Capítulo 75 "Exterior"

57 6 0
                                    

Maratón (1/3)

Nada ni nadie podrá cambiar lo que ya está escrito...

—Señorita Wastern, ¿cómo se siente con respecto a que su matrimonio es en tan solo cinco días?,—pregunta la reportera mientras muerdo una de mis mejillas por dentro.

Hace dos horas estamos dando entrevistas a la prensa, ya no aguantaba ni un instante allí, la presión de mostrarme con la mejor versión de kí y una sonrisa me causaban una fuerte pesadez en el pecho. Mis nudillos apretaban y mis ojos aguados no aguantaban más en dejarse estallar.

—Necesito agua, ¿podrían...

Arthur me toma la mano fuertemente mientras que con la mirada directa a la cámara murmura de manera amenazante.

—Sussane, responde y ya...no me hagas enojar, querida...

querida...como trata de maniobrar su enojo con esa palabra tan dulce...

—Bien...—respondí sin más.

—Bien...¿solo bien, señorita?.—Respondió la reportera mientras Arthur me miró amenazante pero se adelantó antes de que pudiera hablar.

—Quiso decir bien emocionada, ya saben, está muy sensible porque.—Respondió mirandome a los ojos.— Se hará la mujer más feliz del mundo al casarse con el hombre que ama...

(...)

—Sussane por favor, hablamos de esto, ¿qué carajos te pasa?

No respondí, solo seguí caminado.

—No me ignores Sussane o sino...

—¿!O sino qué?!, ¡Maldita sea Arthur déjame respirar!, no quiero ir contigo a ninguna parte, no quiero escucharte ni hablarte, no ahora!.—dije tomando mi bolso para salir rápido del lugar, no sin Arthur siguiendome.

—¿Por qué complicas tanto las cosas, mi amor?, yo sé que esto es difícil para ti pero puedo tratarte como una reina, darte todo lo que quieras...

—Lo que ahora quiero es paz, solo eso.—dije sacando mi mano para tomar un taxi.—nos vemos Arthur.

—¿A dónde vas, Sussane?...—dijo pero me anticipé y me subí al taxi lo más rápido que pude.

No paraba de llorar, la cabeza me quería estallar de tanta maldita pensadera. Solo quiero estar bien, bien donde la única persona que en realidad amo.

Luego de un par de minutos, bajo del taxi, no sin antes pagar lo que debía. Diviso frente a mí la pequeña casa color celeste donde vive él...

Christopher...

—Ya casi siete meses sin verte, mi amor...

Camino sigilosamente antes de tocar la puerta, rogando porque aún siguiera viviendo aquí.

Toco la puerta un par de veces hasta que es abierta, observo de inmediado a la señora Yenny y solo me dispongo a brindarle una sonrisa.

—¿Sussane?.—responde algo sorprendida.

—Hola señora yenny, ¿Cómo ha estado?, con permiso ehmm.—dije un toque nerviosa.— Christopher...¿está?

Y es allí cuando inmediatamente me arrepiento, me cuestioné de haberlo buscado así de la nada, quizá él ni siquiera quiere verme o...ya me habrá olvidado. Seguramente tiene cosas mucho máa importantes que pensar en mí, obvio en su hijo...o hija, quién sabe.

—Él...

—Perdón, perdón de verdad señora Yenny, yo...yo mejor me voy.—dije despidiendome con un beso en su mejilla.—Ah, por favor, no le diga nada a Christopher de que estuve aquí, se lo suplico.

Dije sin ni siquiera dejarla hablar. Tomé otro taxi nuevamente y simplemente me fui a casa.

Mi madre me vio un poco preocupada pero no pensaba hablar con ella, no ahora que me siento fatal.

Subí rápidamente los escalones hasta llegar a mi habitación, cerré con llave y me dispuse a llorar, a expulsar todo lo que tenía acumulado y que jo me dejaba seguir tranquila.

Quien pensaría que hace un poco más de un año era una chica completamente inocente que acababa de dar su primer beso y a explorar su exterior y ahora soy una mujer apunto de casarae y viviendo una verdadera tortura de vida adulta, quien imaginaría que ese "exterior" en realidad es el infierno.

Sin parar de llorar me levanto del suelo y me dirijo al baño, observo mis ojos completamente hinchados y mi cara demacrada. Me veía realmente mal, destruída, nada parecida a la Sussane de hace un año, soy otra completamente, gracias a mis decisiones y a las circuinstancias me he vuelto una mujer infeliz, manipulada por todos los ámbitos y por mi irremediable ignorancia perdí al verdadero amor de mi vida y peor aún, sin el valor de ir a decirle que lo amo y que nunca lo he dejado de amar.

|•PROFECÍA•| //Christopher Vélez y tú//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora