, le noto llorar en silencio, a veces emite algún que otro sollozo, sin embargo, el chico parece morderse el labio.

No quiere seguir llorando, pero lo que le diré a partir de ahora, siendo la verdad, logrará más que en eso en él.

Siento un dolor en el pecho a medida que nos alejamos completamente de las lápidas y estamos en un campo desolado del cementerio.

El chico me observa atento y el dolor en el pecho aumenta a medida que comienzo a contar absolutamente todo.

Noto como abre la boca sorprendido, mientras el relato simplemente sale de mi boca.

—¿Cómo es posible? —Dice entre lágrimas—. Todo esto tiene que ser una pesadilla.

Aprieta sus puños, sin embargo, no me vuelve a golpear.

Parece clavarse las uñas de sus manos en las palmas de las mismas, como si quisiera calmarse.

Sin embargo, no puede hacerlo.

—¿Por qué no sabes aún quién está detrás de esto? ¡Tiene que pagar! —Dice enfurecido.

Una lágrima cae por su rostro pero la quita al instante.

Sí, no le conté a cerca de Zabdiel y los demás.

Tal vez sea egoísta, pero realmente no quiero meterlo más en mi mundo.

Su abuela falleció, me perseguirá por toda la vida la culpa, sin embargo, no quiero que él muera también.

No lograría continuar así.

Infiltrado || JoerickWhere stories live. Discover now