Capítulo VII

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La rubia no podía creer que estuviera ahí, esa pequeña fan que se había robado su corazón, se encontraba frente a ella con sus manitas tomadas, denotando su nerviosismo por dos cosas, porque se escapó de madre estando presentes sus abuelos y por la presencia del mejor amigo de Kara, Winn. La vio detenidamente para darse cuenta que, sus ojos estaban enrojecidos y húmedos. Significando que estuvo llorando por algo, frunció el ceño haciéndole una seña con apareciencia tranquila para no asustarla, no tenía nada de conocerla, pero sentía que ya conocía muy bien sus gestos. Miró de soslayo a Winn que le sonría completamente a la pequeña y le ofreció una galleta en cuanto la pequeña terminó de acercarse a ellos y Lori le sonrió mostrando su dulzura.

— Gracias — fue lo único que le dijo con su tono dulce para tomar la galleta. Winn le hizo un pequeño escaneo y sonrió con soltando una pequeña risa. Kara antes de que la tomara no lo permitió, porque sus manitas estaban sucias con tierra.

— Pequeña, tienes las manos sucias. Vamos para lavarlas y así aceptas la galleta de Winn — la rubia dijo con dulzura, pero haciendo énfasis en todo lo dicho y su mejor amigo entreabrió su boca dándose cuenta de su error casi automáticamente. Lorian miró sus manos viéndolas completamente llenas de tierra y trató de limpiarlas en su ropa, pero Kara tomó con cuidado sus muñecas y negó con la cabeza sin dejar de lado su sonrisa comprensiva.

Dos minutos más tarde, sus manitas ya se encontraban bastante limpias y su estómago alegre y dispuesto a comer feliz todas galletas que aguantara con un vaso leche al lado de las dos estrellas, que sonreían en silencio contemplando como las comía sin problemas, hasta el ojiverde creía que era hija de Kara por la manera en que lo hacía, a parte de las donas y potstickers, era su tercer debilidad, las galletas.

— Oye, Kara Danvers, ¿cuándo tuviste una hija y no me dijiste? — bromeó ganándose una carcajada de la rubia con un pequeño empujón — Por cierto, pequeña, no me has dicho cómo te llamas — le preguntó con cariño cruzando sus piernas tomando su rodilla con ambas manos. Lori lo miró fijamente y le sonrió chupando sus dedos llenos de galleta. La ojiazul se reía tomando una servilleta para limpiarle las manitas con suavidad.

— Me llamo Lori Luthor y, ¿tú quién eres? —  los dos se miraron entre ellos todos derretido de amor.

— Es un placer, señorita. Mi nombre es Winn Schott, soy el mejor amigo de Kara — le tocó su naricita haciéndola reír y dejándola un poco sonrojada. En Kara resonó como eco en su cabeza el apellido Luthor y frunció el ceño preocupada, Lena me va a matar, pensó la actriz sintiendo como su cuerpo respondía al estremecimiento y miró a Winn con preocupación.

— Lori, ¿Lena sabe que estás aquí? — le preguntó tragando saliva nerviosamente, por alguna razón no quería conocer la irá de la pelinegra. Winn la miraba confundido y la pequeña Lori apenas escuchó el nombre de su madre negó tapando con ambas manos su rostro — ¡Lori! — le regañó con una voz suave, pero alarmada. La pequeña seguía sin mirarla a los ojos — Dios, ahora tú madre me va matar — se frotó su frente varias veces botando aire. Winn se reía de la frustración de su mejor amiga.

— Kara, estás exagerando, tú no la trajiste. La pequeña llegó acá por su cuenta — le acarició la espalda para tranquilizarla luego de dejar sus risa. La pequeña asintió varias mirándola al fin a sus ojos — Además, no conocía esa parte de tuya, ¿le tienes miedo? — se mordió el labio con picardía, le encantaba aprovechar lo mínimo para poder burlarse de ella. Kara le dio un golpe en su hombro y negó.

— No le tengo miedo, es solo que, debe estar preocupada porque no la encuentra. Winn, ¿puedes llevar a la pequeña a casa? — le preguntó mirándolo fijo a los ojos. La pequeña la miró con tristeza en sus ojos, no quería irse tan rápido.

El Renacer De Una EstrellaWhere stories live. Discover now