Capítulo XIX

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El proceso de la mudanza fue rápido, no hubo demoras en encontrar un buen lugar para vivir en su nueva ciudad, National City, un penthouse que se encontraba a las cercanías al edición que su padre escogió para la nueva instalación. Se sentía muy a gusto con la idea de que empezarían desde cero, en lugar donde nadie las conocía, o podría decirse que no del todo. Solo esperaba que los Medios de Comunicación respetaran su decisión de no dar entrevistas, específicamente porque no quería arruinar la sorpresa de decirle a Kara sobre ello personalmente, porque estaría viviendo en su ciudad natal, eso, de cierta manera, la llenaba de mucha ilusión. Tenía un buen presentimiento de que Luthor Corp comenzaría a recibir sus primeros frutos muy pronto, pero, quizá ese presentimiento bueno no solo abarcaba su trabajo, podría ser algo de esa actriz que se estaba adueñando cada vez más de sus pensamientos, ¿cierto?.

No obstante, no todo estaba siendo arcoiris, no podía dejar de lado lo que sentía su tesoro con respecto a ello. Estaba un poco decaída, ayer no pudo hablar con la rubia porque debían pasar toda la noche empacando sus ropas y juguetes de la misma. Lori no tenía ilusión de mudarse, porque ahora estaría lejos de sus abuelos también, sabía que debía ser cuidada por una desconocida, que no la dejaría tener las mismas libertades para jugar con Streaky como lo hacía con sus abuelos. Apesar de que esa niñera fue una recomendación de su mejor amiga Samantha que la conocía muy bien y, por supuesto, ella confiaba plenamente en su consejo, porque esta sería incapaz de hacer algo para perjudicarlas, hasta ella misma se ofreció ahora que se verían sobre cuestiones laborales, aprovecharía para presentársela. Por lo que le había dicho, era una señora que pasaba los cuarenta años, pero que era una persona muy integra, amante de los niños porque por desdicha de la misma no pudo concebir con su esposo un hijo.

Habían salido de Metrópolis las primeras horas de la mañana, eso también la pequeña estaba mal humorada, se fueron cerca de las 6:00 A. M. Ya que Lena tendría un día pesado entre instalarse en el penthouse, la reunión con las chicas, comenzar el extenso trabajo de reclutar personal nuevo, agendar reuniones junto con Jess (que también debía buscar donde vivir), para buscar socios nuevos de los que se encargaría de estudiar con detalle, no tendrían mucho tiempo para hacer una video llamada con Kara, eso ponía a la pequeña aún más molesta y a eso se le sumaba que no podía practicar piano, porque debía pasar todo el día junto a ella, mientras acordaba un horario con la niñera, espero tener suficiente energía para sobrevivir hoy, pensó mientras miraba por el retrovisor a su hija que se había quedado dormida nuevamente y suspiró mirando nuevamente a la carretera cambiando la marcha. Por supuesto que ella también extrañaba a la actriz, quería escucharla, verla y sentirla cerca, odiaba que estuvieran en ciudad diferentes y tan lejanas.

La mayor parte del tiempo aparece en sus sueños, donde disfrutaban de un día soleado viendo jugar a Lorian con Streaky tomadas de la mano comiendo un helado. Otros días se convierten pesadillas, donde Kara se iba de su lado para volver con Andrea Rojas y ella trataba de hablarle, pero era imposible, parecía que no podía hablar, o que no la escuchaba y la más horrible que tuvo recientemente, donde estaba presente en el preciso momento en que se accidentó y la veía morir en sus brazos. Esos sueños estaban reflejando su mayor miedo, perderla por cualquier motivo y sin poder decirle lo que sentía por ella. Sacudió lentamente su cabeza, porque sabía que eso no pasaría, presionó el freno haciendo el alto en el semáforo y volvió a mirar por el retrovisor a Lori, su bello ángel seguía durmiendo profundamente, siendo protegida esta vez por Streaky quién dormía con su cabeza apoyada en la diminuta pierna de la misma.

Cuando el semáforo cambió comenzó a avanzar de nuevo y visualizó el rótulo no muy lejano dando la bienvenida a National City. También había perdido la noción del tiempo, el reloj ahora marcaba las 7:00 A. M. Por la pequeña parada que había hecho en una cafetería para tener su buena dosis de café para poder manejar sin sueño, ya que desde sus vacaciones en Manhattan su cuerpo se había mal acostumbrado a dormir hasta tarde y eso le estaba pasando la factura y de acompañamiento se atrevió a comprarse dos donas glaseadas de chocolate y se las comió imaginando el rostro indignado de la ojiazul porque se las comió con mucho gusto sabiendo que eran su debilidad.

El Renacer De Una Estrellaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن