Capítulo 23 "Confusión"

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Nada ni nadie podrá cambiar lo que ya está escrito...

Alistaba mi cabello con una coleta alta, aros grandes y un poco de maquillaje. Después de varios días se trabajo y los últimos días antes que se acabara el semestre, era hora de ir a la cita doble que Erick y Joel habían planeado, iríamos a un restaurante, sentía que la pasaríamos al máximo, ya que ellos dos son muy divertidos.

No he vuelto a cruzar palabra con Chris el ha tratado de sacar alguna conversación con gestos pero yo trato de no dar mucha importancia a lo que haga ya que yo me había decidido a olvidarlo y eso estoy tratando de hacer aunque me cueste hacer eso.

Bajé a la sala principal y me encuentro con mi fastidiosa hermana que de paso iría a preguntarme a donde iría.

-¿Dónde vas tan arreglada, Sussane?-dice en tono irónico.

-Eso no debe de importarte, Lara-rodé los ojos. Permiso, por favor

-¿Le has dicho a mamá?-preguntó cruzada de brazos.

-No, no tengo por qué-sin más salí de mi casa y esperé a que los chicos vinieran a recogerme.

Después de unos minutos ellos llegaron, nos saludamos y nos subimos todos al auto de Erick. En el camino íbamos contando chistes, especialmente Erick, aunque no fueran tan buenos realmente

-¿Por qué la naranja no tiene cuernos?...-dice Erick burlón.

-Ahs, Erick, por favor -dice Joel rodando los ojos mientras yo reia al igual que Sav.

-Porque sino fuese una To-ronja-dijo y comenzamos a reír menos Joel que se lo decía Erick cada 5 minutos

Al llegar Erick se estacionó y bajamos del auto, estábamos en el garage del restaurante así que subimos a este mismo por medio de un ascensor que había allí. Al ver el restaurante quedé completamente sorprendida esta bonito, los detalles eran magníficos, me gustaba el lugar, me parecía súper lindo.

-Siéntanse, por favor-dijo Erick y todos nos sentamos en una de las mesas.

-Buenas, aquí está la carta-Dijo el mesero entregando la carta a los cuatro.

Vi por unos minutos la carta y me pude dar cuenta que es comida italiana, así que me decidí por una sopa Minestrone

-¿Ya decidieron?-dijo el mesero con una sonrisa.

-Si, yo quiero una sopa Minestrone, por favor-dije y comenzó a escribir en una pequeña libreta.

-Me da una pasta carbonara-dijo Savannah.

-por favor me da una Focaccias -sonríe Erick.

-Y yo quiero un Vitello tonnato -Dijo Joel y el mesero asintió.

-Y ¿qué quieren de entrada, jóvenes?-dijo el mesero.

-Unos raviolis y de postres unos panna cotta-dijo Joel y el mesero aceptó y se fue.

-Que restaurante más lujoso, cariño-dice Savannah a Erick. Gracias

-Bueno, entre Joel y yo ayudamos para estar aquí-dijo Erick. Nos pareció interesante el sitio.

-Y lo es -dije.

-¿Cómo has estado, Sussane?-me pregunta Joel con una sonrisa

-Muy bien, ¿tú?-pregunté.

-Estoy excelente-sonríe. Quería decirte algo y es si mañana podemos salir a comer algo no sé

-Yo quisiera -sonreí. Pero sería en la mañana ya que después tengo trabajo

-¿En la cafetería donde trabajas?-dijo y yo asentí.

Después de platicar todos un rato llegó el mesero con todos los pedidos, comenzamos a comer entre risas y chistes de Erick. Al terminar Erick y Joel pagaron la cuenta, yo quería pagar la mía pero ellos se opusieron así que no pude hacer nada. Era un poco tarde así que Erick me llevó a mi casa, me despedí y bajé, Joel me acompañó hasta la entrada y después me sonrió

-Nos vemos mañana -dijo y me dio un beso en la mejilla.

Ellos se fueron y yo traté de abrir la reja, es ahí cuando siento unas manos en mi cintura.

Volteé un poco alarmada y me sorprendo al ver quien era el que estaba detrás de mi, era Christopher, estaba ahí, frente a mi. Una pizca de esperanza apareció al verlo, me sentía importante ya que tal vez le importe mucho lo que siento, fruncí el ceño ya que era muy extraño que el estuviese en mi casa y más a estas horas de la noche. Lo miren por unos segundos y ladeo mi cabeza hacia otro extremo, su mirada hace que me incomode un poco y que mis manos comiencen a sudar. Su respiración estaba muy cerca, y eso hacía que mi corazón latiera a mil.

-¿Qué haces aquí, Christopher?-pregunté incrédula.

No respondió, solo puso su pulgar es mis labios y comenzó a acariciar estos, de repente sentí sus labios en los míos, al principio no accedí, ¿Por qué carajos viene a mi casa besarme? Y lo peor es que sin darme explicación alguna.

Pongo mis manos sobre su pecho alejándolo de mí

-¿Qué te pasa?-espeté.

Otra vez se quedó callado y me acercó a él, chocó nuevamente sus labios y esta vez no pude negarme, sus labios regordetes sabor miel me hipnotizaban, el tenía algo. Él era mi adicción a pesar que él no sienta esto tan fuerte que yo siento. Puse mis brazos en su cuello para dar profundización al beso y el puso sus manos en mi cintura, acercandome a él. Me sentía mal al mismo tiempo, él tiene novia, y si terminaron ¿Se estaría despechando conmigo?, no soy de esas, mi corazón se estrujó y no dudé en comenzar a sollozar, me sentía triste, me sentía mal conmigo misma, el notó mis sollozos y mis lágrimas caer por sus labios y se separó suavemente de mis labios. Tape mi rostro con mis manos y comencé a dejar fluir mis lágrimas que desde hace tiempo tenía acumuladas, sentía impotencia, tristeza y decepción.

-¿Qué buscas, Christopher?-pregunté sollozando.

-Sussane yo...-no terminó la frase.

-No tienes excusas, ¿Cierto?-dije y el no dijo absolutamente nada. ¿Por qué lo haces?, porque tu novia te dejó? O no quiere saber más nada de ti?, dime, porq....

De nuevo me interrumpe y me vuelve a besar, dejo otro casto beso en mis labios y solo.... se fue. Traté de olvidar lo que pasó, pero él, él se representaba de cualquier forma en mi mente....

|•PROFECÍA•| //Christopher Vélez y tú//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora