Construcción de capítulos y escenas

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Los capítulos son la subdivisión más común de una trama, pero esa subdivisión no puede hacerse de manera aleatoria. Cada capítulo tiene que replicar la estructura de la trama general de planteamiento, desarrollo y desenlace, además, presentarás un aspecto a faceta del conflicto a la que el protagonista deberá hacer frente.

La separación de una historia en capítulos nos permite crear una estructura, externa a la historia y más definida de frente a los lectores. Cada cambio de capítulo o de parte, ofrece un respiro para la audiencia. También es una herramienta para llevar suspenso y giros inesperados. Además de aportar una ventaja a la escritura.

Si planificamos la historia y sabemos cuántos capítulos conforman la misma, podremos identificar su contenido para abordarlo por etapas delimitadas, y con ello hacer que la escritura resulte menos ardua. Dividir una historia en capítulos tiene otras ventajas, como permitir encontrar con mayor facilidad un punto de la narración, ya sea para para releer una escena o para comprobar un dato.

Para empezar, puedes estructurar tu historia a partir de los sucesos. Comienza escribiendo un borrador del capítulo (sin poner especial atención a la ortografía para que no pierdas la idea), y cuando llegues al punto que puede ser el final, haz un "corte", y continúa. Mientras tu historia va avanzando, irás notando dónde tiene más sentido terminar cada capítulo. Lo importante es que arranque bien y termine de un modo adecuado para que la intriga continúe y el lector siga atraído por la trama. Si en una escena no ocurre nada relevante que impulse la acción hacia adelante, deberías eliminarla.

Por lo general, cada capítulo introduce a un nuevo suceso, un cambio o un giro en la historia, y para ello, lo más conveniente es que se escriba otro capítulo. Cualquier cambio inesperado en la trama da lugar a un capítulo nuevo, y esto guía al lector para ofrecerle una mejor lectura de tu narración. El final de cada capítulo debe hacer que la audiencia quiera pasar al siguiente y continuar leyendo.

La intriga y el suspenso deben estar dentro de la propia historia. Se puede usar el recurso de una revelación por medio de un diálogo, y dejar así la duda abierta para el siguiente capítulo, no es necesario que el final se dé por medio de una acción.

¿Cuánto tiene que durar un capítulo?

Lo que tu historia necesite, ni más, ni menos. Hay capítulos muy cortos de apenas unos párrafos y hay capítulos demasiado largos que se extienden por varias páginas. Lo esencial es aprender a diferenciar cómo se puede dividir tu historia.

Por escenas. Una escena es una unidad dramática dentro de la trama. Es decir, cada parte de la trama que tiene continuidad en sí misma, ya sea por contar con una única situación, un único escenario o unos personajes determinados.

Por capítulos. Los capítulos son divisiones de la estructura de la trama que no afectan al contenido. A veces un capítulo puede contener una sólo escena; otras veces, contiene muchas escenas e incluso puede partir escenas a la mitad.

Por partes. Hay historias que se dividen en varias partes, y no hay una forma fija para ello. Hay historias con dos o tres partes, con muchas partes y con ninguna. Como siempre, depende de tu escrito y de cómo quieras estructurarlo.

Otras divisiones. Además de lo ya mencionado, también se da el caso de historias en las que cada capítulo tiene distintas partes o fragmentos (separados por una línea en blanco, por ejemplo). Este tipo de subdivisión resulta útil cuando se cambia de escena o de tema a tratar. Así, el lector se da cuenta de que hay un salto en la trama.

¿Cuántos capítulos debe tener mi historia?

Tantos como desees. La decisión es únicamente del autor y depende de las propias necesidades de la historia. Pero, si aún tienes dudas sobre este tema, a continuación se enlistan algunos puntos a tener en cuenta a la hora de decidir qué colocar en cada capítulo:

a) Tensión, dudas, expectativa: un aspecto importante para decidir dónde empezar y terminar un capítulo, es la tensión, las dudas y la expectación en la trama. Un punto ideal para colocar un cambio de capítulo es aquel donde se produce un giro narrativo, o donde podemos introducir una pregunta esperando a ser respondida.

'¿Aceptará casarse con él?' '¿Dirá que sí?' '¿Descubrirá la trampa?' Todas las preguntas al final de un capítulo provocarán las ganas en la audiencia de continuar leyendo.

Estas interrogantes no tienen por qué estar escritas tal cual en la narración, sino que se las hace el lector según lo que le hayamos contado.

b) Estructura: cuando escribes una historia, es muy útil contar con un "mapa" previo del camino que seguirán las diferentes partes de la misma. Con ello puedes analizar la estructura y calcular los lugares donde habrá giros de la trama. Estas partes, funcionan muy bien como cambios de capítulo.

c) Perspectiva de la audiencia: no es "obligatorio" que tengas qué decidir las divisiones de tu historia desde el comienzo de la escritura. Siempre puedes pasar de ello y trabajar en el primer borrador, centrándote en las escenas que quieres contar y los acontecimientos de la misma.

Luego, cuando revises el borrador (de preferencia no de inmediato al terminar de escribirlo), ponte en el sitio del lector y marca aquellos lugares que crees que funcionarán mejor como cambios de capítulo. El propio escrito te irá pidiendo 'pausas'.

No le temas a cambiar de ideas o a sumar otras conforme avance la historia, pero no pierdas el punto focal de la trama; no te 'aventures' a querer modificar toda la estructura. Lo recomendable es que guardes esas otras ideas, porque te pueden servir para armar la trama de otra historia en el futuro.

Guía para escribir FANFICTIONWhere stories live. Discover now