27.

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A las cinco en punto estaba parada en la puerta de su casa con dos vasos gigantes de café y dulces para compartir. Seguía vestida con mi traje azul de tres piezas, demasiado formal para este encuentro, pero no estaba viviendo en mi casa, y la poca ropa que Grace robaba de allí era toda ejecutiva.

Los nervios no me han abandonado en todo el día, sentía el crujir de mi estómago, el corazón acelerado, las manos temblorosas, estaba claramente algo más que ansiosa.

Junté valor y golpeé la puerta roja que dividía el pasillo de la entrada a su departamento. Ella abrió segundos después, también se notaba nerviosa, se movió hacia un costado dándome paso al interior del lugar, su lugar. Y era tal como lo imaginé, era acogedor, encantador, un amplio piso con ladrillos a la vista, decoración minimalista, y todo perfectamente ordenado. Vi a Kripto durmiendo en una pequeña camita en el suelo, no pude evitar sonreír.

-Se acaba de dormir por suerte- cerró la puerta y las dos nos quedamos paradas mirándonos en silencio por unos minutos, hasta que ella cayó en la cuenta de que estaba en su casa y debía ser quien mandara. -Toma asiento por favor, deja las cosas sobre la mesa- le hice caso sin hablar, me senté, espere que ella trajera algo de la cocina, y se sentó en frente mío.

-¿Cómo estás de la mano?- rompí el silencio.

-Bien mucho mejor, ya no duele nada, los más probable es que mañana ya vuelva al trabajo, si es lo que te preocupa- una punzada de dolor se sintió con sus palabras.

-Me alegro de que te sientas mejor, y no no me preocupa para nada el tema laboral Kara, deberías saberlo-

-Claro que no lo sé Lena, apenas te conozco- otra punzada aún peor que la anterior.

-Eso no es así Kara, tu me conoces-

-Yo conocía a Lena Luthor, a esta señora no la conozco-

-Soy la misma persona que hace cinco años, con los mismo problemas que hace cinco años, y con los mismos sentimientos de hace cinco años-

-No sé a dónde quieres llegar, si te di la oportunidad de que hablemos es porque pensé que era lo mejor para dejar el pasado atrás y cerrar uno de los capítulos más dolorosos de mi vida- mis ojos ya se estaban llenando de lágrimas, su hostilidad me estaba calando profundamente en el interior.

-Kara, nunca fue mi intención hacerte daño, por favor discúlpame por no aparecer, por no haber dado señales de vida, te juro que no dependía de mí- me miró y sus ojos disparaban láseres.

-Lena, cuando te fuiste, yo me hundí ¿ok?... me ahogue en mí misma, todas las cosas malas que pensaba de mí se multiplicaron por millones... cuando te fuiste y me dejaste con todos esos sentimientos, no supe como seguir, me encerraron por más de tres meses en el ala de aislamiento- sus ojos se habían llenado de lágrimas con los recuerdos, las mías ya caían silenciosas por mi rostro. -Los ataques de ansiedad los tenía cada vez que abría los ojos, me culpé por todo durante meses, me dije a mi misma que te habías ido porque no me querías, porque te daba asco-

-Para por favor, eso nunca fue así-

-Déjame terminar y después te escucharé, pero necesito sacar todo esto de mí- quería tomarle la mano, pero era algo imposible para este momento. -Meses de trabajo y más trabajo, para entender de que yo no tenía la culpa de que te hayas ido, y ahí empezó otro agujero negro, cuando entendí que yo no tenía la culpa empecé a pensar que tu vida era un desastre que seguramente te tenían amenazada, que te debían de golpear a diario, y que yo no estaba haciendo nada para ayudarte, pensé mil veces en escaparme de allí para ir a rescatarte- un sollozo escapó de mi, ella siguió. -Hasta que me hicieron dar cuenta, de que no podía hacer nada, de que debía entender de que si tú ni siquiera llamabas por teléfono, es porque no querías tenerme en tu vida- secó sus lágrimas con furia. -Phill, rompió todos los protocolos para calmarme, te llamó siempre que pudo, pero las respuestas eran que estabas excelente viviendo tu vida, que no tenías tiempo para esto, él me dijo que te había visto en fotos, que estabas bien, que era hora de preocuparme por mí, y después de nueves meses de autoflagelamiento un día me levanté y comencé de nuevo- ella se paró de la silla y comenzó a dar vueltas por el departamento, estaba nerviosa, y yo estaba en el fondo de la miseria. -¿Por qué nunca volviste a verme Lena?- me preguntó parada, y volvió a sentarse más calmada.

