El Renacer De Una Estrella

Capítulo XXVII

Medio año había pasado, desde aquella propuesta de la actriz Calista Flockhart, ¿se arrepentía?, no, no lo hacía. Cuando le hizo la promesa a Lena de siempre estar al lado de su familia, porque son su hogar, lo decía en serio, retirarse por completo de todo ese mundo la hacía sentir cada vez mejor. Recuerda con seriedad aquel mismo día que se despidió de esa actriz con larga trayectoria, donde se enorgullecia de no haber mirado hacia atrás, cuando entró por la puerta principal de aquella secundaria para firmar el contrato, ella sentía en su corazón que todo iba a ser diferente, emocionante y un poco dramático a partir de ese día. Esa firma que dio la convertía en la nueva profesora, estaba ansiosa por enseñar, quería formar nuevos cantantes que tuvieran sus sueños fijos en aquella carrera artística, pero no solo eso, quería ayudar a todo aquel que necesitara esos puntos extras para poder aprobar el curso, quería ayudarlos a tener su mente ocupada alejada de los problemas haría un cambio radical y, muy importante, buscaría darles el merecido premio de ganar las regionales como habían estado buscando de hacía tiempo, lo iba a lograr, por algo su apellido era Danvers, prontamente sería Luthor también. Recuerda también con cierta gracia como conoció a sus compañeros de materias extracurriculares.

Recuerdo

Dejar atrás en el parqueo a Calista la había dejado impactada, tal vez en su yo más joven no hubiera permitido desperdiciar esa oportunidad, sin embargo, todo cambió, ella ya no tenía veintidós años como cuando se fue por primera vez junto a Alex. Ahora era una mujer, madre de familia y prometida de Lena Luthor. Nada eso cambiaría, quería llamarla para contarle todo lo que había pasado, pero sabía que ella estaba ocupada. Además, el director John Jones la estaba esperando en su oficina, aún apesar de que iba con puntualidad, no quería estar retrasada por algunos minutos.

Iba caminando con velocidad regular, pero podía observar con claridad a los pre-adolescentes, adolescentes caminar por los pasillos, algunos le dirigían miradas coquetas, otros la veían con curiosidad. Hasta que llegó a la puerta del director, tocó dos veces y este le abrió con amabilidad.

— Señorita Danvers, llega usted muy puntual. Eso me gusta, pase adelante — le sonrió ampliamente dejando que pasara. Kara había escuchado buenos comentarios acerca de él, todos lo veían como un papá Oso, pero bastante severo en cuánto a castigos, o sanciones con los docentes. La rubia le sonrió de la misma forma tomando asiento frente a él — Supongo que ha escuchado sobre la forma en que soy académicamente — le dijo mirándola a los ojos si este fuera capaz de leer su mente. La ex actriz asintió con timidez, sin embargo, sentía una extraña conexión cálida con él, nada amoroso (por supuesto), sino como la siente con Lionel, una conexión paternal. Él la miraba con una sonrisa divertida sin dejarla de verla.

— Así es, señor Jones. Estoy completamente de acuerdo. De antemano le digo que por mi parte no tendrá problemas, soy bastante responsable con mis deberes y obligaciones — le dijo con seriedad sin apartar en ningún momento el contacto visual. El señor John sonrió asintiendo tomando el contrato con delicadeza y se lo entregó.

— Lo sé, señorita Danvers. Déjeme decirle algo personal, amaba mucho sus actuaciones. Mi esposa Megan y yo fuimos tuvimos el placer de verla actuar — le dijo sonriendo acercándole la pluma, sorprendiendo a Kara por completo por el hecho de que no se esperaba que su jefe la haya visto actuar en Broadway, pero sonrió aún sintiéndose un poco extraña y tomó la pluma para firmar el contrato confiando plenamente en todo lo que decían sobre él — Bienvenida abordo, profesora Danvers — le tendió la mano para que la  estrecharan sin dejar su sonrisa como lo había hecho de principio a fin. Kara se la tomó dándole una sonrisa un poco nerviosa, pero sabía que con el tiempo se acostumbraria — Vamos, le daré un recorrido por la secundaria — se adelantó a abrirle la puerta para que saliera ella primero.