|•PROFECÍA•| //Christopher Vélez y tú//

Capítulo 66 -Especial pov's-

lindsay

Nada ni nadie podrá cambiar lo que ya está escrito.....

Rozo mis dos manos en signo de que mi cuerpo mantiene una temperatura baja que no puedo soportar, más los nervios que cada vez más, me dejaban desquiciada y sin salida mental.

llevo casi dos meses luchando con esto, con esta criatura que quiero que desaparezca de una vez, siento que no es el momento y menos estoy preparada para traer a alguien a este mundo, menos un hijo del desgraciado de Christopher...

Desde que me enteré de la desafortunada noticia de que estaba embarazada, añadiendola de un infiel traidor de Christopher, estoy deshecha, ya no sé ni que hacer con mi propia vida, no se si vivir sea la mejor opción, pero al mismo tiempo recuerdo que tengo muchas cosas que hacer y que no estoy preparada aún para partir de esta tierra pero tambien se que este bebé que estoy esperando me está acabando la vida poco a poco.

Aunque el no es el dueño de mis desgracias, sino, Sussane Wastern que desde que apareció en mi vida se ha enfrascado en hacerla añicos y dejarme como estoy ahora, sola y sin amor.

—¿segura que vas a abortarlo?–preguntó becka y asentí con la cabeza.

—Si–respondí.

Ella ladea la cabeza y me mira con una pizca de diversion o perversion y solo suspiro pesadamente, ya me imagino lo que tendrá en mente.

—De verdad que eres una estúpida, ahora que pudes hacer sufrir a Christopher y robarle dinero piensas en la salida que menos te beneficia.

—Para mi el dinero no lo es todo...

—Pero lo necesitas, Lindsay, amiga date cuenta, puedes amenazar a Christopher de contarle toda la verdad a cambio de mas dinero—toma mis muñecas y me safo de ella de inmediato.

—No, no y no, no quiero mas dinero de ese imbecil, tu sabes lo cuan lejos de mi vida lo quiero, me importa un rabano si está con Sussane o no, no quiero mas dinero de su parte y por esa razón voy a acabar con este engendro—dije enojada, no soporto la idea de depender mas de Christopher.

—Está bien, como digas, lo único que te digo es que pienses bien, puedes deshacerte de ese bebé y hacerle creer a Christopher que aun lo tienes y listo, tienes dinero y sin criatura.

—¡Qué carajos no entiendes que no quiero ni un centavo de ese desgraciado!?—grité, estaba desesperada y su insistencia me ponía aun peor.

—Bueno bueno, pero cálmate, solo te doy ideas pero allá tú.

solo fruncí el ceño y me fui de su casa.

No podía dejar de llorar, me siento tan destruida tanto emocional y físicamente por todo lo que me ha pasado estos últimos meses y lo que mas coraje me da es que aún sigo completamente enamorada de Christopher y estoy segura que sera el hombre que amaré hasta el resto de mi vida, pero ya me di por vencido, no aguantaria saber que simplemente andaria conmigo por lastima, al fin me di cuenta que el ama a Sussane a pesar de que yo lo adore con todas mis fuerzas, me decidí a olvidarlo y arrancarlo de mi corazón, porque el me ha hecho mucho daño, todo desde que apareció esa chiquilla y quisiera decir que la detesto pero la realidad es otra, no lo hago por el hecho de que en algun momento la considere mi amiga pero fui tan cruel solo porque desde siempre supe sus intenciones con mi ex novio y no iba a permitir que me lo quitara pero al final....lo logró.

Ahora, solo lucho conmigo misma, quiero acabar con este bebé pero no puedo decirle a mi madre y no tengo dinero....y no, no pienso decirle a Christopher.

Me miro al espejo, y noto lo tan distante que he estado desde diciembre, he adelgazado mucho, mi cabello está mas largo y seco, poseo ojeras y mis labios están secos, en pocas palabras estoy horrible.

No quiero vivir, no al saber que mida vida va a ser igual de miserable hasta mis últimos, ya no aguanto.

No tengo apoyo emocional, mi madre no puede enterarse que estoy gestando y Rebecca no es de mucha ayuda que digamos.

suena mi teléfono.

—¿qué pasó ahora, Christopher?—espeté.

—Es que...te aviso que voy a ir mañana temprano a tu casa para darte dinero, se que lo necesitas...

—¡No necesito nada tuyo, Christopher! ya te dije que no voy a recibir ni una moneda mas, dejame en paz—grité molesta.

—Vamos lindsay, sabes que lo hago por nuestro bebé...

—¡Bebé que no va a existir mas!

y colgué.

Mañana mismo averiguaría algun lugar clandestino para abortar, debía hacerlo y reunir todo el dinero de alguna manera, pero no voy a terminar de desgraciarme la vida con un bebé que no quiero ni querré jamás....