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La mañana llegó al fin, y era hora de irme del hospital, estaba sola en el cuarto despidiéndome de los doctores y los enfermeros que me habían cuidado con sumo cariño y profesionalismo, después de todo esta semana y días no fue tan mala, me terminó regalando lo más increíble del mundo, a ella, Kara estaba afuera esperándome junto con Alex para dirigirnos a la que sería mi casa por las próximas dos semanas.

-Bueno, ya sabes nada de moverte demasiado, todo el tiempo que puedas te la pasas sentada o acostada en lo posible, son dos semanas solamente, después tu cuerpo se sentirá normal, y cualquier cosa ya sabes que aquí estaremos para lo que necesites- ellos conocían mi pasado por los medios de comunicación e imaginaba que eso los hacía empatizar más con mi vida y circunstancias. Los abracé uno por uno y por mis propios medios me encaminé hacia la salida.

En la puerta estaban las dos, una al lado de la otra, como guardianes, como ángeles, esperándome con sonrisas dibujadas en su rostro.

-Luthor, temo decirte que afuera está lleno de periodistas, el tema de tu alta se hizo público y están todos desesperados por saber algo- temía que algo así pudiera ocurrir. Lionel me había llamado más temprano para recordarme que debía mantener la boca cerrada, obviamente interrogó donde pasaría estas semanas, le dije que con una de mis amigas, no fue lo que más le gustó, pero lo dejó pasar. Por suerte estaba demasiado ocupado con las nuevas direcciones de la empresa, como para preocuparse de mí, lo único que quería era mantenerme centrada en callarme la boca y no arruinarle la existencia.

-Me lo temía- quedé parada entre medio de las dos, Kara puso su mano en mi espalda baja y comenzamos el camino hacia la salida.

-No te preocupes, hay oficiales uniformados que nos van a escoltar, beneficios de pertenecer a la fuerza-

-Gracias Alex-

Kara me dio un par de gafas de sol, y tenía puesta una sudadera con capucha que también me había conseguido ella, todo con tal de que se me viera el rostro lo menos posible. Salimos y tal como esperaba una manada de periodistas desesperados, con sus micrófonos y cámaras aparecieron de todos lados a buscar la primicia. Con la gran ayuda de los policías y de Alex y Kara rápidamente subimos a un auto y salimos de la comitiva sin mirar atrás. Ellas iban sentadas adelante y yo atrás.

-Lena, no tienes una idea en lo que te acabas de meter, ir a vivir con Kara puede ser la peor pesadilla de cualquier persona, es desordenada, no sabe cocinar más que unas tostadas, tiene pésimo gusto en elegir películas, no te comparte el helado- Kara golpeó el hombro de Alex suavemente yo reía en el asiento trasero y me perdía por segundos en sensaciones pasadas.

-No le hagas caso, si puedo ser todo eso, pero también soy cariñosa, preocupada, limpia, y una amante excelente- me guiñó un ojo.

-Oh Dios, no no quiero saber eso... wuacala, eres como mi hermana demonios, no son cosas que yo quiera saber- reí a carcajadas.

-Doy fe de eso igual-

-No Luthor, no la alientes, no quiero saber esas cosas que hacen-

Entre bromas para Alex llegamos al departamento de Kara, las tres bajamos despacio del auto, y nos encaminamos hacia su casa, o a nuestra casa mejor dicho.

-Bueno ya llegaron sanas y salvas, tengo que volver a trabajar, pero voy a pasar cuando pueda, y me llaman cualquier cosa que necesite- Alex se despidió de nosotras con un beso y desapareció.

-Hey ¿dónde está Krypto?- estaba parada en el medio del salón y no veía a la bola peluda por ningún lado.

Kara se acercó a mí, y me abrazó por la espalda descansando sus manos sobre mi cintura y su rostro en mi hombro.

-Se está quedando con Sam y Ruby, se los llevé a ellas por estos días, Krypto es cachorro y no te la va a poner fácil si estás aquí todo el día- me giré para estar frente a ella, y también la abracé por la cintura.

