XV. Adaptación

1.4K 167 16
                                    


Época moderna

Tokyo

07:00 AM

Una joven se despertaba con cierta energía, que le sonaba interesante a su parecer, porque no todos los días despertaba con la energía suficiente para empezar el día, en esta ocasión no se sentía soñolienta. Se levantó, acomodó sus cosas y se dispuso a bajar al comedor donde por sorpresa encontró a su madre y al joven demonio; la mayor hablaba mientras el otro contestaba con monosílabos o sonidos.

Minutos más tarde llegaron los más pequeños a la mesa donde se encontraban alistando las cosas para poder desayunar. Entre risas y bromas, los más pequeños se abalanzaron a la joven sacerdotisa quien gustosa los recibió con un fuerte y cálido abrazo; el demonio solamente los miraba de reojo y su bestia interna constantemente se removía feliz, estaba tan despierta que no pasaba desapercibido ninguno de los movimientos de la joven y los pequeños, ésta creía y afirmaba que aquella mujer de cabellos negros podría ser una excelente madre, cosa que no pasó de largo al pelilata y sólo se contestó con un muy suave y casi insonoro gruñido. El poderoso Inu sabía en el fondo que sus deseos por estar en el corazón de la pelinegra cada vez más crecían; sin embargo, él aún tenía esa duda de si en su corazón permanecía rastro alguno del amor que le profesaba a su medio hermano.

Minutos más tarde la mayor de los Higurashi llamó a todos a comer para comenzar el día durante el desayuno la pequeña Rin comentó —señorita Kagome, Shippo y yo hemos estado platicando, y queremos preguntarle algo, pero por favor no se vaya a enojar—, ante esto la chica quien se encontraba sentada a un costado de la niña acaricio su cabello y le sonrió —nunca me enojaría con ustedes, pueden preguntarme lo que quieran— este último lo dijo en un tono cálido qué hizo sonreír a los pequeños.

—Bueno lo que Shippo y yo queremos preguntarle es, si podríamos llamarla mamá. Sé que es repentino, pero así es como nosotros nos sentimos cuando estamos con usted, entonces ¿podríamos llamarla así? — ante esta interrogante, la joven mujer sólo atinó a sonreírle a la más pequeña y revolverle el cabello, para proceder a abrazarla y decirle con un tono suave y divertido que así podrían llamarla. Los dos pequeños con premura se levantaron de la mesa y corrieron hacia ella para poder encontrarse en un fuerte, cálido y tierno abrazo; la escena se veía tan maternal que la mayor de todos solo sonrió sacando su celular para tomar una foto y así recordar aquel momento.

El youkai sólo veía y admiraba el momento su bestia se dejó envolver por la calidez que emitían los pequeños junto a Kagome; sin previo aviso una pequeña y ligera sonrisa se formó en su rostro durante unos breves instantes.

10:00 AM

Una bella mujer de cabello blanco, facciones definidas y sumamente estéticas, arribó al lugar de los Higurashi; el imponente demonio sabía perfectamente que su madre no estaba ahí por casualidad, la conocía perfectamente y sin escatimar dedujo que ella necesitaba algo y él tenía que proveerle ese algo, se levantó de su asiento y en un intento de respeto le preguntó de su intrusión, a lo que la demonesa solo le sonrió y le toco suavemente el rostro. Las intenciones de superioridad del demonio desaparecieron en el instante en que su madre se abalanzó a los más pequeños dándoles un tierno y es eufórico abrazo, dejando impactado al mismo.

Saludando a todos los presentes la demonesa comenzó con su monólogo aparentemente extraño y chusco, no todos los días se ve a la imponente mujer siendo parlanchina y sobre todo extrovertida se sentó en el sillón principal y con un gesto y un solo movimiento de la mano les indicó a todos que tomarán asiento junto a ella.

