Capitulo 47

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Maratón 1/2

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Maratón 1/2

El ruido del despertador hace que mi maravilloso sueño termine, debí haberme dormido temprano anoche, sin mucho ánimo saco mi mano bajo las cobijas para apagar ese sonido tan frustrante. No era necesario abrir mis ojos para saber que las cortinas estaban abiertas, dejando El Paso libre a los molestos rayos del sol.
Suspiro y jalo la colcha para poder cubrir mi cara, y cuerpo por completo.

Espera.

Frunzo mi entrecejo cuando recuerdo que Warner jamás deja que el despertador me despierte, que raro. Tallo mis ojos para después abrirlos y quitar la colcha con pereza.
Volteo a mi lado y no lo veo como todas las mañanas. En cambio había un pequeño papel en su almohada.
Lo levantó confundida.

"Perdón por no estar a tu lado esta mañana, pequeña dormilona. Tuve que salir por unos asuntos urgentes, volveré en la tarde, te tengo una sorpresa así que prepárate"

¿Sorpresa? ¿Que sorpresa?

Suspiro y quito las sábanas de mi cuerpo para poder salir de la cama. Con cansancio abro la puerta para dirigirme a la cocina.

El hambre me estaba matando, y como no, ahora no solo me alimentaba a mi. Sin mi permiso una sonrisa aparece en mis labios.
¿En que momento cambió todo? Hasta hace unos meses me veía con Liam, casándome con el y teniendo hijos. Mi sonrisa se torna a una mueca.
–Que idiota.

Abro el refri en busca de algo de comida. Agarro los ingredientes necesarios para preparar un sándwich.
Se siente tan extraño que la casa esté en silencio. Casi siempre los gritos de Charlotte hace que todo el lugar se mantenga con un ruido considerado. Agarro la computadora que está en la barra de la cocina y pongo algo de música para no sentirme tan sola.
La voz de Harry Styles inunda el lugar y mi estado de ánimo sube.

Después de desayunar decidí tomar un largo y relajante baño en la tina. Las burbujas en el agua soltaban un embriagante olor.
Me deshago de la bata quedando desminas frente al espejo del cierto de baño. Mi mirada se fija en el ya abultado vientre, y mi mano da una caricia al bulto y sonrió.

–¿Como estas bebé? Espero salgas pronto de ahí, mami te quiere conocer.–Sin poder evitarlo suelto un risita.
El doctor nos había explicado que los bebés vampiros nacían mucho más rápido que un bebé normal, pero como también implicaba mis sangre, y como mi cuerpo no tenía tanta resistencia mi embarazo podría durar la mitad del tiempo estimado en una persona normal.

Me dirijo a la tina y meto un pie sintiendo la fría agua recorrer mi piel a medida que voy entrando más en ella. Una vez que mi cuerpo entero estuvo bajo el agua recargó mi cabeza y me hago una pequeña coleta
Agarro el libro a mi lado y empezó a leer.

Las horas pasan y no me doy cuenta de ello hasta que la puerta del baño es abierta dejándome ver a Warner con el ceño fruncido.

–¡Dios! Pequeña me diste un buen susto, no te encontraba.

Dejo mi libro aún lado y le sonrió.–¿Que hora es?

–Un poco más de las tres.–Se arrodilla a lado de la tina y mete un dedo.–¡Está helada! ¿Como puedes estar ahí.

–No había notado que estaba fría.

–Vamos, sal de ahí, no quiero que te enfermes.–Camina y agarra la bata que estaba colgada. La extiende con los brazos abiertos listo para recibirme.

Hago un puchero pero sin negarme me levanto haciendo que que el agua empiece a gotear. Entro en la bata que me extiende y me acurruca contra el.

–Bueno, ahora si siento frío.–Digo contra su pecho.

–Vamos a cambiarte.–Deposita un beso en mi cabeza para guiarme fuera del baño, entrando a la habitación. Me encamina hacia la cama dejándome sentada–¿Que quieres ponerte?

–¿Que haremos?–Digo maliciosa–Así sabré que ponerme.

–Es una sorpresa, pequeña tramposa.– Me sonríe.

–Pero quiero saber.

–Pero eso ya no sería sorpresa.

Frunzo mi ceño.–No me gustan las sorpresas.

–Pues estoy seguro que esta si.

–Que confiado, Warner.

El sonríe y sigue en busca de algunas prendas en mi armario.

Me paro para ir directo a la mesita de noche donde se encontraba mi cepillo y empezar a desenredar mi largo cabello.

Volteo hacia el, traía dos prendas en su mano y estaba casi segura que en sus adentros estaba debatiendo por cuál sería la mejor.

–¿Adónde vamos?–Insisto.

–No te lo dire.

–Bueno, mínimo dime que hacemos.

El vuelve a negar y deja el vestido negro en la cama.–¿Te gusta?

Yo asiento.–Me caes mal.–Murmuro para cercarme a la cama.– Me empezaré a arreglar.

–Te esperare abajo, no tardes.–Yo asiento y el me lanza un beso antes de dirigirse a la puerta y salir.

En realidad no tenía que hacer mucho, solo cubrir con una pequeña capa de maquillaje y peinar mi cabello. Empiezo a maquillarme cubriendo las pequeñas imperfecciones que tenía en la piel.

Una hora después me encuentro bajando las escaleras encontrándome a Warner sentado leyendo, que por lo que veo un documento.

–Estoy lista.

El voltea hacia mi y su gesto se relaja.

–Vamos.–Se levanta para ofrecerme un brazo y salir en dirección a su carro, abre la puerta y me da El Paso, me adentro en la carro, y minutos después el esta a mi lado.

Le sonrió y me doy una vuelta viendo su perfil.–Ya me dirás a donde vamos.

–Ya te dije que es sorpresa, y las sorpresas no se dicen, pequeña terca.

Ruedo mis ojos.–Nada te cuesta decirme.

–Y a ti nada te cuesta esperar.–Ruedo mis ojos.–Te ves preciosa.

–No te dire nada, por grosero.–Me volteo acomodándome en el asiento.

Escucho su risa y eso hace que vuelva a torcer los ojos.

No pasamos mucho tiempo en el coche, solo lo que se hacía del pueblo a la ciudad, una vez que llegamos ya era de noche y las luces de la ciudad alumbraban todo el lugar. El carro se detiene por un alto y Warner aprovecha para sacar algo de la guantera.

Frunzo el ceño cuando veo lo que saca. Voltea hacia mi y niego rápidamente.

–Ya se lo que me vas a decir, y la respuesta es no.

–¡Vamos no es tan malo!

Yo niego. –¿Acaso lo vas a hacer a lo Christian Grey?

El suelta una carcajada.–No, pero te prometo que si fuera eso no te vendría los ojos, haría que lo vieras todo. –El calor sube a mis mejillas sin poder evitarlo.–Ven deja que te la ponga antes de que se ponga el siga,–Lo miro desconfiada.– prometo no morder.

–Bueno–Me acercó y dejó que la venda negra cubra mis ojos.

Le pertenezco al alpha Where stories live. Discover now