-No era necesario que hagas eso, esta es su casa, él no debería irse- me apretó más cerca.

-Él se está tomando unas vacaciones, aparte le encanta jugar con Ruby- cortó la distancia que nos separaba y me besó. -Mmmm extrañaba besarte, y eso que no hacen dos horas del último beso-

-Podemos olvidarnos del reposo por unos minutos- comencé a besar su cuello lentamente, su piel iba reaccionando a mis labios, un gemido escapó de ella cuando mordí su clavícula lentamente.

-Para.. para Lena... no... Dios... no hagas eso- me separó unos centímetros de su cuerpo, sin soltar mi cintura. -De verdad que no podemos hacer esto todavía, te acaban de dar el alta amor, no lo hagas más difícil de lo que ya es para mi-

-Es muy muy difícil estar tan cerca de tí y no querer arrancarte la ropa- apenas terminé de hablar me sonrojé.

-Bueno pongamos un poquito de distancia, que sino, no vamos a sobrevivir, ven te voy a mostrar donde están tus cosas- Kara tomó mi mano y despacio me fue llevando a su habitación.

-¿Mis cosas? ¿cómo?-

-Grace... ella se ofreció de conseguir muchas de tus cosas de la que era tu casa, y las trajo para acá, por cierto te extraña mucho y espera verte pronto- Kara abrió la puerta del placard y mucha de mi ropa estaba perfectamente guardada, fue mostrándome mis trajes, mis zapatos, mi computadora personal, todo estaba en perfecta organización junto con sus cosas.

-Wow organizaste todo, y ni siquiera se cuando... o sea yo, no lo entiendo-

-Creí que no te ibas a dar cuenta- su mano fue a su nuca y agachó la mirada. -Pero... bueno, cuando supe que tenías que tener dos semanas de reposo fui organizando todo con la ayuda de las chicas para que te sientas cómoda aquí... nunca pensé que me podrías decir que no... creo que también por eso reaccioné así anoche, cuando hablaste de un hotel, realmente no lo entendía-

-Dios, eres adorable, te amo Kara... y gracias, gracias por todo, no solo por esto, por todo- y no pude hacer más que volver a besarla. Y como cada vez, la temperatura volvía a subir y las manos se descontrolaban, el pulso se agitaba y la excitación se volvía algo real y húmedo.

-Lena en serio- me separó de nuevo. -Si no controlas tus manos, la que se va a ir a un hotel voy a ser yo, debemos cuidarte cariño, tienes que estar bien, de verdad deja de ponérmelo tan difícil-

-Ok... ok me controlaré-

-Otra cosa.. que ahora por cierto ya no me parece muy buena idea... está todo aquí, porque pensé que podríamos dormir juntas, ya sabes... pero ahora no se...-

-Ni se te ocurra pensar que no dormiré contigo, te prometo que voy a controlarme, pero dormimos juntas si o si-

Volvimos juntas a la sala, y nos sentamos en el sillón frente a la tv, abrazadas, como imanes magnéticos que no pueden separarse, parecía amor adolescente.

-Hay alguna rutina que necesite saber para el bien de nuestra convivencia- le pregunté recostada sobre su pecho.

-Mmmm... si, lo sábados es noche de chicas, siempre siempre vienen Sam, Alex y Andrea a comer-

-¿Andrea?... no la conozco- ella se separó de mi cuerpo, alejó su mirada de la mía.

-Si... es una buena amiga de las tres... es abogada, trabaja con Sam desde siempre, y bueno nos unimos mucho con los años... y bueno... si tu sabes..- daba vueltas y estaba nerviosa

-No, no se- buscaba sus ojos, para encontrar una pista de lo que estaba sucediendo.

-Y es mi ex prometida- se sintió como agua helada cayendo por la espalda. 

Impulso - SupercorpWhere stories live. Discover now