El Renacer De Una Estrella

Capítulo XXI

Respondió varias preguntas sobre su cirugía a sus amigos y a los señores Luthor que estaban completamente encantados de la maravillosa técnica, ya que Eliza fue la que se encargó de explicarla de manera científica. Kara se sentó unos momentos en el sofá, porque no quería forzar mucho su columna, sin embargo, no estaba sola las Luthor se sentaron junto a ella dispuestas a abrir sus regalos. La primera que estaba sorprendida por el collar fue Lena, que apenas lo miró quedó enamorada.

— Dios, está hermoso, Kara. No debiste molestarte — le dijo con una sonrisa amplia, pero sentía un poco de culpabilidad por no haberle dicho donde estaba viviendo. La rubia solo encogió sus hombros con una sonrisa tímida, apenas lo había visto supo lo perfecto que se vería en su amada. Lori estaba concentrada que quitar con cuidado la envoltura — Lo siento — dijo en voz baja mirándola a los ojos con tristeza, pero la rubia frunció el ceño sin entender por qué se disculpaba.

— ¿Por qué lo sientes, Len?, ¿acaso no quieres tú regalo? — le preguntó un poco preocupada y la pelinegra negó rápidamente, odiaba cuando se daba a explicar.

— No, no. No es eso, Kara. Es que siento no haberte dicho que estábamos viviendo aquí — le dijo con tranqulidad sintiendo como su corazón volvía a la normalidad, porque se le había acelerado por la confusión. La ojiazul solo sonrió encogiendo sus hombros.

— Len, no te preocupes por eso, ¿sí?. Disfruta de tú día y del regalo — soltó una pequeña risa señalándolo, se lamentaba no poder girarse para ponérselo propiamente, pero todavía esos movimientos estaban ligeramente prohibidos — Lucirá hermoso en ti — le dijo mirándola a los ojos profundamente y Lena sintió como comenzaba a sonrojarse, porque ella era muy comprensiva y por el halago — Quisiera ponértelo, pero todavía hay movimientos que no puedo hacer — le dijo dándole una sonrisa de medio lado con tristeza y la CEO acercó su mano para tomar la suya por encima del respaldar.

— Podríamos ponernos en pie para que lo hagas, ¿qué dices? — le guiñó el ojo apretando con amor su mano para levantarse y la rubia sonrió ampliamente poniéndose de pie con cuidado. Lori seguía desprendiendo con cuidado la envoltura. Lena le dio el collar corriendo su cabello para dejar al descubierto su cuello. Kara suspiró poniéndoselo con cuidado y lo ajustó correctamente dándole una pequeña caricia en sus hombros.

— Está listo — Lena se giró con lentitud para que Kara la observara y quedaron unos centímetros más cerca de lo que habían estado nunca. La rubia se quedó hipnotizada con sus ojos y como imán sentía que sus labios rojos la atraían. Lo mismo estaba pasando con la CEO, el mundo se detuvo para ellas en ese momento.

— Mamá, mira — las interrumpió con inocencia la pequeña y estas se comenzaron a sentir un poco avergonzadas alejándose para mirar a Lori que enseñaba la pulsera de oro. Lena la miró y luego a Kara que sonreía aún sonrojada — ¿Me la pones? mamá?, está muy hermosa — le preguntó extendiendo su pequeño bracito para que su madre se la pusiera, estaba maravillada con el hermoso regalo que Kara le había dado. Sin darse cuenta estaban siendo observadas por los señores Luthor y por la señora Danvers que se habían quedado hablando un poco más de lo normal. Habían apreciado el casi beso de sus hijas y sonrieron cómplices.

— El plan salió como lo esperaba — les dijo el señor Lionel en voz relativamente baja sin apartar su mirada de las chicas. Pam tomó el brazo de Eliza que los veía asombrada, ella no sabía de ese plan.

— Lionel quiso ayudarles un poco. Por eso le pidió a Lena que volviera a trabajar, para ellas se dieran cuenta de sus sentimientos — explicó la señora Luthor con una pequeña sonrisa y Eliza asintió sonriéndoles a ambos que miraban con ilusión la interacción de las tres a lo lejos.

— Kara... Está preciosa, espero que no mal acostumbres a Lori con estos regalos, ¿eh? — le dijo bromeando haciéndola reír negando, tenía sentada en su regazo a la pequeña que, gracias a sus ejercicios de fuerza muscular no le molestaba.