La mujer comenzó a hablar respecto a lo que sería la estadía de los del Sengoku:

—Veo que comienzan a adaptarse poco a poco y ante esto me siento bastante orgullosa, no todos los días llegas a un mundo nuevo o época desconocida. Sé que todo esto es nuevo para ustedes pequeños, pero ustedes tienen que adaptarse y estoy aquí precisamente para eso, comenzarán con una vida ordinaria como ciudadanos de esta época; ¡Hijo mío!, ya te lo había dicho con anterioridad tienen que hacerse fuertes y entrenar para que puedan hacer frente a lo que se avecina —la mujer veía fijamente aquellos ojos fríos de su hijo —estoy aquí con una serie de pasos que van a tener que seguir cada uno de ustedes, empezando por ti Sesshomaru. Comenzarán con entrenamiento básico para hacerse pasar como humano; claro, sólo aplica en el caso de ti pequeño kitsune y tu amado hijo, necesitan esconder sus marcas sin necesidad de recurrir a trucos humanos, por otro lado, aprender a estudiar las costumbres de esta época. Ciertamente el convivir con los Higurashi les estarán enseñando normas básicas, modales conocimientos sobre algunas cosas, pero esto no implica que ellos les puedan proveer de todo lo demás. Pronto mandare a Jaken para que ustedes comiencen con su entrenamiento. Sacerdotisa es tu deber incrementar tus poderes para poder hacerle frente a estos villanos, está en ti el poder regresar al pasado —con sorna y diversión prosiguió —¡oh!, se me olvidaba recuerden que nada en esta vida es gratis, por tanto, tienen que trabajar para poder alimentarse y tener todo lo demás en esta época. Hijo es tu deber participar como ciudadano responsable en este lugar, sé que tú eres demasiado listo, pero eso no implica que puedas con esta tarea, porque no te será tan fácil.

—¿A qué te refieres madre? — preguntaba con clara molestia en sus palabras el youkai.

—Paciencia hijo mío. Tú más que nadie sabes qué durante todo el tiempo que has vivido en el Sengoku, has tenido esta discapacidad de tolerancia a los humanos. En este mundo no te será tan fácil, si requieres algo para poder vivir o alimentar a la pequeña Rin, no te funcionará matar un animal o buscar fruta silvestre, aquí ya no hacemos esas cosas, todo lo hacemos con una moneda de cambio, el dinero. Aunque en el pasado seas el lord del oeste, ese título es irrelevante y olvidado ahora, aquí no eres nadie. En tal caso no tienes de otra más que depender de ellos; todos los humanos aquí presentes no me dejarán mentir, no todos son amables y humildes o quizás pacientes y tolerantes, encontrarás humanos que pueden ser todo lo contrario a lo que has conocido, porque no serán como la pequeña Rin o mi querida Nahomi. Debes aprender sobre la tolerancia, respeto, solidaridad y trabajo en equipo, fufufu.

El majestuoso daiyoukai no cabía de la rabia que sentía en su interior, él trabajar de la mano con los humanos, que patético se sentía.

—Mi querida Nahomi y mi pequeña miko, dejo en sus manos las enseñanzas de este frío demonio, que, aunque no lo parezca es hijo mío —argumentaba de forma dramática y burlona— Las dos azabaches soltaron una carcajada, que contagió a los presentes menos a cierto lord.

Así pasó el resto de la tarde, entre platica y platica, las mujeres mayores compartían recuerdos y momentos de sus hijos que al parecer de ambos, eran bochornosos. Mientras los más pequeños jugaban en el patio, la joven miko se retiraba a su habitación, recordando que tenía tareas por realizar para al día siguiente presentarse a clases sin problemas; mientras ella comenzaba con aquellas operaciones de algebra, un demonio entraba a su habitación, ella volteó y él la miró dubitativamente, la joven se levantó de su asiento para poder indicarle a Sesshomaru que ella le prestaba atención, —Miko, enséñame esas cosas de las que habla mi madre— la chica le sonrió y con tono delicado le contestó —Por supuesto, te enseñaré Sesshomaru, pero siempre y cuando me llames por mi nombre, Kagome— claro estaba que el joven no estaba de acuerdo con la petición de la mujer, pero si bien sabía que la necesitaba, decidió tragarse su orgullo y respondió —Es un acuerdo, Kagome — .

La chica no podía de la emoción, tanto que sin darse cuenta abrazó a la imponente figura del demonio, separándose con un ligero sonrojo en las mejillas y pidiendo disculpas, a lo que el youkai le correspondió colocando su mano sobre su mejilla admirándola y dedicándole una ligera sonrisa, provocando una aceleración en el corazón de Kagome y miles de mariposas revoloteantes en el estómago de esta.

Out of timeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora