8.

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Pasó una semana de la conversación con Kara en la terraza, nuestra relación había mejorado significativamente, cada vez pasábamos más tiempo juntas, y mi interior estaba completamente revolucionado con la idea de al fin tener una relación de amistad con alguien.

Por pedido de Kara me acerqué a Alexandra para conocerla, y arrastré a Samantha al círculo, las cuatro nos habíamos convertido en un grupo peculiar, una mitómana, una depresiva, una suicida, y todavía no lograba descifrar en qué categoría entra Alex, pero ya lo iba a descubrir.

-Hey, y si nos escapamos esta noche?- Alex no era lo que se podía calificar como la mejor influencia en un grupo de desequilibradas, pero le daba ese toque de rebeldía que en lo particular me hacía querer vivir.

-¿Escaparnos?- miré a Kara en busca de algo de cordura a todo esto, estábamos las cuatro sentadas en el jardín debajo de un árbol, ya era costumbre juntarnos aquí luego de las sesiones que a cada una le correspondían, yo acababa de llegar de ver a mi psiquiatra.

-¡SI!, salir esta noche, puedo abrir las puertas, me sé los horarios de los enfermeros, y si no hay emergencias nadie va a controlar las habitaciones, todo está a nuestro favor, podemos salir tres horas, bailar un poco, tomar algo y volver como si nada- Alex estaba emocionada, y nos había contagiado, era solo un poco de normalidad según ella.

-Estoy adentro- Kara chocó los cinco con Alex

-Yo también- Sam se unió a la idea, las tres me miraban esperando mi reacción.

-Que más dá, yo también- Kara se tiró a mis brazos, haciéndome caer de espaldas sobre el césped, estaba muy consciente de sus manos rodeando mi cabeza y su sonrisa resplandeciente a centímetros de mi rostro, cerré mis ojos por inercia y sentí como ella se alejaba para volver a su lugar.

-Genial, hoy saldremos a bailar-

Estaba nerviosa, nunca había salido a bailar con amigas, esto era algo nuevo, no sabía que ponerme ni qué esperar de esta noche. Daba vueltas en la habitación como un gato enjaulado, Kara me miraba desde su cama sin comprender lo que pasaba en mi interior. Pasaban diez minutos de las nueve de la noche, ya nos habían dado nuestros remedios, pero ninguna los debía tomar, porque mezclarlos con alcohol no era la mejor idea. A las diez y media iba a comenzar nuestra fuga.

-Lena, ¿que te pasa?-

-Estoy nerviosa- acepté sentándome en los pies de su cama.

-No nos van a descubrir, recuerda que Alex es policía, sabe como abrir puertas, ellas nos sacará de aquí sin que nos vean-

-No es eso- la miré

-¿Entonces?- se sentó a mi lado

-Yo... yo.. nunca he salido a bailar con amigas, no sé ni qué debo vestir- la mano de Kara fue a mi espalda y trazaba círculos que me hacían estremecer.

-Hey somos nosotras, es lo mismo que hacemos aquí pero sin toda esta gente observando nuestro comportamiento- sus manos seguían recorriendo mi espalda, no quería moverme de ahí, se sentía tan bien.

-Lo sé, solo que nunca tuve amigos, y esto es nuevo para mí- ella jaló de mi cuerpo y me acostó en su cama con ella al lado.

-Para mi también es raro pensar en salir a bailar, una parte mía me dice que no me merezco divertirme, no sabiendo que Imra ya no está- la acerqué a mi cuerpo y nos abrazamos, Kara escondió su rostro en mi pecho.

-Kara, sé que no sirve de mucho, pero no fue tu culpa, no puedes seguir castigándote de esta manera-

-Pero es que la extraño tanto- sentí una punzada en mi pecho, el amor que ella le profesaba a su novia muerta me hacía dar cuenta que no conocía nada del amor, de las relaciones, y anhelaba tanto sentir algo tan fuerte.

No sabía qué contestarle así que solo la apreté más fuerte a mi pecho y dejé que mis manos trazaran ochos en su espalda, me sentía tan bien teniéndola de esta manera. Pero todo acabó unos minutos después. Kara se separó de mi cuerpo, su energía había vuelto.