-Antes de explicarte cualquier cosa, necesito que sepas que nunca, pero nunca en estos cinco años te saqué de mi mente, siempre en los peores y más oscuros momentos pensaba en ti, y lo que más he deseado siempre era saber que eras feliz- tomé aire para continuar, era mi momento de conseguir su perdón. 

Me pare lentamente, y con dificultad me saqué el saco, comencé a desprenderme el chaleco que tenía abajo.

-¿Qué diablos haces?- no le hice caso y continué más rápido a pesar del dolor, deje caer las prendas al piso, y rápidamente antes de que Kara me lo impida me desprendí la camisa al completo. 

A su vista quedaron todas y cada una de las marcas de los golpes, realmente era muy difícil encontrar piel blanca, todos eran moretones morados, azules y verdes. Cuando levanté la vista, su rostro me miraba descompuesto.

-Lena, Dios mío cielo ¿Cómo ha pasado esto?- escucharla tratarme cariñosamente después de tanto tiempo me removió entera y tuve que sujetarme de la silla para no caer. 

Ella se iba a mover.

-No... no Kara, espera, no te estoy mostrando esto para que me tengas contemplaciones, lo que hice al desaparecer es imperdonable, lo que tuviste que pasar por mi culpa no tiene palabras, solo estoy haciendo esto, porque necesito que me escuches, y que al menos no me odies- volví a vestirme, esta vez con más cuidado, ella estaba muda, me miraba con lágrimas cayendo de su rostro.

-Yo... yo no te odio- la miré mientras volvía a tomar asiento.

-Ahora me toca a mi hablar, y explicar mis razones-

-Lena, no es necesario, ya está, dejémoslo estar-

-No, no me tengas lástima, por favor, no tú- le supliqué con ese ya conocido nudo en mi garganta. Y no la dejé hablar, no aguantaba la lástima. -Me sacaron a rastras del psiquiátrico, busque por todos los medio despedirme de ti y darte alguna explicación aunque ni siquiera yo sabía lo que estaba pasando, después pude saber que Lionel había dejando un generoso cheque al director del lugar a cambio de que nunca se sepa de que yo estuve ahí. Todo se volvió peor de ese día en adelante, me obligaron a casarme con Jack al poco tiempo, mi padre es corrupto, todo lo que hace es ilegal aunque es muy hábil en que no lo descubran, el necesitaba a Jack en la política para hacer sus negocios, y yo era el medio perfecto para lograrlo- la miré, ella estaba seria escuchándome, así que seguí. -Estoy amenazada Kara, hace cinco años que Lionel me amenaza con matar a mi madre-

-Nunca haría eso Lena-

-Si, claro que lo haría, le ha partido los dientes, y ha terminado internada más de una vez, pero por supuesto que nadie se entera, el dinero todo lo puede, y siempre ha sido por decisiones mías, ella siempre es el medio para tenerme a su antojo, y yo... yo no puedo abandonarla... y ella... ella no quiere alejarse- rompí en llanto.

Kara abandonó su lugar, me corrió de la silla, acarició mis mejillas limpiando las lágrimas, y me abrazó.

Había tanto más que decirle....

Impulso - SupercorpWhere stories live. Discover now