-Bueno vamos a ver que nos ponemos- revolvimos los placares en busca de ropa adecuada, dejé todo en manos de ella, aparte no es que hubiera mucho que elegir, la ropa que tenía en el mueble no era nada elegante, al final terminó haciéndome poner un jean ajustado color negro y una remera verde para resaltar el color de mis ojos, esas habían sido sus palabras. Y Kara se decidió por un jean rasgado en las rodillas con una remera de ACDC negra y encima una chaqueta de cuero. Se veía increíble.

A las diez y treinta en punto unos golpes suaves nos indicaron que era el momento de comenzar con toda la locura.

Las tres seguimos a Alex por el pasillo que daba a la puerta, tuvimos que agacharnos al pasar por la sala de enfermeros, Alexandra sacó de su bota un alambre pequeño y con facilidad abrió la puerta. Salimos del edificio de las habitaciones y nos sumergimos en la oscuridad de la noche en el jardín, entre susurros y risas ahogadas corrimos hacia los árboles, unos metros más adelante estaba el letrero que ví el día que llegué a este lugar "You First", lo atravesamos. Y fuimos libres.

-Eso ha sido demasiado fácil- la sonrisa en el rostro de Kara era la más grande que le había visto en todo el mes desde que la conocí.

-Lo venía analizando desde hace tiempo, no hay seguridad, solo hay enfermeros y médicos- Alex levantó sus hombros como quitándole importancia.

-Todo muy lindo, pero ¿cómo vamos a llegar a la ciudad?- todo lo que veía alrededor eran árboles y si mal no recuerdo el lugar estaba bastante alejado de la civilización.

-Oh eso es fácil, cuando me trajeron vi que a pocos kilómetros había un auto abandonado, imagino que con un poco de magia lo podemos hacer andar- Alex estaba loca, creo que su patología era la locura en sí.

-¡¿Ese es tu plan?!- gritó Samantha

No sabía si el plan era bueno o no, o si íbamos a llegar a la ciudad, lo único que podía pensar es que esto era lo más divertido que había hecho en toda mi vida, escaparme con amigas, era algo impensado para mi un mes atrás, lo estaba disfrutando, y no me importaba si la noche terminaba con nosotras sentadas en un auto que no arrancaba, esto ya era lo suficientemente bueno.

Vimos el famoso auto unos metros más adelante, Alex corrió hacia él y abrió la puerta, se sentó frente al volante y metió sus manos por debajo, arrancó una cajita zafando unos cables, los friccionó con habilidad y mágicamente el motor rugió cobrando vida.

-¿No soy la mejor?- se regodeó, todas gritamos con efusividad mientras subíamos al coche, Kara se sentó conmigo en la parte trasera y su sonrisa no abandonó su rostro en todo el recorrido.

Alex estacionó en el primer antro que encontramos, no teníamos mucho tiempo como para ser muy selectivas.

El lugar estaba lleno de gente que bailaba, tomaba, se reía y disfrutaba, todo era tan maravilloso y nuevo para mí. Nos ubicamos cerca de la barra, Alex nos consiguió una cerveza a cada una. Mis ojos no se despegaban de la pista de baile.

-¿Quieres bailar?- Kara había susurrado pegando sus labios en mi oreja, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Asentí sin pensarlo.

Ella tomó la botella que estaba en mis manos la dejó sobre la barra, y luego me agarró arrastrándome a la pista de baile.

Sus movimientos eran lentos y sensuales, como mi reacción era inexperta, Kara se acercó a mí y puso sus manos sobre mis hombros, por inercia coloqué las mías en su cintura, nuestros pasos no eran muy acordes a la música pero no me importaba, no podía despegarme de ella ni dejar de mirarla. Todo era nuevo y excitante. Ella me apretó más a su cuerpo, en un momento cambiamos de posiciones y mis brazos quedaron enroscados en su nuca, mientras que sus manos acariciaban mi cintura apenas por debajo de mi ropa, no entendía lo que me estaba pasando, pero no podía siquiera pensar en terminar con esto. Kara me miraba seria, demasiado seria, parecía que ninguna de las dos tenía control sobre lo que estaba sucediendo. 

Impulso - SupercorpWhere stories live. Discover now